Cosecha Roja.-
Dos días antes de desaparecer, a Iván Torres los policías de la Seccional Primera de Comodoro Rivadavia le hicieron un simulacro de fusilamiento. En esa dependencia, el 2 de octubre de 2003 fue la última vez que lo vieron. El caso fue la base de una condena al Estado Argentino de la Corte Interamericana de DDHH y sirvió para promover que se incluya el delito de ‘desaparición forzada’ en el Código Penal. Pero el tribunal federal de Comodoro Rivadavia juzga a los 14 oficiales sólo por privación ilegítima de la libertad de Iván. Las organizaciones sociales exigen el cambio de carátula.
“Hasta el Estado reconoció su responsabilidad, hay elementos para plantear la acusación por desaparición forzada”, dijo a Cosecha Roja Lucas Krmpotic, de la Comisión contra la Impunidad y por la Justicia. El juicio está a cargo del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia -Pedro de Diego, Enrique Guanziroli, Nora Cabrera de Monella y Marta Yañez- y empezó a fin de noviembre. Hay 14 policías provinciales imputados. La mamá de Iván, María Millacura, dejó de ir a las audiencias como forma de protesta.
Este fin de semana, las agrupaciones sociales AGARRE (Acción Grupal Antirrepresiva) y la Comisión contra la Impunidad y por la Justicia en Chubut pidieron en conferencia de prensa que se cambie la carátula del juicio por “desaparición forzada de persona”.
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El 2 de octubre, Iván y dos amigos se habían juntado en la plaza Soberanía, cerca de la costanera. Todos vieron cuando el móvil 469 pasó por la puerta de la heladería. Los dos pibes entraron y él se quedó afuera. No lo volvieron a ver. La mamá quiso hacer la denuncia de la desaparición de su hijo pero no se la tomaron. Tampoco al día siguiente, ni al otro. Recién cuando la noticia salió en los diarios, se la aceptaron.
La policía ya hostigaba a Iván. Los compañeros lo contaron ante la Justicia: los agentes de la Primera les decían “a tu amigo lo vamos a dar vuelta”. Un testigo clave fue David Hayes. “Yo vi cuando a Iván le pegaban desde una ventana que está en un baño. Le pegaban varios, puedo identificar a los que estuvieron esa noche y señalar el lugar en donde Iván cayó desmayado. Lo agarraron y lo sacaron a la rastra hasta una escalera que da a la unidad regional y otro policía limpió la escalera de la unidad regional”, declaró. Según un informe del CELS, el 17 de enero de 2005, el testigo “fue asesinado luego de una confusa pelea entre presos en la alcaldía local”.
“Al avanzar la investigación, Gendarmería hizo una pericia y encontró que en la puerta trasera del patrullero decía el nombre ‘Iván’, escrito al revés”, contó Krmpotic. Los testimonios coincidieron con que Iván estuvo en la Comisaría Primera de Comodoro Rivadavia al menos hasta el 3 a la madrugada. La pesquisa tuvo varias etapas y jueces y fiscales destituidos. Además de la muerte de Hayes, otra de las irregularidades fue que el libro de guardia de la comisaría recién fue secuestrado por la Justicia casi un mes después de la desaparición.
En 2011, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sentenció que el Estado argentino debía dar con el paradero del joven e investigar los hechos como una desaparición forzada. En marzo de 2014, el Estado Nacional resolvió pagar la indemnización de 182 mil dólares a la familia del joven.
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Nota publicada el 14/12/2015
Foto: Infojus Noticias
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