Dos hombres fueron condenados a prisión perpetua por el femicidio de una adolescente en Viedma, Río Negro. Carlos Mobilio y Guillermo Jofré estrangularon hasta la muerte a Karen Álvarez de 14 años en octubre de 2014. Así lo probó el tribunal.
En esta nota recordamos el caso con fotos de Pablo Leguizamón del día de la sentencia.
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– ¿Hola, Edith? Andate hasta el hipódromo que parece que encontraron a una mujer.
Edith Miller no entendía el llamado de su amiga. Hacía dos días que su hija Karen Álvarez, de 14 años, estaba desaparecida y ella no podía imaginarse el trágico final. Era domingo 26 de octubre de 2014 y en media hora viajó desde su casa hasta el barrio Loteo Silva, a siete kilómetros de Viedma. En el camino, respondió a otro llamado: “¿Dónde van a hacer el velorio?”. Entonces, presintió lo peor. “Todo el mundo sabía menos yo. Y hasta el último momento tuve la esperanza de que no fuera ella”, dijo a Cosecha Roja la mamá de Karen. Dos vecinos habían encontrado el cuerpo de su hija ahorcado con un pantalón.
Edith declaró hoy ante la Cámara en lo Criminal de Viedma en el inicio del juicio por el asesinato de su hija. A pocos metros de ella estaban Carlos Mobilio y Pablo Guillermo Jofré, acusados del homicidio agravado por abuso sexual con acceso carnal. “En el caso hay cuatro agravantes: por femicidio, alevosía, para procurar la impunidad y por haber participado dos o más personas”, explicó a Cosecha Roja el abogado de la querella Damián Torres.
El ADN de los imputados fue encontrado en dos lugares diferentes de la escena del crimen: el perfil genético de Mobilio apareció en la sangre del pantalón de Karen; el de Jofré estaba debajo de las uñas de la adolescente. En la etapa de instrucción, el juez Carlos Mussi consideró que “una de las últimas acciones en vida de Karen fue defenderse contrayendo sus manos y dedos para arañar a su agresor”. Además, Mussi sugirió que fue ahorcada con su propio jean. Durante la audiencia de hoy, cada vez que mencionaron los detalles de la autopsia del cuerpo de Karen, Edith se frotó los ojos con las manos y contuvo las lágrimas.
La defensa de los acusados pidió que las pruebas de ADN no fueran tomadas en cuenta en el juicio. El fiscal Fabricio Brogna y el abogado Torres lo rechazaron. Finalmente, el tribunal conformado por Guillermo Bustamante, Marcelo Chironi y Ariel Gallinger decidió desestimar el requerimiento de los defensores.
El testigo Carlos Cuevas detalló el día que el hermano de Karen, José “el polaco” Álvarez, corrió a Mobilio por la costanera de Viedma con un arma. La mayoría de los testigos sabían del conflicto entre ambos. Y también que la adolescente y Mobilio se conocían.
La última persona que vio a Karen fue un hombre de apellido Santillán: estaba en una moto con una persona en la calle 20 del barrio Lavalle a las doce de la noche. “Enfrente del kiosco Nerón”, especificó. La casa de Mobilio queda exactamente en ese lugar. En el juicio también hablaron tres testigos de identidad reservada. Uno de ellos dijo que una semana antes de que apareciera el cuerpo de Karen, Mobilio y otra persona habían ido a pedirle un arma para “devolvérsela al polaco”.
Al lado de Edith estaba sentada Julieta Vinaya, la mamá de Atahualpa Martínez, un joven de 18 años asesinado en la capital de Río Negro en 2008. El caso de Atahualpa está a la espera de un nuevo juicio oral, luego de que en abril de este año la Corte Suprema de la provincia anulara la absolución de los tres imputados en el crimen. Julia se transformó en una referente de la lucha por los Derechos Humanos y contra la violencia institucional en Viedma. Hoy, acompañó a Edith.
Además de la mamá de Karen, declararon el papá Oscar Álvarez, la hermana, la prima, el tío y las dos personas que encontraron el cuerpo de la adolescente dos años atrás. En el juicio hablarán cuarenta testigos más entre mañana y el miércoles. Después, pondrán fecha para la lectura de los alegatos.
El viernes 24 de octubre de 2014 iba a nacer la primera nieta de Edith. La mujer ya era abuela de seis varones y esperaba con ansias a la nena. Ese día, Karen pidió permiso para retirarse antes de la escuela Formación Agraria e ir a visitar a su hermana al hospital. “Le encantaba la idea de tener una sobrinita”, contó Edith. Se encontraron todos en la sala de partos y a las dos y media de la tarde la adolescente le pidió plata a la mamá para volver a la casa en colectivo: esa fue la última vez que la vio.
Karen llegó a la casa del papá -separado de Edith- y se volvió a ir a las cuatro y media. Dijo que iba al ciber por un rato. Cuando se hicieron las nueve de la noche y no volvía, Oscar llamó a Edith y le preguntó si estaba con ella. “No, cualquier cosa te aviso”, le dijo. Karen nunca apareció. El sábado repartieron folletos y se movilizaron para saber dónde estaba.
Al cuerpo de la adolescente lo encontraron Alegre y Luqui, dos hombres que buscaban leña en un bosque de pinos y tamariscos. Llamaron al 911 y cuando llegó la policía Alegre acompañó a los agentes a hacer el rastrillaje con perros. Los canes terminaron frente a la casa de Mobilio. Edith arribó a las diez y media de la mañana y en el lugar ya estaban sus familiares y allegados. No le permitieron pasar a reconocer el cuerpo. Uno de sus hermanos le dijo que se fuera a buscar sus documentos para que le permitieran el acceso. “Nadie nos quería informar ni decir nada”, contó con la voz entrecortada. Al otro dia, en el colegio de su hija, no hubo clases.
Las amigas de Karen declararon en Cámara Gesell que la última vez que la vieron fue en la terminal de ómnibus de Viedma. Todos los aniversarios de la muerte los amigos y familiares se reúnen en el lugar y prenden velas. En una de las paredes de la estación pintaron un mural con el rostro de la adolescente. “Te arrancaron de nuestro lado pero no de nuestros corazones”, dice una de las frases. “Nada nos la va a devolver, pero esperamos por lo menos reparar estos dos años de lucha”, dijo Edith.
En Río Negro hubo seis femicidios en 2014. Los datos se desprenden de un informe elaborado por el Poder Judicial de la provincia. En 2015, según el Registro Nacional de Femicidios elaborado por la Corte Suprema de Justicia, no hubo ninguno. Pero en lo que va de 2016, ya son tres las mujeres asesinadas por varones.
Texto: Sebastián Weber / Fotos: Pablo Leguizamon
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