Doris Aguirre, desde Kiteni. Enviada especial. La República
Íbamos en busca del helicóptero UH1H Huey II emboscado por los senderistas que mataron a la capitana de la Policía Nancy Flores Páucar, el 12 de abril. Nos dijeron que la aeronave, una de las unidades que el gobierno de los Estados Unidos aporta para la lucha antidrogas, se encontraba por la zona de Alto Lagunas. Fuimos porque los pobladores del área afirmaban haber visto a la máquina derribada, algo de lo que oficialmente no se ha dicho nada. Partimos desde el centro poblado de Kiteni.

Más de dos horas después de viaje en un vehículo, con la ayuda de un guía, nos dirigimos hacia Alto Lagunas. Poco después de pasar por la comunidad nativa de Incaare, no solo encontramos al helicóptero precipitado entre el follaje de la selva cusqueña, sino también al cabecilla terrorista Martín Quispe Palomino, ‘camarada Gabriel’, el que dirigió el plagio de los 36 trabajadores y es responsable de la muerte de la capitana de la Policía Nancy Flores Páucar.

Eran las 11 y 15 de la mañana.

“¿Adónde se dirigen?”, nos dijo, con voz estentórea, un senderista que se interpuso en nuestro camino. Detrás de él, otros hombres rastrillaron sus armas, como preparándose para disparar.

“Vamos hacia donde está el helicóptero”, le respondimos.

“Un momento”, contestó.

En medio de la selva

Entonces habló por el radiotransmisor y dijo algunas palabras aparentemente en clave. A los pocos minutos aparecieron otros senderistas armados con fusiles de largo alcance y una lanzagranadas MGL. Luego apareció de la espesa selva, como una sombra, un sujeto de la fisonomía del “camarada Gabriel”, flanqueado por otros dos senderistas, de unos 20 a 25 años, también armados. La República estuvo frente a él, en medio de la selva.

Martín Quispe Palomino, hermano menor del jefe de la organización terrorista del Vrae, Víctor Quispe Palomino, “camarada José”, vestía una camiseta celeste y un pantalón azul marino. Parecía listo para jugar un partido de fulbito. En total eran como quince subversivos. Ninguno tenía el rostro cubierto.

El “camarada Gabriel” exigió nuestras identificaciones.

“Periodistas”, dijo, entre dientes, sin mostrar sorpresa. Aparentemente sabía que nos dirigíamos hacia el territorio por el que se desplaza. Su presencia nos pareció inusual. Se supone que hay 1.200 miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional buscándolo por aire y tierra. Y aquí estaba, al frente, suelto de huesos.

No parecía preocupado. Explicó: “Esto es improvisado, por si acaso”, refiriéndose a que se trataba de un encuentro casual con los periodistas. Así que aclaró la garganta y largó una perorata ideológica. Hablaba a veces con voz arrogante.

Empezó por cuestionar severamente a Abimael Guzmán Reinoso, a quién acusó de “traidor” y “genocida”. Y no se guardó calificativos para enlodar a Florindo Flores Hala, “camarada Artemio”, el cabecilla terrorista del Alto Huallaga.

Es de caminar cansino pero seguro, y se expresa con un dejo provinciano, propio de los quechuahablantes. Los hermanos Quispe Palomino son de Chuschi, Ayacucho, donde precisamente Sendero Luminoso inició la lucha armada, en 1980.

Parecía que había concluido el encuentro con uno de los terroristas más buscados del país, en un paraje no muy lejano de Kiteni, donde se encuentran el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y el director de la Policía Nacional dirigiendo las operaciones contra los senderistas que plagiaron a los 36 trabajadores.

Hasta que se le preguntó por los motivos del secuestro.

La interrogante pareció accionar algo en la cabeza del “camarada Gabriel”, que habló al respecto.

Sin darse cuenta, lo grabamos. Y disparó un discurso político e ideológico, usual entre los cabecillas terroristas.

Gaviotas y colibríes

“Ollanta Humala habla sobre la inclusión social. Eso es una mentira. Es un falso e hipócrita nacionalista. ¡Ahora, qué estarán diciendo en Lima! Ustedes son testigos de lo que van a ver. Aquí lo que sucedió es la acción militarizada del Partido Comunista del Perú –que son verdaderos nacionalistas– contra las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional chilenizadas”, alegó.

