El sábado mataron a una mujer trans en Jujuy. El crimen fue en un barrio de la ciudad de Palpalá. La víctima se llamaba Zoe Nazarena Quispe y tenía 34 años. Recibió al menos diez puñaladas -algunas fuentes hablaron de 23- y la policía detuvo a al novio: un hombre de 26 años qué, según los medios locales, habría confesado el asesinato.
La causa quedó en manos del fiscal Alejandro Maldonado, quién no descartó caratularla como femicidio. Luego del crimen, la Secretaría de Paridad de Género de Jujuy advirtió que en casos como este, los medios “tienen que llevar adelante una cobertura responsable, en resguardo exclusivo de los derechos humanos y respetando a la familia que está atravesando esta difícil situación”. Y que las leyes y convenciones internacionales indican “que los medios deben referirse al hecho como un femicidio, y no como un crimen pasional”.
Si bien esta vez lo medios locales evitaron usar ese término y se refierieron a Zoe en femenino, hicieron eje en una “violenta discusión”, de “los celos de uno de los concubinos” y de “una pelea con elementos cortantes” en la que el asesino “presentaba cortes en diferentes partes del cuerpo hechas con un tenedor, lo que derivó en su atención médica”, mientras que Zoe, como se dijo, recibió varias puñaladas en el cuello, por lo que murió desangrada.
A fines de junio, la Primera Marcha Nacional contra los Travesticidios alertó sobre el asesinato de personas trans en todo el país. En Buenos Aires, donde pidieron justicia por el crimen de la activista Diana Sacayán, las organizadoras reclamaron por la situación de todo el colectivo. “Queremos gritar bien fuerte por ella y por todas las compañeras asesinadas, porque Diana fue una persona mediática y conocida hasta internacionalmente, pero muchas otras están siendo asesinadas y sus muertes quedan en el anonimato”, declaró Florencia Guimaraes, presidenta de la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (Alitt).
Hasta la marcha de junio las organizaciones habían contado seis travesticidios, solo relevando lo que se publica en los medios de comunicación. El último de ellos había sido el de una mujer de 53 años que recibió siete puñaladas. Ahora se le suma el de Zoe Nazarena: según el mapa de la violencia trans, en los que va del año hubo ocho asesinados.
La causa por el asesinato de la activista Diana Sacayán, y la de la salteña Gimena Alvarez -ocurrido en 2013 y juzgado en julio- fueron los primeros homicidios de personas trans donde los acusados fueron acusados de femicidio, una figura penal incorporada en 2012 y que agrava las penas en crímenes donde media la violencia de género.
“A nosotras – dijeron las organizadores en aquella marcha contra los travesticidios de junio- no nos convence del todo la figura de femicidio porque en el caso de personas trans creemos que la expresión correcta es ‘travesticidio’.
“Consideramos que no es sólo un travesticidio cuando nos matan en la calle”, agregaron, ”sino también el que comete este sistema social cuando nos condena a la prostitución y a que tengamos una expectativa de vida de 35 años”.
Según un informe del Inadi, el 84% de las personas trans no terminó la secundaria, el 64% tiene la primaria incompleta y el 95% se dedica a la prostitución.
Mapa de la violencia trans*
*Se trata de un mapa de construcción colectiva. Se puede colaborar en el sitio web del mapa.
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