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“No tiemblo, es magia”, dice René. Tiene 79 y es un reconocido mago platense. Cuando le diagnosticaron Parkinson, su vida dio un vuelco: “lo viví como a un castigo, pensé que nunca más en mi vida iba a poder hacer un truco”. Hace un año conoció al médico Marcelo Morante y a la marihuana medicinal. Al mes de utilizar el aceite cannábico no sólo se redujeron los espasmos musculares sino que recuperó el apetito y se anotó en aqua gym.

El responsable es Morante, uno de los referentes latinoamericanos en el tratamiento del dolor con cannabis medicinal. Es profesor e investigador de la Universidad Nacional de La Plata y director del Área de Investigación en Medicina del Dolor (AIMED). El primer objetivo que le propuso a René fue simple pero ambicioso: bajar de la camilla sin ayuda. A los pocos días René lo llamó para decirle que por fin, después de mucho tiempo, pudo dormir toda la noche de corrido.

Las primeras citas fueron en el consultorio, pero Marcelo se dio cuenta de que la medicación requería un momento más distendido. Entonces todos los sábados se toman un café y hablan del tratamiento. Y René le cuenta anécdotas de sus inicios en la magia, de los tiempos en los que fue colaborador de Tu-Sam. Marcelo cree que los médicos rechazan al cannabis porque es una planta “variable”. Pero, según él, habría que replantearse la forma de medicar: “estamos muy a expensas de la industria farmacéutica”.

Si bien nunca dejó de tomar la medicación convencional, René todavía no puede creer los resultados del cannabis. “Es maravilloso. Hay muchos prejuicios porque viene de una sustancia prohibida pero lo que hay que hacer es estudiarlo y ponerlo en funcionamiento, para hacerle un bien a la humanidad”.

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El Parkinson es una enfermedad crónica y degenerativa del sistema nervioso que se caracteriza por el movimiento constante e involuntario del cuerpo, la falta de coordinación y la rigidez muscular. El tratamiento más usado es la administración de levodopa, aunque no controla los síntomas no motores como calambres, depresión, falta de sueño y de apetito, que comienzan mucho antes y  deterioran más. El cannabis sí puede combatirlos.

“Mr. Parkinson me está pisando los talones”, reconoció Carlos “Indio” Solari ante 150 mil fans en su último recital en Tandil. La incidencia de la enfermedad es del 2 por ciento de la población mundial mayor de 60 años, aunque existen formas de inicio en la juventud. Según los expertos, las explicaciones son múltiples y tienen que ver con la predisposición genética y otros factores ambientales.

El Estado argentino autorizó por primera vez en octubre del año pasado la importación de aceite de cannabis para una niña de dos años y medio que convulsionaba hasta 20 veces por día. Sin embargo, la actual Ley de Drogas 23.737 fue pensada para “perseguir al narcotráfico” y no contempla el uso de la marihuana con fines medicinales. Para Marcelo, “la ley está totalmente enfrentada a la libertad individual y no diferencia consumidores problemáticos de los no-problemáticos”. El Parkinson es -junto con la epilepsia, la fibromialgia, la artritis reumatoidea, la migraña y las  enfermedades intestinales- la ‘evidencia emergente’: se piensa que serían buenos candidatos para el cannabis pero para afirmarlo no hay suficientes estudios.

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Después de casi setenta años de dedicar su vida a la magia, René sigue pensando que es “la más maravillosa de las artes”. La primera vez que subió a un escenario fue como asistente. Tenía 14 y más miedo que vergüenza: “no quería que nada me saliera mal”. Lo venció, siguió estudiando y se convirtió en uno de los mejores hipnotizadores de La Plata.

El aceite de cannabis le permitió a René recuperar su confianza. No sólo volvió a la magia sino que ahora se dedica a investigar nuevas técnicas, a dar cursos y en los ratos libres viaja con su mujer. El mes que viene irán a Córdoba para relajarse en un spa de Villa María y a la vuelta disertará en un congreso latinoamericano sobre hipnosis artística.

“Hoy puede ser el cannabis, mañana la acupuntura, pasado el reiki: no importa la herramienta”, dijo Marcelo y miró a René: “La planta de cannabis no es mágica, René sí”.