Cosecha Roja.-
“Esto no tiene un idioma político, tiene un idioma universal: Facundo Alegre es un desaparecido”, dijo Viviana, la mamá del joven de 20 años a Cosecha Roja. Vino de Córdoba a Buenos Aires para reunirse con Martin Fresneda, secretario de Derechos Humanos de la Nación. Ambos reclamaron que avance la causa del Rubio del Pasaje y que la justicia establezca la fecha de juicio. “Solicitamos que se profundice la investigación sobre la desaparición de Facundo”, dijo Fresneda.
El 19 de febrero de 2012 fue la última vez que lo vieron a Facundo. Había ido a un baile del Estadio Centro cordobés. Lo siguiente que supieron fue que lo habían cremado aunque nunca se comprobó. Viviana viajó hasta Buenos Aires para dar un mensaje: no va a dejar que nadie se olvide del Rubio. Con ella, inseparables, el cartel que ruega que Facundo aparezca y el chupete rosa. Se reunió con familiares de víctimas de violencia institucional y visitó a Vanesa Orieta, hermana de Luciano. “Yo lo que quería era abrazar a Vane”, contó.
Fresneda insistió en “la necesidad de celeridad en la tramitación de la causa” para evitar “que se dilate por estrategias defensivas que pretendan lograr impunidad”. El caso de Facundo está en la Cámara 11 del Crimen y esperan que la justicia determine fecha de juicio. “Tanto Viviana como la sociedad necesitan saber la verdad: hace falta que se investiguen y profundicen todas las hipótesis delictivas”, dijo. Explicó que no alcanza con la sospecha de que habría sido incinerado en los hornos de San Vicente sino que hay que desenmarañar las redes de complicidad: “Para desaparecer una persona hay que tener mucha logística, una red de impunidad y un pacto de silencio”, dijo.
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Facundo era de Boca. Le gustaba bailar, siempre estaba de buen humor y entraba a los lugares cantando. Tuvo una banda de rock, una de tango y una de cuarteto. “Decía que tenía mil despelotes pero que todo va por dentro, que por fuera prefería sonreir”, contó Viviana. Tenía una hija de un año cuando lo mataron.
El Rubio desapareció el domingo 19 en la madrugada después de estar con la banda cuartetera de Damián Córdoba. La hipótesis del fiscal Alejandro Moyano apunta a que los pibes del grupo le pidieron a Facundo que les fuera a comprar cocaína a lo de “Los Colela”, en la casa de María del Carmen “La Colela” Rearte. Querían tener para el viaje. Siempre hacían eso: mandaban a los fans a conseguirles de la buena.
Facundo llegó al barrio Maldonado, se encontró con Pablo y Kevin Reartes, compró 50 gramos y pagó una deuda. Pero los cien dólares que entregó eran falsos y le pegaron un tiro en la cabeza. Entonces Facundo se convirtió en un cuerpo dentro de una frazada. Lo llevaron al cementerio, lo guardaron en una tumba y lo cremaron.
Viviana dice tener más detalles, pero no los puede contar porque quiere respetar el secreto de sumario, porque tiene el teléfono pinchado y porque precisaría que le den una protección de testigos que funcione. Las amenazaron personal y telefónicamente a ella y a su nieta y nuera (la hija y la novia de Facundo) varias veces. Una de las últimas fue el sábado 5 de junio: el perro ladró tan fuerte que Viviana saltó de la cama con la nena de tres años a upa y se encontró con la policía y una orden de allanamiento.
La mamá del Rubio denunció que le entregaron los expedientes dos años después de la desaparición, que el Fiscal no apartó a los miembros de la policía de la investigación pese al pedido del Programa Nacional de Lucha contra la Impunidad y que él “negó tener una presión política por parte del gobernador José Manuel De la Sota, pero hoy es Fiscal General de la Provincia de Córdoba”.
Fotos: Cosecha Roja
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