Cosecha Roja.-
Hace algunos días apareció un cadáver mutilado y en estado avanzado de descomposición en una isla de General Conesa, en Río Negro. La autopsia demostró que el cuerpo pertenecía a un varón joven que llevaba en el agua casi un año. Fuentes de la causa confirmaron a Cosecha Roja que podría tratarse de Daniel Solano, un trabajador golondrina desaparecido en noviembre último, por lo que se pidieron los exámenes de ADN. Antes de la autopsia, la policía había hecho correr el rumor que era una mujer adulta. En la causa hay 23 policías implicados y siete de ellos están detenidos.
A principios de noviembre de 2011, en Río Negro, el jornalero Daniel Solano estaba organizando una huelga porque no le habían pagado lo prometido en la cosecha de la manzana. El viernes 4 lo sacaron a la fuerza de un boliche. Lo golpearon, lo subieron a una camioneta policial y lo llevaron a una isla. Desde entonces está desaparecido. Siete policías están acusados por su muerte y otros 15 de encubrimiento. Un testigo de identidad reservada declaró que en un rastrillaje que hizo con sus compañeros a cuatro días del crimen encontraron la billetera y las zapatillas de Daniel y se las entregaron a la policía. Las pruebas nunca aparecieron.
La reconstrucción del hecho estableció que Daniel Solano habría sido asesinado y su cuerpo desaparecido por intentar organizar a sus compañeros. En total, siete policías están detenidos acusados de secuestrar, golpear y asesinar a Daniel. Durante un mes y medio, el abogado de la familia Solano, Sergio Heredia, estuvo en Salta buscando testigos que puedan demostrar la responsabilidad de los acusados.
A principios de mes un testigo de identidad reservada declaró en la causa. Ante el juez contó que cuatro días después de la desaparición de su compañero, participó de un rastrillaje realizado enla Isla92, donde habrían asesinado a Daniel Solano. Ahí, dijo, encontró la billetera del joven desaparecido. Llamó al 101 y un móvil llegó al lugar. Un policía, contó el testigo, guardó la billetera en una bolsita plástica. La prueba nunca apareció en el expediente judicial. Ni siquiera hay un acta sobre el rastrillaje realizado, que habría sido ordenada por la jueza que llevó adelante la causa.
El abogado de la familia, Sergio Heredia, habló con Cosecha Roja y contó que se confirmó la existencia de la llamada al 101, la aparición de la billetera y de una zapatilla de Daniel. “En el caso de la billetera”, contó, “policías de otra área escucharon por radio una comunicación del momento cuando era encontrada”.
La aparición de un cuerpo en el río, cerca del lugar donde se sospecha que fue asesinado Daniel, alimentó las esperanzas de los familiares del joven. La autopsia, realizada ayer, demostró que el cuerpo pertenecía a un varón joven. El cadáver estaba sin piernas ni brazos -no se pudo saber si fueron arrancadas natural o mecánicamente- y llevaba casi un año en el agua. Fuentes judiciales contaron a Cosecha Roja que hay sospechas de que al cuerpo de Daniel haya sido fondeado. El cuerpo, al descomponerse, habría salido a flote. En esta semana, los análisis de ADN demostrarán, finalmente, si se trata o no del jornalero.
Daniel tenía 26 años. Era el único varón de los cinco hijos de Gualberto Solano y vivía con su familia en la comunidad aborigen Misión Cherenta de Tartagal, Salta. En agosto de 2011 se subió a un micro con otros sesenta trabajadores del norte rumbo a Lamarque, Río Negro. Era la tercera vez que Daniel viajaba al sur a trabajar en la cosecha de manzana. La empresa Agrocosecha SRL que lo contrató –que terceriza el servicio para la multinacional Univeg Exprofut S.A- le garantizó una paga de 3 mil pesos al mes.
El viernes 4 de noviembre, Daniel cobró 870 pesos, compró un celular y habló con su padre. Le contó que estaba preocupado porque le habían pagado menos de lo prometido y que estaba organizando a sus compañeros para parar el lunes.
Esa noche, Daniel salió con 20 de sus compañeros de trabajo al boliche Macuba de Choele Choel. Entraron a las 2:05 y tomaron unos tragos. “Alrededor de las 2:40”, contó Sergio Heredia, abogado de la familia, “otro de los trabajadores golondrina -que había sido `puntero´ de la empresa y que fue el entregador- lo empujó”. En una tarima, dos rubias hacían un striptease y azotaban con un cinto a otro de los trabajadores. ”Por el alboroto, Daniel fue retirado del local, al otro lo dejaron. Allí actuaron tres policías que prestaban servicio adicional, pero adentro había otros cuatro efectivos que son quienes lo sacaron”, relató.
Uno de los testigos contó que al jornalero lo llevaron a la vuelta mientras lo insultaban y lo amenazaban.
-¿Por qué me pegan? Yo no hice nada- se quejaba Daniel.
El joven desmayado fue cargado en una Ford Eco Sport de la policía y se lo llevaron ala Isla92, apocas cuadras del boliche. Esa fue la última vez que lo vieron.
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