Cosecha Roja.-
“Hemos respetado aún cuando se nos faltó el respeto, hemos tenido paciencia cuando se jugó con nuestros tiempos, hemos orado a pesar de haber sido maltratados. Todo tiene un límite y quiero que sepan que nuestra comunidad conoce sus propios derechos y los sabe defender”, escribió el Maestro Amor en un comunicado que difundió en las redes sociales. Se anticipó al comienzo de juicio de mañana en el que está imputado por “abuso sexual y corrupción de menores”. Sus fans lo esperarán con remeras que dicen “yo elijo a la comunidad del Maestro Amor”.
El Maestro Amor es Ricardo Javier Ocampo. Nació en La Rioja, tiene 41 años y es un gurú de comunidades en Colonia del Valle, Miraflores y Coneta (Catamarca). Según él mismo cuenta, el día que nació salió del vientre de su madre con tres pétalos de jazmín sobre el ombligo. “Vengan a Mí. Sólo participando de un modo cercano a Mí, podrán aprovechar mi Luz, Energía y Sabiduría”, invita en su página oficial.
Ocampo tiene un retiro espiritual, un refugio en la montaña, una panificadora, una imprenta y una clínica privada. Da cursos de meditación y seminarios de liderazgo. Tiene un programa de pedagogía (“emociones sanitas”) y un centro “espiritual existencialista y de convivencia comunitaria” (Meditazen) donde conviven “personas de todas las edades”. “Estratégicamente apuntaron al imaginario colectivo hablando de secta, pero lo que se discute acá es si abusó o no de los denunciantes”, dijo a Cosecha Roja Diego Dieguez Ontiveros, abogado de Ocampo. “La comunidad no es un lugar cerrado: le dicen comunidad a compartir un estilo de vida”, agregó.
Lo juzgarán por el caso de un joven que denunció que, entre 2002 y en 2007, fue abusado por Ocampo el departamento de un matrimonio devoto del Maestro. Esa noche, Ocampo le prometió que le “curaría el trauma” con el que venía -lo habían violado a los 6 años-: se desvistió y lo abusó. Después le dijo que había sido muy valiente y le hizo prometer que el secreto quedaría entre ellos dos. Lo contó la víctima en una entrevista del diario La Voz.
Otro de los denunciantes, hace un mes, presentó un escrito ante la Justicia de Catamarca desdiciéndose de su acusación: alegó que lo había hecho porque tenía “problemas con las drogas”. Durante el juicio, deberá confirmarlo o negarlo.
El debate oral que empieza mañana está a cargo del tribunal de la Cámara de Sentencia en lo Criminal Nº2 de Catamarca (Luis Guillamondegui, Jorge Álvarez Morales y Rodolfo Bustamante). El Fiscal es Gustavo Bergesio.
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Las denuncias tienen larga data: en 2009 apareció la primera. Un hombre de 29 años dijo que el Maestro había abusado de él en 1998, en La Rioja, cuando tomaba clases de taekwondo. “Es una mochila que cargué estos años y que llegó el momento de abrir, para que no le pase esto a nadie más”, dijo entonces. A partir de ahí las denuncias se multiplicaron en Córdoba, Mar del Plata y Buenos Aires. Pero uno sólo de los casos es el que llega a juicio. Algunos directamente no hicieron la denuncia formalmente.
Por el primero de los casos, Ocampo pasó seis meses preso en Catamarca en 2009. Luego lo liberaron. “La justicia declaró falta de mérito porque los peritos dijeron que el denunciante era mitómano”, contó Ontiveros. “Sos un personaje siniestro, todo lo que te rodea es siniestro y sombrío, violaste a tu primo”, le escriben en twitter usuarios anónimos al primer denunciante del Maestro.
En 2012 Ocampo pagó una fianza de 20 mil pesos para poder vivir en Catamarca mientras se resolvía su situación procesal en La Rioja. Espera el juicio en libertad. Para él, se trata de “morbo mediático”: “Cierta prensa ha tergiversado los hechos a favor de la súper noticia (…) Y, como el morbo vende y, de una u otra manera somos morbosos, caemos. Esta prensa sensacionalista intenta demonizar a instituciones y personas con el fin de generarse así su sustento de supervivencia. ¿O cómo creen ustedes que comen estos buitres?”, escribió en el comunicado.
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