En referencia al ataque del helicóptero de la PNP que derribaron cuando trasladaba efectivos para perseguir a los secuestradores de los trabajadores, el “camarada Gabriel” señaló:

“Esta acción sucedió en esta área donde justo están ustedes. Usaron una fuerza supranacional compuesta por el Comando Sur de los Estados Unidos y la CIA (Agencia Central de Inteligencia), en complicidad con las Fuerzas Armadas. Es un ejército armado hasta los dientes”, sostuvo.

“Gabriel” también emprendió contra la política de recompensas que financia el gobierno norteamericano. Ofrece cinco millones de dólares por información que facilite la captura del “camarada José”. Lo que dijo era una queja.

“Ahora ofrecen a los campesinos millones por nuestra captura. ¿Con qué objetivo? Para convertirlos en soplones, espías y en carne de cañón. Ese es el objetivo de esas fuerzas armadas chilenizadas y miserables”.

Martín Quispe Palomino estaba mortificado. Cuestionó con furor el incremento de la capacidad de fuego de las fuerzas de seguridad para acabar con la organización narcoterrorista.

“Ellos dicen: ‘¡Tíos, les llegó la hora! Porque ahora tenemos helicópteros Mi-35 con los que los vamos a exterminar’. No, hermanos. Los bombardeos y rocketeos de esos helicópteros son para nosotros caquitas de gaviota, caquitas de colibrí. Yo me pregunto ¿qué efectividad tienen en esta guerra? Esos miserables son valientes en el aire, pero en la infantería son unos cobardes”.

Desde hace aproximadamente cinco años, el hermano menor de los Quispe Palomino se encarga de las operaciones de la banda terrorista en la selva ayacuchana, como una válvula de escape y centro de refugio de la persecución de las Fuerzas Armadas en el Vrae.

Pero Vilcabamba y Echarate son, a su vez, rutas de tránsito de la droga que sale del Vrae.

Luego interrogamos a quien parecía el “camarada Gabriel”, jefe terrorista de la selva cusqueña, donde se encontraba el helicóptero UH1H Huey II derrumbado. Esta sería la cuarta máquina precipitada por el fuego terrorista, desde el 2 de octubre de 1999, en Anapati, Satipo.

Con sorna, el cabecilla dijo:

“Allí está su helicóptero. Está tirado. Vinieron rescatistas, pero nada hicieron. Nosotros concretamos nuestro objetivo político-militar. (…) Estos miserables con un enfrentamiento se plantaron. Al retornar fueron emboscados, en la curvita nada más. Ahí, cuántos muertos, cuántos heridos hubo. Hasta Ollanta Humala reconoce que fue una emboscada”, señaló.

Y en relación a los policías desaparecidos, el sujeto que fungía de cabecilla, afirmó:

“Ellos han sido aniquilados por el partido, y sus armas están en nuestras manos. Estos policías desaparecidos (…) deben asumir sus responsabilidades. Esos han sido aniquilados. Aquí en la curva hemos podido confiscar sus armas. Esa es la verdad, hermanos. Esa es nuestra verdad”, apostilló.

Senda de sangre

En la zona en las que nos encontrábamos había abundantes casquillos, dispersos por todas partes. Sin duda, se trataba de un escenario de guerra. Hacía mucho calor y olía a pólvora y a quemado.

En un momento, los terroristas nos mostraron restos de uniformes militares. Según ellos, eran prendas de los efectivos que volaron cuando pisaron las minas antipersonales que los senderistas fabrican artesanalmente. Era un exhibicionismo macabro. Para ellos se trataba de “trofeos de guerra”. La vestimenta estaba regada de sangre, desechada por el impacto de la explosión.

El cabecilla terrorista, a continuación, se despachó contra las acusaciones de narcoterrorista.

