danielareaCuadernos Doble Raya.-

Hace unos días volvió a pasar. Siguiendo links llegué a un texto que hablaba sobre periodismo y periodistas, y que terminaba enunciando algunos nombres que de acuerdo con el autor representan a quienes escriben crónicas y piezas periodísticas cálidas y cercanas a la realidad. El listado de nombres incluía a Reportero Veterano Hard Core, Escritor Famoso 1, Escritor Famoso 2, Cronista Reconocido 1, Cronista Reconocido 2, Cronista de Medio Pelo, Cronista-Escritor de Producción Nacional, Cronista-Escritor Glorificado, Cronista Hard Core, Cronista-Editor, y a Leila Guerriero. Entre diez nombres de hombres reconocidos y celebrados –el texto ni siquiera nos concedía la originalidad de un nombre poco conocido–, sólo había un nombre de mujer, y la mujer era Leila.

Esto no tendría mayor importancia si no fuera porque ocurre con demasiada frecuencia. En los círculos de aquellos que han dado en llamarse cronistas porque las corrientes periodístico-literarias, más la Fundación Conocida y Querida por Todos (FCQT), más un par de revistas sofis, han otorgado un halo de glamour al término, suelen predominar los nombres masculinos. Ejemplos sobran. Los paneles donde son sólo hombres los que se reúnen a hablar sobre el sagrado arte de escribir crónica –recuerdo casi con flojera cómo año tras año se realizaba la famosa “mesa de los cronistas” de la Feria Famosísisma del Libro (FFL) que siempre tenía a los mismos individuos sentados al frente hablando de, ya saben, hacer crónica–. La lista “Diez libros para periodistas” publicada este año por una de las revistas sofis, en la que nueve de los títulos sugeridos tenían por autor a un varón. El libro aquel muy bueno, compendio de textos sobre América Latina, cuyo editor se llevó amonestaciones varias porque de trece autores, los trece eran hombres. El medio de comunicación centroamericano independiente y chingón cuya alineación estrella está formada sólo por hombres. El espacio académico-periodístico virtual de reciente surgimiento en México, en cuyo equipo editorial, nop, tampoco hay mujeres.

El tema no es nuevo. Como muchas otras mujeres periodistas-escritoras-cronistas, yo personalmente he hablado, comentado, pataleado, bromeado y cuestionado a mis colegas sobre el asunto, y las respuestas van desde los honestos mea culpa, a los que te dicen: “claro que incluimos mujeres, ahí están Leila Guerriero y Alma Guillermoprieto” (a quienes adoramos, que no quede duda), para llegar a los mentecatos que te sueltan un “es que no hay mujeres cronistas” (¡grrrrrr, grrrrrr!).

Hay desde luego también un movimiento que incluye y considera a las mujeres. La FCQT suele ofrecer espacios con equilibrio de género, tanto en la conformación de sus equipos de trabajo como en la formación de grupos para impartir talleres. Bravo. Y algunos medios de comunicación empiezan a reconocer el trabajo de sus reporteras –muchas de las cuales están ganando premios– y las impulsan y motivan. No es que estemos taaaan mal, pero todavía nos falta, nos falta; hay que seguirle talachando para que la máquina siga caminado pa’lante.

Por el rollo anteriormente expuesto, decidí que para cerrar el año en Cuadernos Doble Raya –espacio en el cual, permítaseme la presunción, solemos ser bastante equilibrados cuando de género se trata– sería buena idea compartir con el lector diez crónicas escritas por mujeres que no son Leila Guerriero, nomás por el gusto de recordar y recordarnos que, aunque a veces no se vea, a fuerza de zapato y pluma las mujeres sí somos copropietarias del elíseo croniquil.

Estas son diez crónicas seleccionadas sin más rigor que mi gusto personal y mi buena memoria de un jueves por la tarde. Las comparto en orden alfabético por el apellido de su autora, y espero que las disfruten, las comenten, las recomienden, y nos recomienden las suyas. Lectores, colegas, Grandes Cronistas del Mundo: ¿nos recomiendan una crónica escrita por una mujer que no sea Leila Guerriero?

MIS DIEZ CRÓNICAS

1. ¿Qué no ves que estamos en crisis?, de María Fernanda Ampuero. Publicado en Gatopardo.

2. Larga distancia, de Catalina Gayà. Publicado en Gatopardo.

3. Vivir de los migrantes, de Thelma Gómez Durán. Publicado en En el camino.

4. Un amor eterno de seis días, de Cecilia González y Eugenia Zicavo. Publicado en Anfibia.

5. La vaca sagrada, de Josefina Licitra. Publicado en Anfibia.

6. Los niños del opio en Guerrero, de Vania Pigenoutt. Publicado en El Universal.

7. Las voces de todos los muertos, de Daniela Rea. Publicado enCosecha Roja.

8. Se busca (muerto) al juez Odilón de Oliveira, de Alejandra Sánchez Inzunza. Publicado en Etiqueta Negra.

9. Culiacán, el lugar equivocado, de Magali Tercero. Publicado enLetras libres.

10. El dormitorio más triste y solo de Ayotzinapa, de Marcela Turati. Publicado en Proceso.