“Yo se lo dije a mi mamá. Se lo tuve que decir. Ella tiene 87 años y estuvo de acuerdo”. Desde hace 15 años, Alicia Linares sufre lupus eritematoso. El lupus, y la montaña de corticoides que toma para combatirlo, le plantaron en el cuerpo una artritis reumatoidea. Vaya a saber qué habrá hecho Alicia, qué clase de madre habrá sido, que su hija Anahí Barés Linares y su pareja Santiago Barnech se mudaron al barrio de Santa Lucía, en Salta para ayudarla.
Una médica le recomendó el consumo de cannabis medicinal para calmar los dolores. Su hija investigó. Su yerno alquiló una casa. Allí comenzaron a cultivar y Alicia a tomar gotas de aceite. Al cabo de 60 días, los nudos de artritis de los dedos se suavizaron. Dejó de estar postrada. Empezó a caminar y a hacer una vida parecida a la que solía tener. “¡Desde que tomo el aceite se me fueron los dolores del cuerpo! Ya no pierdo la estabilidad. Mis manos están deshinchadas”, cuenta Alicia a Cosecha Roja. “El cannabis es una medicina natural. Y ya se convirtió en algo fundamental para mi calidad de vida. Hasta tengo la esperanza de dejar alguno de los remedios que tomo porque la medicina alopática, sabés, tiene unas contraindicaciones terribles”.
Cada tres meses Alicia visita a su médico. La última vez, el profesional notó los cambios en sus manos y decidió bajarle la dosis diaria del corticoide. “Ahora se lo voy a tener que contar”, dice. “Y creo que lo va a entender porque hoy puedo festejar los logros que alcancé, puedo festejar cómo me siento. Aunque ahora estoy más preocupada que feliz por lo que pasó ayer”. Se refiere al allanamiento que la policía hizo ayer en la chacra de Santiago y Anahí.
“Estábamos en casa, eran las cuatro de la tarde. Palmearon las manos, me asomé a la ventana y vi un policía en la puerta. Me asomé un poquito más y vi dos patrulleros y cinco policías más”, contó a Cosecha Roja Santiago. “Me pidieron que abriera la puerta. Les dije que aguardaran que tenía que buscar las llaves. Fui a la cocina, estaba nervioso y no las encontraba. De repente, escuché que uno de los policías saltó la reja, la rompió y dejó entrar a cinco policías y atrás de ellos seis más”.
Los agentes, sin identificación y sin orden de allanamiento, le preguntaron a Santiago dónde estaban las plantas. Él mismo los llevó al fondo de su casa. “Les manifesté que las plantas eran de uso medicinal, les dije si necesitaban ayuda para sacarlas. Les dije que por favor las resguardaran porque esas plantas son fundamentales para calmar las dolencias de una persona que sufre una enfermedad muy grave”, explicó Santiago.
Ahora ya no tienen las once plantas en su poder y la familia de Alicia Linares está siendo investigada por la fiscal Gabriela Buabse de la Fiscalía Nro 5 por delito de tenencia de estupefacientes (Ley 23.737).
“Es una ridiculez”, dijo a Cosecha Roja Horacio Lagos, vicepresidente de la Asociación Autorregulada Soberanía Medicinal. “El 17 de enero se promulgó en la provincia la regulación del cannabis medicinal. Los legisladores pusieron voluntad pero no tienen idea del tema. Entendemos que ya vieron el negocio”.
La Asociación Soberanía Medicinal está conformada por más de 50 familias cultivadoras de cannabis medicinal para más de 150 personas que usan el aceite. “El cultivo es un derecho que alcanza a niños con epilepsia refractaria, con neurofibromatosis, adultos con fibromialgia. Y con todas esas personas que padecen, encima la policía nos persigue. Nosotros hacemos responsable al Estado Provincial por la violación de ese derecho”.
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