TAXIByJuliaDominzainCosecha Roja.-

“Fue a bailar y se quedó dormida en el taxi”, “La chica dijo que tenía sida y el taxista se puso un preservativo”, “No sé qué más le habrá dicho para provocarlo y él aceptó”. La joven de 20 años sufrió un doble abuso: después de denunciar la violación, algunos medios la revictimizaron, contaron detalles del abuso y dieron “recomendaciones” para que las mujeres se cuiden cuando salen a la calle. “Hay un voyeurismo importante que es parte de la cultura de la violación: ¿qué necesidad tienen de contar cómo fue violada? Y hay un coro social que reproduce este morbo”, dijo a Cosecha Roja la periodista Marta Dillon.

Hoy trascendió que el taxista se confesó con la esposa. Primero le dijo que había sido una relación consentida pero después contó que como la pasajera no le pagó, él la violó. Anoche discutió con la mujer, se fue de la casa y ella lo denunció en la comisaría 4ta de Sarandí. Según dijeron fuentes judiciales a Cosecha Roja, esta tarde la joven participaba de una “rueda de reconocimiento” para ver las fotos de los 400 choferes de Taxi Premium que trabajaron el domingo a la madrugada e indicar cuál abusó de ella el domingo a la madrugada. Mientras la policía busca al abusador, el hijo de la esposa salió a defenderlo: “él pensaba que ella le iba a pagar. El preservativo se lo dio ella, esto fue consentido”.

“Pasa de todo a la noche, no podés estar sola a esta hora en la calle”, le había dicho el taxista a la joven de 20 años. Después le ofreció llevarla gratis porque la vio sola, parada en la puerta de un bar de Colegiales. Ella estaba sin la cartera -porque se le había llevado una amiga- y no tenía la billetera ni la SUBE para viajar. “La chica dijo que tenía HIV para protegerse, eso es un modo de resistencia y tendría que apropiarse de eso”, dijo Dillon.

Ahora los policías buscan a un ciudadano boliviano de 44 años que todavía no aparece. Lo único que encontraron es el taxi, que estaba estacionado en la puerta de la casa del padre. La patente terminaba en 611, tal como declaró la esposa. La Justicia mandó a hacer la pericia del auto y la mujer fue a la fiscalía de Eduardo Cubría, que investiga la causa, a formalizar la denuncia y ampliar la declaración.

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Una nota publicada hoy en el diario La Nación recomienda: “Evitá el uso de auriculares en ambas orejas, lo que ayudará a estar alerta, especialmente si estás caminando sola”, “Salir en grupo y volver en grupo siempre es más seguro”, “Llamá el taxi por teléfono, pedirlo por Internet o por alguna app del celular”. “Dar tips me parece demencial, siempre hay algo que la chica debería haber hecho y no hizo. Esto niega la matriz violenta en la que estamos cada vez más expuestas”, dijo Dillon.

Los consejos para no ser violadas comparten la visión de que el varón tiene una sexualidad compulsiva: así la calle se convierte en un lugar inapropiado para la mujer. “Para hablar de la suerte de las mujeres se hace foco en sus acciones y características particulares. El sujeto siempre es la mujer y no el violador”, dijo.

 Para la escritora Selva Almada, las mujeres no deberían tener miedo de tomar un taxi. “Son recaudos que naturalizamos porque nos educaron. Y, además, ¿en qué lugar ponemos a los hombres? ¿Como animales en celo que no se pueden contener si una piba se queda dormida en un taxi?”, dijo a Cosecha Roja. Ella cree que estas ideas “son las sostienen el entramado misógino de la sociedad” que lleva a que un hombre crea que tiene derechos sobre el cuerpo de una mujer.

“¿Por qué no no me puedo adormecer en un taxi y confiar que me va a llevar a la dirección que le pedí? ¿Por qué no me puedo vestir como quiero?”, se preguntó Almada. Si bien hace tiempo que la violación no está en la tapa de los diarios, sí lo están los femicidios y la violencia de género. El domingo terminó la Semana Internacional contra el Acoso Callejero. Pocos días antes, el marido de una maestra jardinera la mató delante de sus alumnos, Aixa denunció que los albañiles de su cuadra la amedrentaban cada vez que salía y otra joven contó en las redes que la drogaron con burundanga. Según el informe anual de la Casa del Encuentro sobre femicidios, en 2014 hubo 277 mujeres que murieron en manos de varones.