Julia Muriel Dominzain – Cosecha Roja.-
Cuando encontraron el cuerpo de Claudia Sosa, ya habían pasado más de 48 horas de su muerte. Estaba tirada en el living del departamento que alquilaba -enfrente de la Comisaría 3era de Tribunales- con la cabeza apoyada en la heladera y llena de sangre. La bala le entró por el ojo y no salió. Al lado del cadáver de la masajista lloraba el cachorro de caniche toy negro que se había comprado este mes. Los familia sospecha que el asesino la conocía: la cerradura no estaba forzada y, según las pericias, ella no alcanzó a defenderse. Los investigadores intentan determinar si el departamento era un “privado”. En octubre del año pasado mataron de un disparo a Marcia, una mujer de la misma edad que ejercía la prostitución en un departamento a seis cuadras de ahí.
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Claudia tenía 32 años y hacía ocho meses que vivía en la planta baja A de Tucumán 1545. Su familia era de La Tablada, partido de La Matanza. El monoambiente en el que apareció tiene un entrepiso de madera. Abajo está el living con cocina integrada en donde la encontraron muerta. Arriba, dos habitaciones pequeñas. En una tenía la camilla y los electrodos que usaba para hacer masajes a sus clientes y, en la otra, su cuarto. Al momento del hallazgo la cama estaba impecable y ella tenía puesto un jean y una remera blanca. Según contó la hermana en la televisión y un testigo a Cosecha Roja, en la casa faltaba una notebook y no había plata. Los investigadores encontraron la vaina de una bala 9 milímetros, tres celulares, y una llave dentro de un frasco. La Justicia cree que el asesino usó el llavero de Claudia para cerrar el departamento cuando escapó.
El sábado a la noche un vecino que bajó a pasear al perro dijo que escuchó música en el departamento de Claudia. El martes, la vecina del B sintió olor a podrido en el pasillo y le avisó al encargado. Hacía varios días que no veían a la masajista. Según contaron fuentes judiciales a Cosecha Roja, el miércoles a las 2 de la tarde el dueño del departamento fue con un cerrajero y abrieron la puerta. Encontraron el cuerpo en estado de putrefacción. La Unidad Criminalística Móvil de la Policía Federal confirmó que que la bala en el ojo derecho y la autopsia del Cuerpo Médico Forense determinó que Claudia murió entre la tarde del domingo y la del lunes.
Los vecinos contaron a Cosecha Roja que Claudia recibía entre tres y cuatro hombres de traje por día. Aunque la hermana negó que ejerciera la prostitución, los investigadores todavía intentan determinarlo: están analizando los llamados y los mensajes de whatsapp de la víctima, y las cámaras de seguridad de la zona.
El 9 de octubre del año pasado, a seis cuadras de ahí, asesinaron a Marcia Matus en un privado. Tenía 29 años, era de Remedios de Escalada (Lanús) y ejercía la prostitución en un departamento de Tucumán al 900. La familia denunció que se peleó con una proxeneta y que la asesinaron. Le dispararon e intentó cubrirse: el tiro le atravesó la mano y le dio en el tórax. En aquel momento, el fiscal a cargo de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas, Marcelo Colombo, dijo a Cosecha Roja: “La investigación del homicidio tiene que estar ligada a la de la explotación sexual en el prostíbulo”.
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Según el informe anual de la Casa del Encuentro sobre femicidios, en 2014 hubo 277 mujeres que murieron en manos de varones. De ellas, 82 tenían entre 19 y 30 años, 74 fueron asesinadas en su casa y 1 en un prostíbulo. Mataron a 10 mujeres “en presunción de prostitución o trata” y 4 de los femicidas eran proxenetas.
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