Mangeri - Télam

Juliana Mendoza – Cosecha Roja.-

Jorge Mangeri lo hizo de nuevo: “las lesiones que tengo me las produje yo en la vía pública con un encendedor”. El abogado querellante Pablo Lanusse mostró un acta en la que el encargado aseguraba que las heridas que tenía en el cuerpo no fueron por los aprietes arriba de un patrullero. Es la segunda vez que el único acusado por el crimen de Ángeles Rawson se autoincrimina: el 14 de junio ya le había dicho a la fiscal que él era el responsable de la muerte de la adolescente.

Ese día Mangeri llegó detenido desde la División Homicidios a la Unidad 28 del Servicio Penitenciario a la medianoche. El 15 de junio firmó un “acta de lesión” que dice que él se había hecho las heridas que tenía en el cuerpo. Alejandro Murdoch fue el policía que preparó el acta para la indagatoria del juez. Lanusse pidió que declare en el juicio oral y el Tribunal Oral en lo Criminal N°9 aceptó la incorporación del testigo.

Los fiscales y la querella quieren confirmar que la letra del documento y la declaración sean del encargado. Con este testimonio podrían demostrar que las amenazas de los policías nunca existieron y que las heridas eran los rasguños disfrazados de la adolescente. El abogado defensor Adrián Tenca, que hoy presentó todos los testigos, aceptó la citación de Murdoch pero pidió que declare el mismo día que los médicos que revisaron al encargado.

***

El cuerpo de Ángeles Rawson llegó a la estación de reciclaje N°3 con la ropa húmeda. En el Ceamse de José León Suárez la basura pasa por un piletón enorme, un rodillo y dos cintas transportadoras. Roque Álamo vio el escudo del colegio en el buzo y supo que era el cuerpo de la adolescente de 16 años. Él y Roberto Yantoro -los dos son subcomisarios de la Policía Científica de San Martín- dijeron que el cuerpo tenía una fractura expuesta, el brazo izquierdo estaba lesionado, la mandíbula quebrada y el ojo derecho abierto. Llevaba tres anillos en una mano.

Durante la audiencia, la defensa puso en juego su estrategia. Adrián Tenca quiso demostrar que plantaron el ADN de Mangeri en las uñas de la adolescente. Pero los peritos pusieron sobres de madera en las manos de Ángeles y los aseguraron con cinta adhesiva para preservarlas. “Sacaron las fotos necesarias y le cubrieron las manos para no contaminar la evidencia”, dijo Álamo. Todos los testigos declararon que vieron el cuerpo con las manos protegidas. Héctor Rossi y Marcelo Ribe fueron los policías encargados de trasladar el cadáver del hospital Carrillo a la morgue judicial. La única vez que vieron a la adolescente fue desnuda en una bolsa negra. “El cuerpo siempre estuvo custodiado”, dijeron.

Foto: Télam