Nicolás Delgado. El Observador.-
Barbie es una mujer elegante, rubia, de 22 años. “Hermosa”, según la describen quienes la vieron ayer en la puerta del juzgado. También es una de una de las tres “esposas” del “Zorro” Escobar, líder de la red de proxenetismo, lavado de activos, explotación sexual de menores y trata de personas, los cuatro delitos por los que fue procesado ayer. Es una de sus víctimas, pero lo defiende.
Después de declarar como testigo en el juzgado de crimen organizado ante el juez Néstor Valetti y la fiscal Mónica Ferrero, Barbie esperó frente a la puerta trasera del juzgado la decisión del magistrado. La acompañaban un hombre y una señora. Los tres defienden al proxeneta. “Recién salió una muchacha. El padre de ella está detenido”, contó esa señora. Barbie se mantuvo en silencio. “El Zorro no tiene nada que ver. Todos acusan al Zorro y no tiene nada que ver”, repitió la señora.
Dentro del juzgado, Barbie le dijo al juez que estaba “enamorada” del Zorro, explicó Valetti. Las otras dos mujeres que viven con él también expresaron su amor. El hombre, de iniciales S.G.E.M., de 45 años y antecedentes penales por lesiones graves y homicidio, vivía en la ciudad de Paysandú con sus tres “esposas”, como las llamó ante el magistrado. “Son tres víctimas, jóvenes que ejercen la prostitución y que eran explotadas económicamente”, aseguró el juez. “Todas las ganancias eran vertidas para el proxeneta”, agregó.
El Zorro reconoció que además “tiene varias mujeres y que le giran dinero”, pero negó obligarlas a prostituirse. Fue procesado con prisión por un delito continuado de proxenetismo, trata de personas, lavado de dinero y contribución a la explotación de menores en reiteración real.
Reclutaba menores en Paysandú, les ofrecía “el paraíso”, según el juez. Las muchachas trabajaban para él, en principio, en las calles de Paysandú. Luego eran llevadas al prostíbulo Las Palmeras, de Young. Las mejores iban a Maldonado y el destino final era Argentina, Italia o España.
El juez destacó, de todas maneras, que no se trata de una red de prostitución VIP, en el sentido de que no la integraban modelos ni gente del mundo del espectáculo. Por el contrario, las jóvenes reclutadas provenían de estratos sociales bajos y en algunos casos en situación de calle.
El Zorro las seducía con sus bienes. Además de varios autos y lanchas, tenía caballos de carrera.
Cinco hermanos Escobar
Junto al Zorro, fueron procesados con prisión dos de sus hermanos y sin prisión dos de sus hermanas. Uno de los hermanos lo secundaba en la organización. Era el encargado de las prostitutas y fue procesado por proxenetismo.
Al otro hermano Escobar se le imputó el delito de lavado de activos, por el que también fueron procesados otros dos hombres. Uno de ellos es el padre de una de las prostitutas, que declaró como testigo.
Las dos hermanas Escobar fueron procesadas sin prisión por lavado de dinero.
La red, que actuaba desde 2005, fue denunciada por la Fiscalía de Young en 2010.
Dueño del prostíbulo en libertad
El dueño del prostíbulo Las Palmeras de Young, donde trabajaban muchas de las víctimas, quedó en libertad. Su abogada, Jacqueline Portera, explicó que su defendido alquila las habitaciones a las prostitutas y cobra además un porcentaje de los tragos que consumen los clientes.
El juez aseguró que no cometió delito. El Zorro enviaba a sus mujeres a ese prostíbulo, pero la relación laboral de las mujeres con el dueño del prostíbulo era legal
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