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Mariela Esmau, de 41 años, había denunciado hace un mes a su ex pareja, Carlos Trinidad, de 44. Un juez de Familia le dictó una medida de restricción y le entregó un botón antipánico a ella. Ayer no llegó a activarlo.

Él entró con un revólver calibre 32 en la casa de Puerto Yeruá, Entre Ríos, donde Mariela vivía con su hija de 24 años y su hijo de 13. Le disparó en la cabeza delante de los hijos y se suicidó.

La mujer había terminado de almorzar con sus dos, una chica de 24 años con discapacidad y un adolescente de 13 años. Estaba esperando a una amiga. Eran las 13.25.

La amiga de Mariela estaba por llegar a la esquina de Eduardo Oliver y Tratado del Pilar y escuchó los disparos. Entró en la casa y vio los cuerpos de Mariela y Carlos y llamó a la policía.

El fiscal de Concordia, Fabio Zavaleta, llegó acompañado de agentes de la comisaría local y la División Criminalista e Investigaciones. Según publicó el diario UNO de Entre Ríos el femicida tenía una restricción del hogar desde el 10 de octubre.

Ese mismo día Mariela instaló en su celular la aplicación que funciona como botón de pánico.