Marcela Turati. Proceso-. El gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, anunció el martes pasado que tres helicópteros del Grupo de Rescate Aéreo Relámpagos del gobierno estatal habían sido enviados a Guerrero para ayudar en labores de rescate de personas, atención médica y transporte de víveres en las zonas afectadas por la tormenta tropical Manuel. Sin embargo, no contó que, además, transportarían a una peculiar pasajera.
El jueves pasado, el helicóptero rojo con matrícula XC-MMP sobrevoló el río de Coyuca cuando la gente se las ingeniaba para cruzar la corriente donde Manuel tiró el puente que conectaba Acapulco con Coyuca de Benítez. Con gran esfuerzo algunas personas cargaban sobre los hombros garrafones de agua y víveres, sacos llenos de ropa que se salvó de la corriente, cajas con medicinas, una silla de ruedas y hasta un ataúd con una difunta.
A un costado de ese quiebre carretero donde la gente ve interrumpido su sueño de ayuda rápida, aterrizó el helicóptero en el que se leía “RESCATE”, y un rótulo que lo identificaba como parte de la flotilla del gobierno del Estado de México.
La gente que durante varios días había esperado ayuda gubernamental (repartida principalmente en Acapulco) miraba hacia la aeronave que bajó, acordó algo con personas que la esperaban en el suelo y retomó el vuelo hasta que quedó suspendida a una altura baja, poco más arriba de unas palmeras. De la puerta abierta cayó una cuerda. Una persona se deslizó a rapel hasta el piso. En tierra, cámaras de televisión la grababan.
Lo llegado no era ayuda. No eran los paramédicos y los víveres anunciados por Eruviel. No eran los rescatistas que en este momento se necesitan tanto en lugares como La Pintada, donde decenas de personas quedaron enterradas por un alud y siguen sin ser encontradas.
La que llegó era una rubia. Era Laura Bozzo, Laura de América, disfrazada con el casco y el uniforme rojo, como rescatista del Edomex.
Los acompañantes de la popular conductora de falsos teledramas anunciaron a la gente su llegada y la alentaron a que fueran a recibirla.
La gente corrió a abrazar a la Señorita Laura. Le dio la bienvenida. Aprovechaba para contarle su tragedia a la peruana, famosa por su grito “¡que pase el desgraciado!”, previo al linchamiento al que es sometido el malo en turno. En esta ocasión el culpable fue Manuel, que se desgració a millones.
El gobierno mexiquense puso a su servicio un helicóptero para que grabara su interpretación altruista.
El día 17 el gobernador mexiquense anunció: “En nombre de los mexiquenses hemos apoyado, en forma modesta, pero lo hemos hecho, porque los mexiquenses somos solidarios, amables y humanistas. Tendemos la mano cuando es necesario, por eso les participo que el día de ayer se fueron dos helicópteros del grupo Relámpagos, del Estado de México, para ayudar en el rescate de personas que no tenían forma de poder salir de sus regiones. Son helicópteros del Estado de México, que en nombre de los mexiquenses están apoyando a nuestros hermanos allá en Guerrero, va en este momento volando otro helicóptero más para transportar víveres”.
Eruviel Ávila detalló que los Relámpagos llevaban médicos, paramédicos y rescatistas profesionales.
Por su parte, el día 18 de septiembre en su cuenta de tuiter @laurabozzo había anunciado: “Mañana mi equipo llegara muy temprano para ayudar en tierra caliente iremos a los lugares mas apartados donde nadie va besos”. Su mensaje fue ampliamente difundido en redes sociales y en notas informativas.
No es la primera vez que la conductora de la empresa Televisa –poseedora de una flotilla aérea– acude a Guerrero a posar con los damnificados. Tampoco es la primera que se presenta con recursos públicos.
El 23 de marzo del año pasado, después del temblor que devastó a Ometepec, unos tráileres con el logotipo “Guerrero cumple”, cargados con despensas, se estacionaron afuera de la presidencia municipal de Xochistlahuaca, donde fueron convocados los damnificados.
Entre porras orquestadas por el animador del evento, fue recibido el gobernador Ángel Aguirre, quien llegó junto a Bozzo para que animara a los damnificados y les hiciera promesas.
Como documentó Proceso, en el acto Aguirre prometió despensas, nuevas viviendas, programas de empleo temporal para la reconstrucción y advirtió a la gente sobre los “vivales” que podrían aprovecharse de la tragedia.
En su turno, Bozzo dijo: “Yo, señores, soy del pueblo. Cuando hay un desastre soy la primera en estar porque vengo representando a la Fundación Televisa que quiere ayudar (…) rehabilitaremos escuelas con computadoras, aulas deportivas y una serie de cosas para evitar el alcohol y las drogas, los problemas que tenemos. ¡Estoy acá y estaré siempre con ustedes!”, prometió como en cualquiera de los programas donde realiza falsos milagros.
Según la agencia Notimex, el productor de televisión Cristian Zuárez, actual pareja sentimental de la presentadora, anunció esta semana que la visita de Bozzo a las zonas afectadas por las inundaciones se dedicará a levantar un censo de damnificados para ver “cómo se canaliza la ayuda y se analiza ante qué instancias acudir”.
Dijo que “es de prioridad en la agenda de Laura Bozzo establecer una red de comunicación que permita que llegue la asistencia humanitaria a las zonas afectadas y con ese fin se quedará hasta el domingo en zonas impactadas”.
En desastres naturales, es común que las aeronaves oficiales transporten a periodistas a zonas inaccesibles para que hagan su labor y la sociedad se entere. Lo que no es común es que se presten para montar shows y que personas ajenas a las corporaciones vistan uniformes que no les corresponden.
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