Cosecha Roja.-
Después de la represión de la Policía Metropolitana en Sala Alberdi que tuvo un saldo de tres heridos con bala de plomo, varios con bala de goma y cuatro detenidos que fueron liberados ayer, el bloque de diputados de Nuevo Encuentro presentó un proyecto de ley para limitar el uso de armas de fuego por parte de la fuerza.
A nivel nacional existe un protocolo de intervención para la policía en manifestaciones públicas. La ciudad de Buenos Aires es uno de los pocos distritos que no firmó el documento. Ayer el bloque de diputados de Nuevo Encuentro presentó un proyecto de ley que está en la misma línea de los criterios nacionales. Entre otras cosas se prohíbe usar armas de fuego en manifestaciones públicas y desalojos y crear un órgano civil de análisis de la actuación policial. En entrevista con Cosecha Roja, Edgardo Form, legislador de Nuevo Encuentro, dijo: “No podemos estar seguros a priori que nuestro proyecto sea aprobado, y esto porque depende en de la buena voluntad del bloque oficialista y el gobierno de la ciudad sostiene una política de diferenciación con el gobierno nacional. Pero la intención es dar un testimonio de preocupación y asumir un rol de docencia política, poner en evidencia que hay opiniones en la Ciudad que priorizan preservar la vida y evitar el desborde. Para eso hace falta limitar a la Metropolitana”
Form afirma que el bloque venía hablando con el Ministro de Cultura de la ciudad para destrabar el conflicto de la Sala Alberdi, sabiendo que era difícil llegar al diálogo pero considera que “La solución que se encontró fue la peor de todas. La represión policial se desbordó y, por suerte, no tuvimos que lamentar muertos.”
La Metropolitana es una de las pocas fuerzas que sostiene un mando no civil. Eso permite que la cúpula policial sea la encargada de regular el uso de la violencia. El proyecto de ley presentado ayer “no modificaría la dependencia orgánica de la fuerza en principio, aunque no podemos descartar que en el debate del proyecto de ley se hagan aportes en este sentido” dijo Form.
La policía porteña está conformada por muchos ex agentes de la Federal exonerados. Esa historia que empieza con el Fino Palacios, involucrado en escuchas ilegales y en la masacre de la AMIA, tiene su marca sobre la fuerza.
La represión en Sala Alberdi también mostró una serie de operaciones policiales de la Metropolitana que terminaron en desbordes. El desalojo violento en Parque Centenario, la intervención en el corte de la calle Illia donde se vio policías tirando piedras contra los vecinos, el levante de los manteros en calle Florida con efectivos armados. Se dice que esta manera de operar empezó con la llegada de Ricardo Pedace. Allegados al subjefe de la Metropolitana, lo describen como un hombre lleno de avidez por el poder y obsesionado por darse visibilidad en los medios. El ex jefe de custodios de Eduardo Duhalde, figura influyente dentro de la Policía Federal, terminó sus días en esa fuerza como Secretario General. Cuando Nilda Garré decidió relevar a Néstor Valleca, quien comandaba la policía, se fueron detrás de él 13 superintentendes y varios comisarios mayores. Entre ellos, Pedace.
Su historia en la Federal lo había puesto al mando de dos áreas muy importantes. La relación con los vecinos organizados en torno a las comisarías y Prensa.
Desde las comisarias se crearon los foros vecinales que tenían su sede dentro de las mismas comisarias. Pedace construyó ahí, entonces, una red de vínculos políticos y sociales. Instrumentalizó los foros, que perdieron su sentido de participación ciudadana, porque los civiles empezaron a colaborar con la policía y en algunos casos se hicieron cómplices de las irregularidades. A pesar de esto, el entonces comisario mayor siguió vendiendo su red de contactos con comercios y empresas.
También se sabe que Pedace fue parte quien introdujo al grupo de medios de Daniel Hadad a la matriz tecnológica de la Federal. Por un acuerdo las cámaras de C5N se utilizaban para monitoreo de la policía. Las 150 cámaras eran operadas desde el canal a cambio de que las imágenes fueran recibidas en el centro operativo de Policía Federal. Ese enlace video operativo directo, según se dice, era obra de la rosca política de Pedace.
En el salto a la Metropolitana logró, por fin, su sueño. Armar una policía a medida de sus ambiciones y a la medida de los policías federales exonerados que se fueron con un alto nivel de resentimiento. Efectivos que habían confundido los objetivos de la fuerza y se habían dedica a construir diferentes “kiocos” y “quintas” que les importaban más que los lineamientos que se empezaban a bajar desde el Ministerio de Seguridad.
Cuando se creó la policía porteña, Macri puso al Fino Palacios al frente. Después Osvaldo Chamorro. Hoy los dos enfrentan juicios orales por casos de espionaje a legisladores de la oposición. Entonces llegó el momento de probar con un civil, Eugenio Burzaco comandó la fuerza hasta octubre del 2011. Su gestión chocaba contra la corporación de amigos en la que se convirtió la Metropolitana. Una fuerza chiquita, de 3 mil efectivos, donde se conocen todos. Llegó el momento de Horacio Giménez, otro ex Federal.
Desde su llegada al la vicejefatura de la Metropolitana la estrategia comuncacional de la fuerza cambió. Si bien las operaciones las maneja Giménez, está claro que la calle es dominio de Pedace. La idea de Macri era tener una policía que queda guardada en los barrios más acomodados de la Capital, con menor conflictividad y que solo tuviera visibilidad cuando él lo decidiera. Lo hacía, por ejemplo, presentando centros de monitoreo ante la prensa donde se ven escenarios del delito que desbordan a la policía porteña, con sus 3 mil efectivos. Pedace modificó esa matriz. Más cercano a la lógica de comunicación de Policías en Acción, donde la presencia de la fuerza se convierte en una marca sin importar mucho el costo, el subjefe de la Metropolitana es capaz de pelearse con los fiscales para entregar las imágenes de una chica atropellada por un taxista en Recoleta.
En esa lógica se entiende la represión en la Sala Alberdi. O la intervención en la manifestación de la calle Illia, por ejemplo, donde los policías terminaron desbordados, entrando con itakas al barrio y disparando sobre mujeres y niños que habían estado en el corte. O el desalojo de Parque Centenario, donde Pedace estuvo en el territorio tratando de reorganizar a los efectivos.
Ahora mismo se comenta que Pedace y su mujer tiene intenciones de ser diputados del PRO. Su estrategia son las relaciones públicas y seguir ganando visibilidad mediática. Y, claro, no olvidarse de sus viejos compañeros. Ahí quedaron algunos de sus amigos y protegidos. Por eso es parte del Circulo de la Policía Federal, entidad privada que nuclea a efectivos de la fuerza. Y también por eso a fin de año les manda mensajes por POC (push-to-talk-over celular), el sistema cerrado de comunicación que conecta a los comisarios, subcomisarios y jefes operacionales de la Federal, deseándoles un buen año.
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