Cosecha Roja.-
En una visita sorpresa una jueza descubrió que la Unidad Hospitalaria 22 de Lisandro Olmos, a unos pocos kilómetros de la ciudad de La Plata, no está funcionando por falta de insumos médicos. Allí se atiende la totalidad de la población carcelaria bonaerense: unos 28 mil presos.
La Unidad Hospitalaria 22, dependiente del Servicio Penitenciario Bonaerense, está ubicada a 13 kilómetros de la capital provincial. En la mañana de ayer, la jueza Liliana Torrisi del Tribunal Oral en lo Criminal II de La Plata, llegó al lugar junto con el secretario Jorge Rimolid. La visita formaba parte de las “inspecciones sorpresa” que dispuso la Corte Suprema bonaerense después de detectar las pésimas condiciones de las cárceles de la provincia.
Los médicos les contaron a los jueces que desde hace tres meses tienen problemas de abastecimiento. En el acta judicial consta la falta de “medicamentos en general y especialmente en insumos médicos como guantes, hilos de sutura, (material) descartable, barbijos, productos para esterilizar, anestésicos y antibióticos endovenosos”. Estos insumos deben ser provistos por la Dirección de Salud del Servicio Penitenciario de la Provincia. Esta situación, calificada como “grave” por la justicia, mantiene virtualmente paralizada al hospital.
También consta en el informe firmado por Liliana Torrisi que “pese a contar con médicos especializados, capacitados para cirugías y un quirófano de primera generación, el área se encuentra fuera de servicio por falta de insumos y deben derivar las intervenciones en hospitales públicos extramuros, donde la atención está colapsada, lo que genera retardos en los tratamientos médicos” de los detenidos.
La escasez de materiales afecta, además del quirófano, el laboratorio y el consultorio odontológico. Durante la visita los jueces descubrieron que existe un sector de esterilización que tiene aparatos de última tecnología que todavía están en su embalaje original. A pesar de los reclamos de los médicos, los artefactos nunca fueron instalados.
Después de recorrer el quirófano y los consultorios, los jueces visitaron la farmacia del penal. En el acta dejaron asentado que faltan medicamentos básicos, como omeprazol, ranitidina y analgésicos post quirúrgicos.
El 15 de junio pasado, también en una visita sopresiva, el juez Ernesto Domenech clausuró el pabellón 12 de la Unidad 29 de Melchor Romero, a 15 kilómetros de La Plata.
Con capacidad para 250 presos, la U29 es la primera cárcel de máxima seguridad de Latinoamérica. Después de recorrer las instalaciones, el juez descubrió que los detenidos estaban en “pésimas condiciones de vida”: había basura acumulada, vidrios en las celdas, baños destruidos y faltaban colchones, ropa de cama, abrigo. Además, la comida era inadecuada y los detenidos no tenían atención médica.
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