Mundo Narco-.
Hace 5 años, algunas palabras como “levantón”, “encajuelado”, “encobijado”, tenían un significado diferente para los mexicanos, sin embargo, ahora éstas son directamente relacionadas con el crimen organizado y sus actividades delictivas, mientras que especialistas consideran que ese “narcolenguaje”, nació en Chihuahua y Sinaloa.
De acuerdo al licenciado en Lingüística Aplicada, Jaime Hernández, muchos de los términos relacionados con el crimen organizado, que hoy son utilizados a nivel nacional, nacieron en los estados de Chihuahua y Sinaloa.
De donde son originales dos de los cárteles más poderosos del país, entidades en las que esta subcultura se empezó a arraigar muchos años antes del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa.
Hernández explica que incluso palabras comunes como “sicario”, alcanzaron otro nivel en la imaginación colectiva, debido a que anteriormente, ese término se asociaba con un asesino a sueldo al estilo de las películas de espionaje norteamericanas, mientras que ahora, el vocablo directamente obliga a los mexicanos a pensar en los autores de las balaceras y ejecuciones que han ocurrido en gran parte del territorio nacional.
Durante el primer Encuentro Nacional de Comunicadores en Seguridad Pública de México, ocurrido el pasado mes de abril en Acapulco, Guerrero, el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de Gobernación, Roberto Campa, aseguró que el crimen organizado ha logrado imponer su lenguaje a través de los medios de comunicación.
Un ejemplo claro es la palabra “encobijado”, la cual es definida por la Real Academia de la Lengua Española como el participio pasivo del verbo encobijar, en estados como Chihuahua, es utilizada para nombrar a los cadáveres que son abandonados en la vía pública, debido a que en varios de los casos fueron envueltos en alguna cobija, manta o sábana.
En una entrevista concedida a La Jornada, el director de la Academia Mexicana de la Lengua, José G. Moreno de Alba, aseguró que la cultura del crimen organizado y los narcotraficantes mexicanos han generado un nuevo campo semántico que se debe conocer.
Otro de los factores que han contribuido a popularizar los términos relacionados con el crimen organizado es la música regional mexicana, especialmente la banda sinaloense, la cual ha generado centenares de canciones y corridos dedicados a los narcotraficantes y sus historias.
La capital del estado, se colocó en el centro de atención nacional, cuando el Ayuntamiento anunció que los “narcocorridos” no podrían ser interpretados en eventos públicos, situación que más adelante derivaría en una multa a los organizadores de un concierto de Los Tigres del Norte, quienes cantaron éxitos como “La Reina del Sur” y “La Suburban Dorada”.
Otra de las deformaciones del vocabulario que nacieron a partir de la “guerra” de Felipe Calderón contra el crimen organizado, es la inclusión del prefijo “narco” a decenas de palabras, para formar nuevos vocablos como “narcotúnel”, “narcomanta”, “narcoejecución”, entre otras.
Si busca encapuchado en el diccionario, encontrar que es una palabra que se aplica a una persona que va cubierta con una capucha, mientras que ese mismo término es utilizado por los narcotraficantes para referirse a los asesinos que irrumpen con la cara cubierta a algún lugar para liquidar a alguna o varias personas.
Jaime Hernández explica que el problema no solamente radica en que los criminales utilicen esas palabras, sino que el vocabulario del ciudadano común se ha visto invadido por toda esta terminología.
Las deformaciones del vocabulario incluso han originado nuevos verbos, como “sicarear”, utilizado por los criminales como sustituto de la palabra “asesinar” o “acribillar”, o cambiar el significado de otros como “levantar”, el cual tiene diferentes acepciones pero lo más general es la acción de poner algo más alto de lo que se encontraba, mientras que actualmente, se utiliza en lugar del verbo secuestrar.
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