Melisa Marturano – Cosecha Roja.-
Wendy Caldora tiene 22 años, dos hijas y vive en Villa Fiorito. Con su bebé en brazos, recordó el infierno que era su vida a los 16: “Consumía muchas drogas y delinquía, estaba en cualquiera”. El segundo embarazo la hizo caer en la realidad. Si seguía así, el final estaba cerca. “Quise rescatarme, ser una buena mamá”, contó a Cosecha Roja. Cuando lo logró, se planteó un nuevo objetivo. Hace un año se capacita en adicciones para ayudar a otras chicas de su barrio que, como ella, tocaron fondo. “Se puede cambiar, pero tenemos que armar redes, juntarnos y trabajar en grupo”, dijo.
La historia de Wendy fue una de las protagonistas de la jornada de reflexión del Instituto de Investigación sobre Jóvenes, Violencia y Adicciones (IJóvenes) –creado por la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires a fines de 2013-. Allí los investigadores contaron la tarea que llevan adelante en el barrio 17 de Noviembre (conocido popularmente como Campo Tongui), en Ingeniero Budge, Santa Catalina, Lamadrid y Villa Fiorito, en el partido de Lomas de Zamora.
“Hay que repensar la presencia del Estado: no es ajeno a nosotros, es nuestro y tiene que ver con lo comunitario. Una cuestión clave que tenemos que llevar adelante con el Instituto es registrar lo que está sucediendo en el territorio con un temática específica, que es la de los jóvenes, la violencia y las adicciones, pero que no se puede aislar de las condiciones en las que la gente vive”, dijo Alfredo Fernández, secretario ejecutivo de IJóvenes.
El objetivo del encuentro también fue rescatar la voz de los referentes comunitarios que trabajan en los barrios. “Investigar no puede ser una tarea neutra. Implica entender cómo está organizada la participación en los barrios y cuáles son las redes existentes para sumarse así a los espacios que ya tienen, fortalecerlos, generar nuevos y articular con el Estado”, explicó Fernández.
La idea de IJóvenes es rescatar la dinámica de cada barrio, sus condiciones de vida y cómo es la convivencia al interior de cada territorio. “Sólo así se podrá entender qué les pasa a los pibes cuando empiezan a tener consumos problemáticos. Cuando empezamos a investigar en estos lugares, nos encontramos con el problema del hábitat. Los vecinos tienen bronca porque les parece que las adicciones no encuentran la respuesta adecuada por parte del Estado y porque no hay lugares suficientes para los chicos que tienen problemas. Algunos vecinos también perciben que la policía tiene alguna vinculación con la venta de drogas”, dijo el secretario ejecutivo.
Una de las alternativas para enfrentar los consumos problemáticos está en la experiencia en los barrios. “Lo comunitario como red es una alternativa real en la que hay que trabajar”, advirtió el secretario ejecutivo de IJóvenes.
Pero la tarea no puede estar completa sino se articula esa organización territorial con las instituciones estatales presentes en cada lugar, como los Centros Preventivos Locales de las Adicciones del SEDRONAR o los Centros de Prevención de las Adicciones bonaerenses. Los responsables del IJóvenes también desatacaron la tarea que lleva adelante el Hospital Nacional en Red (ex CENARESO). “Su rol es muy valioso y tiene que generar ejemplaridad. Su abordaje de las adicciones es muy inteligente, trabajan caso por caso, no con un Estado que pone un escritorio de por medio cuando llega un pibe, sino con uno que sea capaz de tenderle la mano y articular con las instituciones locales”, dijo Fernández.
“Tenemos plena conciencia de que el problema de las adicciones es complejo y que está vinculado con la violencia y con la sociedad de consumo, pero la solución tiene que partir desde el abordaje comunitario. Cuando hay participación de la gente, la capacidad de respuesta es mucho mayor”, concluyó.
Del encuentro también participaron referentes comunitarios de los barrios 1º de Octubre, 17 de Noviembre, Villa Fiorito y Santa Catalina; el director territorial de IJóvenes, Ignacio O’Donnell; la coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la UBA, Myriam Gorban; el director del hospital materno-infantil Dr. Oscar Alende, Fabián Calzeta; la titular de la Dirección Materno Infantil de Lomas de Zamora, Analía De Simón; y Karina Castaño, directora de Derechos Sociales del Municipio de Lomas de Zamora.
Fotos: Luis María Her
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