“Hola a todos, familia, amigos y conocidos, quiero compartir esta emoción e indescriptible alegría que acabo de vivir al conocer la noticia de que ha sido encontrado mi sobrino apropiado, nacido en la ESMA en 1977, hijo de mi prima hermana, Iris Nélida García Soler, alias ‘Tita’ o ‘la Lobita’. ¡Imaginarán la enorme felicidad de toda la familia al saber que pronto este joven de 42 años, padre de dos hijos, que vive en el interior, podrá conocer a su familia biológica después de una larga espera y quizás una eterna búsqueda!” Así lo compartió Alicia, una de las tías del nieto 122, en una red social.
Hoy, las Abuelas de Plaza de Mayo confirmaron la noticia: recuperaron al hijo de Enrique Bustamante y de Iris Nélida García Soler, nacido en la Escuela de Escuela Mecánica de la Armada en 1977.
El nieto 122 hoy tiene 42 años y dos hijos y vive en Córdoba. Carlotto explicó en una charla con la prensa que la oficina de Acercamientos de esa provincia decidió contactar a un joven que podría ser hijo de desaparecidos.
-El hombre accedió a hacerse los análisis en forma voluntaria. El 18 de abril el Banco de Datos informó a la Conadi que se trataba del hijo de Iris García y Enrique Bustamante, contó.
“Es una alegría para esta historia tan triste”, dijo Roberto, tío del nieto recuperado. “Tenés un montón de tíos que te esperan”, dijo Elena Bustamente, otra de sus tías.
Para la familia García Soler Iris Nélida era “Tita” o “Pajarita”. Para Montoneros, “Susuki”. Para los detenidos con quienes compartía el cautiverio era “Lobita” porque su marido Enrique era “Lobo”. Esa cantidad de apodos dificultó llegar a los dos lugares en los que había estado secuestrada.
Bustamante tenía 26 años, había terminado el secundario en el colegio “Revolución de Mayo” y el servicio militar obligatorio en el Regimiento I de Patricios, donde fue el mejor tirador de la compañía. En Montoneros, estaba en el área de Logística y su responsable era Nacho Ojea Quintana, secuestrado en Plaza de Mayo en 1977. Iris tenía 25 años, era mendocina y estudiante de Sociología.
El 31 de enero 1977, la policía se llevó a Iris y a Enrique de una pensión de Tacuarí al 400. A la pareja San Telmo les quedaba bien para el trabajo social eque hacían en los inquilinatos y la villa de Barracas. Después del secuestro no los llevaron muy lejos. La policía los dejó a unas pocas cuadras de la pensión: en Avenida San Juan 1, esquina Huergo. Allí funcionaba el Club El Atlético.
Iris estaba embarazada de tres o cuatro meses. Su papá Manuel García, un coronel retirado del Ejército, se comunicó con la jerarquía militar. Un coronel, de apellido Morelli, le dijo que no la buscara más.
Cuando el embarazo llegó a término, a Iris la llevaron a la Esma para parir a su hijo. Era más o menos julio. El bebé fue un varón.
“Durante mi cautiverio supe que Enrique Bustamante había sido llevado a la ESMA y devuelto al Club Atlético. También quien era su mujer. Había sido llevada a la ESMA para tener familia”. Ana María Careaga, hija de María Esther Ballestrino de Careaga declaró haber visto a la pareja cuando estuvo detenida-desaparecida en el Club Atlético. “Yo estaba embarazada y estuve todo el tiempo con el mismo vestido. Después me dieron otro. Había gente que estaba con cadenas, grillos en los pies, pero sin los ojos vendados. En una oportunidad me vieron el vestido que era de su mujer, me dijo que era de su mujer, que estaba embarazada y la habían llevado a la ESMA. Cuando llego al campo de concentración, en junio de 1977, ella ya no estaba ahí. A él le decían ‘Lobo’ y a ella ‘Lobita’, ‘Sukita’ o ‘Tita’. Militaban en la organización Montoneros y están desaparecidos”.
Sara Solarz de Osatinsky también dio testimonio de haberla visto: “Venía de Coordinación Federal. La vi en Capucha porque no había condiciones especiales para las embarazadas hasta que las pasaron a la pieza de las embarazadas, en la que Tita no estuvo. Creo no haber participado del parto. La dejaban caminar y tenía los pies hinchados. El nombre de Tita no lo recuerdo, pero una vez que tuvo familia creo que varón, la trasladaron inmediatamente. Y no vi la criatura porque no existía la pieza”.
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