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Las esposas de dos supuestos narcos -considerados los capos del sur santafesino- están en la cárcel desde el viernes. Se las acusa de formar parte del negocio de sus parejas. En los próximos días se sabrá si obtienen la prisión domiciliaria. Tanto en el Juzgado que lleva la causa como en la fiscalía no quisieron dar detalles sobre la investigación.

Cosecha Roja.-

El viernes a las cuatro de la tarde un grupo de policías llegó al chalet de la localidad santafesina de Villa Cañás. Las 16 cámaras de seguridad de la casa que estaba por ser allanada estaban apagadas. Adentro estaba Carina Leguizamón, la mujer del Vasco Ascaíni, preso por narcotrafico. Junto a ella estaba el plomero. “Aunque no tenía herramientas”, contó una fuente del caso. Los investigadores creen que el hombre -que no fue detenido- era el amante y que el sistema de seguridad había sido desactivado para no levantar sospechas.

Antes de caer preso -acusado de formar parte de una organización narco junto al exjefe de policía Hugo Tognoli-, el Vasco Carlos Andrés Ascaíni había instalado un complejo sistema de filmación dentro y fuera de la casa. “Había incluso una cámara chiquita en el baño”, contó una fuente de la investigación a Cosecha Roja. En el chalet se secuestraron 2,4 kilos de cocaína, 8 celulares, un Handy similar a los que usa la policía y dos computadoras en las que están guardados los videos del sistema de seguridad.

Leguizamón quedó detenida a disposición del Juzgado Nº3 de Carlos Vera Barros. La pareja tiene dos hijos pequeños -que quedaron al cuidado de la tía-, por lo que la mujer podría pedir que se le otorgue el beneficio de la prisión domiciliaria. La causa está bajo secreto de sumario y tanto en la fiscalía como en el Jugado se negaron a dar información.

Carina Leguizamón tiene un polirrubro: compra y vende juguetes en La Salada y los vende en Santa Fe, según contó en una entrevista su pareja, Carlos Ascaíni. Juntos, armaron una pequeña empresa de camiones que trabaja en el pueblo. Para Vera Barros, esa es solo la fachada de un negocio mucho más redituable: una “empresa criminal conjunta” dedicada al narcotráfico en la que estarían involucrados varios expolicías.

En mayo del año pasado, el Vasco fue detenido en un operativo de la policía provincial en el cruce de las rutas 90 y 94. En el baúl del Audi A4 había una pistola Bersa 9mm y más de un kilo de cocaína. Tiempo después, cuando la droga fue sometida a los análisis de laboratorio se comprobó que sólo un 4 por ciento era cocaína. El resto era una mezcla de azúcar y anestésicos. El juez Vera Barros lo dejó libre y lo volvió a apresar el 8 de marzo pasado, cuando la causa se profundizó con la nueva detención de Hugo Tognoli.

El viernes a las 4 de la tarde, mientras la policía allanaba el chalet de la pareja de Ascaíni en Villa Cañás, en un Fonavi del barrio Centenario de Firmat era detenida Jeniffer Domínguez, la mujer de otro narco famoso: Aldo “Totola” Orozco. El allanamiento fue uno de los doce –realizados en simultáneo- que ordenó el juez Carlos Vera Barros en tres ciudades del departamento General Lagos -seis en Firmat, cinco en Venado Tuerto y uno en Villa Cañás-. El responsable del operativo fue el jefe de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (DGPCA), Sergio Gorosito. “Es una causa que se impulsó hace 5 meses, en base a llamadas y filmaciones”, explicó.

En el departamento de Domínguez, de 19 años, la policía encontró 140 gramos de cocaína, 3 troqueles de 25 unidades de LSD, 1 envoltorio de marihuana y papeles con anotaciones sobre la droga entregada. Según confirmó a Cosecha Roja su abogado, Paul Krupnik, en los próximos días pedirá la prisión domiciliaria de la joven, que tiene un bebé en edad de lactancia.

En total, la policía allanó cuatro casas vinculadas a Orozco en Firmat. Una fue la del propio Totola, en el mismo barrio. Se encontró un paquete con dos kilos de cocaína, 330 gramos más divididos en 33 tizas, 1,2 kilos de marihuana y dos troqueles de LSD de 25 dosis cada uno. También secuestraron 400 dólares y 9 mil pesos en efectivo, cuatro cheques y tres balanzas de precisión. En la casa no estaba Totola, pero sí su mano derecha, alias Ferni -de 35 años-, y dos de sus colaboradores.

Totola Orozco tiene 43 años. El 27 de junio pasado, un grupo de policías de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (ex Drogas Peligrosas) detuvo la Citroën Berlingo en la que viajaban junto a otros tres hombres. Cuando los policías quisieron revisar el utilitario, los que estaban adentro se encerraron y llamaron por teléfono a dos abogados. Los seis terminaron detenidos. Los que estaban en el auto porque les encontraron 2,5 kilos de marihuana, 1,25 de cocaína, dos armas de fuego y 5 mil pesos; los abogados por “resistencia a la autoridad”.

Según contó a Cosecha Roja el diputado provincial del Departamento General Lagos, Maximiliano Pullaro, el Vasco Ascaíni y Totola Orozco competían por el negocio de la droga en el sur santafesino. “El padre de Orozco estuvo preso con Ascaíni en la alcaidía de Melincué. Ahí hicieron vínculos para hacer la paz y empezar a trabajar juntos”, explicó el legislador, quien desde febrero del año pasado vienen denunciando en la Cámara Baja a los jefes narcos. Una fuente de la investigación confirmó que hay escuchas telefónicas entre ellos que confirman el vínculo, aunque no pudo confirmar el pacto carcelario.