Cosecha Roja.-
A Diego Federico Quiroga lo mató un policía. El domingo 9 de septiembre, ambos coincidieron en un kiosco del barrio El Círculo III, en Salta. Cada uno llegó por su lado. Los testigos dicen que el cabo Hugo Vilte Cardozo, de la División de Seguridad Urbana, discutió con el dueño del comercio, aunque no saben por qué. Quiroga, padre viudo de cinco niños, intervino para defender al kiosquero, y la pelea subió de tono. El uniformado sacó su arma de dotación y le disparó nueve veces; luego huyó. Este sábado 15, tras una semana de terapia intensiva en el Hospital San Bernardo, Quiroga, de 32 años, falleció.
Los familiares de Diego Fernando Quiroga esperan que se haga justicia en el que consideran un caso de “gatillo fácil”. Denuncian, también, que la Policía dio datos falsos para proteger al cabo Vilte: dijeron que el herido se llamaba Santiago Quiroga y que había recibido cuatro balazos, en vez de los nueve que certificaron los médicos. El arma usada por el uniformado fue la de dotación: una pistola Bersa, calibre nueve milímetros.
Andrés Ruarte, integrante de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados, le dijo a El Tribuno de Salta: “Este hecho, sin lugar a dudas, es pura y exclusivamente responsabilidad del Estado provincial y del organismo de seguridad, ya que estas personas [el cabo Vilte] supuestamente capacitadas, acribillan a las víctimas, como pasó en este caso, sin ningún tipo de argumento”. Ruarte, defensor de la familia Quiroga, agregó: “Vamos a llegar hasta las últimas consecuencias y no permitiremos que este crimen quede impune”.
Según la novia de la víctima, Mercedes Rita Montes, Quiroga había ido al kiosco para comprar comida: “Los vecinos de ese barrio nos dijeron que cuando él ya se iba, el policía le disparó y lo dejó tirado”. Cuando el hombre cayó herido, Roberto Costilla, el kiosquero, llamó al 911 para pedir ayuda. El cabo Vilte, que había salido corriendo del lugar, en la vera de la ruta provincial 26, fue detenido horas más tarde por agentes de la Comisaría 15 de San Remo, cuando intentaba deshacerse del arma reglamentaria. El agente de la División de Seguridad Urbana declaró ante el juez de Instrucción Formal N.º 6, José María Alvarado Solá, a cargo del caso: “No sé por qué le disparé. No sabía que le había disparado a él”.
Diego Federico Quiroga era el padre de cinco niños, entre los 14 años y los 5 meses de edad. Vivía con su familia en el barrio 13 de Abril, junto al río Arenales. Había quedado viudo cuando nació su hija menor y era el padre responsable de los cinco pequeños. Su novia actual lo ayudaba a criarlos. Mercedes Montes pidió amparo a las autoridades de Salta, porque sus recursos económicos son limitados. “Queremos que un asistente social venga porque los niños están a mi cargo y no tengo con qué sostenerlos”, dijo la mujer, de 28 años.
Luego de seis días en terapia intensiva, Quiroga falleció por la infección que le causaron las balas. Su madre, Lidia Victorina del Valle Fuente, dijo a la prensa local: “El asesino deberá pagar el daño que hizo y no vamos a descansar hasta que eso suceda. Es lo único que pido, ya que ninguna autoridad se presentó ni dio la cara en este momento tan delicado”. Hasta ahora ningún alto mando policial de Salta ha hecho declaraciones públicas acerca del crimen. Se espera que en el transcurso del día Marcelo Lami, jefe de la fuerza, brinde una conferencia de prensa.
Con información de El Tribuno.
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