A cuerpo de rey, pero con el miedo en el cuerpo. Los dos mil agentes de la policía de Ciudad Juárez han tenido que abandonar sus casas para acuartelarse en hoteles por orden de su alcalde, para evitar que sean blancos del crimen organizado cuando regresan a sus hogares.
En enero aparecieron en distintos puntos de esta ciudad fronteriza varios mensajes donde se anunciaba el asesinato de un agente por cada día que el jefe policial, Julián Leyzaola, se mantuviera en el cargo. Las «narcomantas», firmadas por el Nuevo Cártel de Juárez que dirige César «El Gato» Carrillo Leyva (supuesto hijo del fallecido capo Amado Carrillo Fuentes), acusaban a Leyzaola de proteger a Nueva Generación, cártel aliado al de Sinaloa.
Las amenazas ya han empezado a cumplirse y al menos once uniformados, incluidos cuatro comandantes, fueron asesinados el pasado mes. Pero el presidente municipal, Héctor Murguía, ha advertido que «existe el cero por ciento de probabilidades de que (Leyzaola) renuncie o lo renuncien».
Eficacia policial
El jefe de la policía –un ex teniente coronel de Infantería que ya estuvo al mando de la seguridad en Tijuana, donde redujo notablemente los índices de criminalidad– ocupa su actual puesto desde marzo desde 2011 y es visible su eficacia en la ciudad más violenta de México (y, probablemente, del mundo): de 3.100 homicidios en 2010 a 1.900 el año pasado.
A pesar de sus éxitos, Julián Leyzaola ha tenido que enfrentar acusaciones por abusos y torturas durante su gestión, tanto en Tijuana como en Ciudad Juárez. En esta última localidad se han presentado 37 denuncias por abuso de autoridad y detenciones arbitrarias, según la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
Según el alcalde juarense, los policías se alojarán en hoteles «durante el tiempo que sea necesario», para lo que se ha destinado algo más de un millón de euros con este propósito. Esta cantidad procede del Subsidio para la Seguridad de los Municipios, del que se han reasignado parte de los fondos presupuestados para pagar becas a los hijos de los policías y dar apoyo económico a sus viudas.
Murguía dijo que los elementos que no acepten pernoctar en hoteles y comandancias podrán irse a dormir a sus casas: «Me estaban diciendo que hay algunos policías que no quieren acuartelarse en los hoteles, déjenme decirles: si la señora no quiere dormir sola, pues que se vayan a su casa, no los vamos a obligar. Yo he hablado con muchos de ellos, está muy echados “pa”l frente», aseguró el edil.
Varios agentes de la Policía Municipal reconocieron al «El diario» que «la indicación es no salir para nada», pero pueden recibir visitas de sus familiares. «Mis familiares me han de preferir aquí encerrado que muerto», confesaba uno de ellos.
El gobernador del estado de Chihuaua, César Duarte, aseguró que el municipio recibirá todo el respaldo necesario en su lucha contra el crimen organizado. Del mismo modo, el fiscal estatal, Carlos Manuel Salas, aseguró que las autoridades de los tres niveles de gobierno han acordado coordinarse para dar con los responsables de los asesinatos de policías.
También los empresarios de esta urbe de 1.300.000 habitantes, en cuyas maquilas se concentra casi una quinta parte de la producción manufacturera de México, apoyan la decisión del alcalde: «Se debe evitar que continúen los actos violentos que han derivado en el asesinato de varios policías y buscar la manera de fortalecer a la corporación local», declaró a Afp el director de la Cámara de Comercio Local, Alejandro Seade.
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