“Nos dicen terroristas, narcoterroristas, para confundir a nuestro pueblo. Mentira. Ustedes no están tratando con un general, con un oficial educado en Las Palmas, en Chorrillos. Están tratando con un hijo del pueblo. Nosotros no estamos manipulados por la CIA ni por el Pentágono. Y estamos debajo de este árbol. Y debajo de este árbol está la verdad. Desde aquí los comunistas vemos mejor al mundo. Bajo este árbol vemos mejor al Perú”, arguyó.

En la parte final, advirtió: “Si ustedes no están con esa verdad, siempre estaremos a la mano. Si ustedes de aquí  salen y hablan falsedades, es problemas de ustedes. Porque nosotros saldremos siempre victoriosos”.

Sonó a amenaza.

Pese a la situación de peligro, y rodeados por los terroristas, La República pudo obtener imágenes de los senderistas, incluido el que se parecía al “camarada Gabriel”.

Al final de la conversación el líder senderista se despidió con la frase: “El camino es libre, ustedes pueden seguir”.

En el estrecho trayecto encontramos pantalones camuflados, borceguíes, parte de una manga de un polo y una casaca completamente destruidos y hasta calzoncillos dispuestos por los terroristas como “trofeos”.

Las prendas pertenecían a la patrulla del Ejército que fue emboscada por los subversivos, cuando resultaron dos suboficiales EP muertos y diez heridos.

Una radio de comunicación que utilizaban los militares yacía despedazada.

Todos miraban nuestros movimientos.

El área de aproximadamente 200 metros presentaba grandes forados y grietas producto de las minas antipersonales que sembraron los senderistas para emboscar a la patrulla militar que retornaba luego de la operación de persecución de los secuestradores de los trabajadores.

Por todas partes había casquillos de balas de distinto calibre.

Los niños, inocentemente, juegan con los casquillos sin saber que son mensajeros de la muerte.

Ministros de Defensa e Interior darán explicaciones en el Congreso

El presidente del Congreso, Daniel Abugattás, anunció que hoy se presentarán en el Parlamento los ministros de Defensa, Alberto Otárola; e Interior, Daniel Lozada, para explicar la política del gobierno frente al narcoterrorismo.

La presentación de ambas autoridades se da en el contexto del secuestro y posterior liberación de 36 trabajadores del consorcio Camisea en la provincia cusqueña de La Convención y los posteriores enfrentamientos entre los narcoterroristas y las fuerzas combinadas del Ejército y la Policía Nacional.

En tal sentido, el titular del Legislativo indicó que los ministros pondrán especial énfasis en la estrategia para la zona del Valle de los Ríos Apurímac y Ene (Vrae).

Abugattás Majluf también  señaló que la Junta de Portavoces decidirá el carácter de la sesión. No se descarta que esta pueda ser reservada, dado que los ministros darían información confidencial en la lucha contra el narcoterrorismo.

Una pregunta inevitable será por qué los periodistas encuentran al cabecilla ‘Gabriel’ y no 1.200 efectivos de las FFAA y PNP.

Buscado

Martín Quispe Palomino. Es el hermano menor de Víctor y Jorge Quispe Palomino, los camaradas “José” y “Raúl”. Es el número cinco de la organización criminal senderista, pero el tercer “mando político”.

El “camarada Gabriel” también utiliza los apelativos de “Davicho”, “Marco” y “Héctor”.

Aproximadamente desde el año 2008 se le encargó abrir un nuevo frente de guerra en la selva del Cusco, una zona para desfogar la presión ejercida por las Fuerzas Armadas en el Valle de los Ríos Apurímac y Ene.

En cifras

150 sería el número de terroristas armados que se encuentran en la selva cusqueña al mando del ‘camarada Gabriel’.

4 helicópteros han sido derribados por los terroristas del Vrae desde 1999: dos del Ejército, uno de la FAP y uno de la PNP.

US$ 5 millones ofrece EEUU por Víctor Quispe Palomino.

Claves 

El representante de la Defensoría del Pueblo en Cusco, Silvio Campana, advirtió de un éxodo de 30 familias de Kepashiato y otras zonas hacia Quillabamba.

Señaló que la población de esa zona se encuentra vulnerable después de convivir por necesidad con narcotraficantes y con narcoterroristas.

Foto: La República