El movimiento de derechos humanos participó de una jornada nacional de lucha y resistencia en Plaza de Mayo. A un año del gobierno de Macri, señalaron retrocesos en políticas de derechos. La liberación de Milagro Sala fue uno de los reclamos de mayor resonancia. Después de muchos años, las organizaciones lograron consensuar un documento común.

La fecha era toda una efeméride: primer aniversario del gobierno de Cambiemos, treinta y tres años de recuperación de la democracia, Día internacional por los derechos humanos. Un año antes, Mauricio Macri estrenaba el bastón presidencial en Casa Rosada, bailaba una cumbia de Gilda ante las personas reunidas en Plaza de Mayo y pedía: “Necesito que todos los argentinos nos acompañen, nos alerten cuando nos equivocamos”. Ayer, al cumplirse el primer aniversario de su gobierno, catorce organismos de derechos humanos, agrupaciones, activistas y autoconvocados se reunieron en esa misma plaza emblemática.

En el Día Internacional de los Derechos Humanos y a un año del inicio del actual Gobierno, estamos en esta Plaza de Mayo en la Jornada Nacional de Lucha por los Derechos Humanos para gritar muy fuerte que ¡seguimos resistiendo!”, decía el documento firmado por los convocantes.  “Es una fecha simbólica. Vengo cada 10 de diciembre y es la primera vez en más de 10 años que nos une un documento consensuado”, dijo Liliana Giovanelli, de la Comisión Memoria, Verdad y Justicia de Zona Norte.

“Es una marcha unitaria”, coincidió el abogado Pablo Llonto. “Después de mucho tiempo, los organismos están dado una respuesta conjunta al peor año de los últimos trece. Este retroceso en materia de derechos humanos nos sitúa, en muchos aspectos, en una situación similar a la de los 90”.

Los principales reclamos

A las seis de la tarde, hora de inicio prevista, empezaron a llegar los primeros asistentes, los vendedores ya tenían pronta sus mercaderías -remeras militantes a “precios cuidados”, pines, libros sobre historia y política- y la Bersuit -que cerró el encuentro- probaba sonido. Desde el escenario se hacían oír los principales reclamos: “No al desmantelamiento de las políticas públicas de memoria”, “por la continuidad de los juicios”, “cárcel común, perpetua y efectiva para todos los culpables”, “libertad a Milagro Sala y a los presos políticos”, “no a la criminalización de la violencia”, “no la violencia institucional”, “no a los despidos y al ajuste”, “por la restitución de la identidad de los nietos que falta encontrar” y “aparición con vida de Julio López”.

Marta Vasallo, periodista, dijo a Cosecha Roja: “Estamos acá porque creemos que es importante reforzar el reclamo por la plena vigencia de los derechos, al cumplirse un año de gobierno donde los derechos humanos no son un valor”. Vasallo destacó la heterogeneidad de las agrupaciones políticas presentes en una plaza que históricamente fue de los organismos.

“Veo diversidad de movimientos y mucha gente suelta”, agregó Julia Cassano de D´Andrea Mohr, viuda del militar retirado José Luis D´Andrea Mohr, integrante de la APDH. “Vinimos para seguir defendiendo derechos”. “Los derechos humanos son una bandera que se sostiene entre todos, sobre todo ahora cuando se ponen en duda tantas cosas” decía Lucía Pedraza, de 25 años, entre las más jóvenes de la plaza que, de a poco, se fue poblando de personas sueltas y también de banderas: rojas, celestes, verdes, blancas -como las de la Tupac Amaru-, y las multicolores: la wipala de los pueblos andinos y las arco iris de las agrupaciones que luchan por la diversidad sexual. Un grupo de mujeres trans y travestis sumaban los carteles con uno de los reclamos cruciales de la agenda del colectivo TLGBI: derecho al trabajo y cupo laboral trans.

Los que iban llegando se sorprendían: esperaban más gente. El aniversario coincidió con un clima muy caluroso en la Ciudad de Buenos Aires -también hubo jornadas de resistencia en otras plazas del país- y en medio de un fin de semana largo. En los dos días previos, la Plaza había sido escenario de la Marcha de la Resistencia, convocada por Madres de Plaza de Mayo. Muchos de los presentes habían estado en ambas.

