violencia obstétrica
Cosecha Roja.-

* El texto es parte de los relatos de violencia obstétrica recolectados por Las Casildas y Cosecha Roja. Las mujeres cuentan en primera persona sus experiencias durante el parto.

“Durante el primer mes tuve pesadillas sobre el parto”

“El primer mes me levantaba llorando porque tenía pesadillas sobre el parto. Mi beba nació el 14 de septiembre de este año por una cesárea programada en el Sanatorio Trinidad Mitre. Ese día llegué acompañada por mi novio y mi familia. Cuando estaba en la habitación apareció la partera Claudia enojada porque no le había avisado que me internaba. Le expliqué que el doctor me había dicho que fuera directamente pero ella se enojó igual.

Después me pidieron la ropa de la nena y me faltaba un saco. Yo no sabía que tenía que llevarlo, tenía todo, menos eso. Mandé a mi novio a comprar uno a la vuelta del sanatorio porque mi cesárea estaba demorada y me prometieron que había tiempo. Él bajó y a los cinco minutos vino un camillero a buscarme. Le expliqué que mi novio había salido y me dijo “jodete”. Me llevaron directo al quirófano.

Entré asustada, nadie me daba bola, preguntaba por mi novio y no me respondían.

– Ya va a entrar -me dijo finalmente una enfermera.

La beba nació con tres kilos en la semana 40. Una vez que los tres estuvimos en la habitación, vino una señora para enseñarme cómo darle la teta. Ella no era muy simpática y yo no tenía leche. Pasaban los días, el médico no venía a verme, yo seguía sin leche y la beba lloraba.

Soy cero negativo y después de la cesárea me tenían que aplicar un inyección para no tener problemas en un segundo embarazo, pero no me la dieron. Al segundo día, después de que mi mamá se peleó con todo el mundo vino una enfermera a hacerme la aplicación. El médico seguía sin aparecer.

Después de 23 horas y muchas quejas, vino acompañado por la partera. Contenta, pensé que me iba a revisar pero todo lo contrario. Me encaró para pelear, discutió con mi mamá y su pareja y nunca me revisó. Al tercer día volvió para darme el alta: estuve 25 días con los puntos y sin control porque él se fue de vacaciones y no dejó un reemplazo.

El mismo día del alta llevé a la nena a un pediatra y me dice que tenía la bilirrubina alta y que estaba deshidratada. Lo único que quería era que mi bebe estuviera bien, así que todavía no presenté ninguna nota en la obra social, hasta ahora.

Toda mi vida pagué una prepaga para tener la mejor atención durante el embarazo. Ahora no me gusta hablar de esto porque me pongo a llorar, todavía recuerdo las pesadillas sobre el parto que tuve el primer mes. Me hubiese gustado sentirme contenida”.