Mónica Tome Calvo caminaba, como tantos ayer, con una foto de Milagro Sala, en el pecho: “Venimos a reivindicar el día de lucha por la restitución de derechos en muchos aspectos: para pedir se aceleren los juicios por delitos de lesa humanidad, en contra de las prisiones domiciliarias a los represores, para pedir la liberación de Milagro Sala. Después de muchos años, volvemos a ver a gente revolviendo los tachos de basura y cada vez más personas durmiendo en las calles. Volvimos a la exclusión”, dijo Mónica, militante por los derechos humanos de Zona Oeste.

Por el escenario desfilaron adhesiones y bandas (La Franela, Ariel Prat). Paola Barrientos (actriz) y Conrado Geiger (periodista) leyeron un homenaje a Fidel Castro. Los artistas le pusieron música al reclamo a lo largo de la tarde y la noche. A su turno, Peteco Carabajal arengó: ¡Liberen a Milagro!

El pedido por la liberación de la líder de la Tupac Amaru resonó fuerte en la plaza, donde también estaba Elizabeth Gómez Alcorta, su abogada. “El jueves empieza el juicio ante el Tribunal Oral Federal de Jujuy (será el 15, 19 20 y 21 de diciembre) por una causa donde Gerardo Morales (gobernador de Jujuy) es querellante. No hay pruebas que la incriminen”, dijo a Cosecha Roja.

La abogada de Sala habló de un “papelón internacional”, después de que la Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidieran su “inmediata liberación” por considerar se trata de una detención arbitraria y sin sustento legal. “El caso de Milagro atraviesa a las organizaciones porque es una violación a los derechos humanos con el estado judicial cómplice. Nosotros no decimos no la juzguen. Decimos: usemos las reglas del derecho”, expresó Gómez Alcorta. Desde el penal de Alto Comedero, donde está detenida, Milagro envió -a través de una carta que se leyó en el escenario. “un fuerte abrazo tupaquero” y llamó a “defender la democracia, que costó 30 mil compañeros desaparecidos”.

Representantes de los organismos se turnaron para leer los fragmentos del documento que trabajaron entre todos: Abuelas y Madres de Plaza de Mayo (Línea Fundadora), H.I.J.O.S. Capital, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, Liga Argentina por los Derechos Humanos, Centro de Estudios Legales y Sociales, Familiares de Detenidos Desaparecidos por Razones Políticas, APDH La Matanza, Movimiento Ecuménico (MEDH), Comisión Memoria, Verdad y Justicia de Zona Norte; Familiares y compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Fundación Memoria Histórica y Social de la Argentina, Servicio Paz y Justicia (Serpaj) y Asociación Buena Memoria.

Dos de las principales referentes, Estela de Carlotto y Taty Almeida, estaban de viaje, en Colombia y España, y enviaron sus palabras de apoyo. Desde el escenario se leyó la carta de Almeida: “Esta fecha es especial, pero más este año, cuando los derechos humanos de los argentinos fueron violados permanentemente”.

El documento consensuado por el movimiento de derechos humanos de esa plaza fue un diagnóstico y una respuesta al primer año de Macri: “Venimos a reivindicar las luchas de los 30.000 detenidos-desaparecidos, a exigir el respeto de los derechos humanos, a reclamar la continuidad de los juicios por los crímenes del Terrorismo de Estado, a denunciar la banalización de la memoria: el negacionismo de quienes pretenden poner en duda el número de víctimas y sus identidades políticas”.

Los convocantes recordaron que gracias a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, impulsadas desde el Estado por los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández, se lograron más de 700 condenas en crímenes de lesa humanidad. Y denunciaron “se ha profundizado la vulneración de los derechos sociales, económicos y culturales de nuestro pueblo”. Como siempre, concluyeron con el grito que sostiene la lucha, por los “30 mil compañeros detenidos desaparecidos, ¡presentes ahora y siempre!”.

 

Foto: Gentileza Abuelas de Plaza de Mayo