A diez cuadras de la legislatura porteña, sobre la calle Humberto 1°, se levanta una construcción mínima hecha de lonas atadas, el elástico de una cama, maderas, alambre, sogas y una base de almohadones. Para entrar a su refugio, María -que dice que tiene una salud a prueba de todo-, debe agacharse y avanzar tanteando, ya que cuando oscurece apenas pasa la luz del poste.
Es una noche fría de otoño. Mientras toma un sorbo de sopa instantánea, contesta las preguntas del primer censo popular para personas en situación de calle:
-Tengo 23 años y dos hijos, uno de un mes y otra de un año y ocho meses. ¿Violencia? Sí, a la policía le molesta si estoy sentada en la vereda y me echaban, incluso fui presa. ¿Abusos? Sí, una vez un chico que también vivía en la calle quiso abusarme y me prendió fuego una pierna. ¿Qué me ayudaría para salir de la calle?
María sale corriendo: un auto de los que está cuidando en la cuadra se va y ella se acerca para buscar su propina. Vuelve:
-Lo que quiero es una casa y un trabajo.
Una vez al año, el gobierno porteño hace un censo oficial de personas en situación de calle. Según el Ministerio Público de la Defensa (MPD), este produce cifras que no son reales: “Por un lado, sólo releva por algunos barrios, lo que hace que el número sea menor. Por otro, no incluye a todas aquellas personas que están en riesgo de calle: quienes están alojados en instituciones de manera transitoria, quienes están en hoteles bajo subsidios y amparos, quienes están notificados o con resolución de desalojo, quienes duermen en estructuras temporales o asentamientos”. En 2016, el GCBA dijo que había 876 personas en situación de calle efectiva. Pero según las organizaciones sociales que trabajan con esta problemática, las personas en situación de calle son 4000 y en riesgo de estarlo son alrededor de 22.000.
Entre las soluciones que ofrece el GCBA cuando alguien se presenta a reclamarle por el derecho a la vivienda, están por un lado la red de alojamientos nocturnos (que no contemplan la necesidad de un espacio para pasar el día) y por otro un subsidio habitacional de 2500 pesos (que se entregan como máximo por nueve meses: superada esa instancia, solo es posible mantenerlo a través de un amparo judicial). “Hace dos semanas me dieron un cheque de tres mil pesos para alquilar una habitación. Pero como recorrí todos los barrios de la Ciudad buscando un hotel que me alquilara por esa plata y no conseguí, no me lo volvieron a dar”, cuenta María, quien a pesar de lo complicado de vivir en la calle está terminando la primaria en el centro Isauro Arancibia, del barrio Constitución.
La distancia entre la casilla de María y el toldo que aprovecha Javier es de siete cuadras. A Javier, uno de los equipos del censo popular se lo cruza cuando está llevando una bolsa con cartones a la rastra, en cuero, ya que a pesar de la baja temperatura le dio calor por el trabajo pesado. Tiene varios tatuajes, entre ellos los nombres de una hija a la que no ve hace tres años. Los mismos tres años desde que vive en la calle, con un compañero con el que se turna para no dejar sus pertenencias solas. Tiene respuestas escuetas, pero no le da molestia responder:
¿Subsidios? No recibo. ¿La salud? Todo bien, un poco de asma nomás. ¿Educación? Primaria. ¿Consumo? Cigarrillos. Y alguna cerveza de vez en cuando.
-¿Tuviste alguna discriminación desde que estás en situación de calle? –le consultan para completar la planilla.
-Y sí, te miran mal cuando pasás, pero no les presto atención.
A unos metros de Javier, de 21 años, lo están encuestando a Julio, que tiene 45 y suele dormir en la zona de Solís e Independencia:
-Discriminación viví de todos lados. También violencia.
Señala su frente:
-Acá me dieron once puntos para cerrarme la herida. Fue porque una noche me acusaron de querer quitarle la mujer a otro.
Entre los equipos que hacen el censo está Yhajaira Falcón, quien vivió un tiempo en la calle y asegura que conoce Constitución de punta a punta. “La calle es dura y hay que pelearla mucho para salir”, dice y le ofrece una sopa instantánea a Julio. Yhajaira quiere que la identidad en su DNI diga travesti -no mujer y menos hombre-, milita para que se termine la violencia hacia sus compañeras y trabaja hace un año y medio en el MPD. Mientras camina las cuadras del barrio con las planillas y el termo para las sopas, relata la odisea que pasó tras caer presa en 2013 “por una causa armada por la policía”, en la que fue acusada de asaltar a un taxista con una tijera para quitarle 150 pesos:
-Cuando salí de estar detenida, la persona que me alquilaba la habitación de hotel se quedó con todo y yo me vi de un momento a otro en la calle. Por supervivencia, me hice amiga de un grupo de cartoneros en frente del hospital Garrahan: les cuidaba sus cosas, cocinaba lo que mangaban y ellos me cuidaban a mí para que durmiera a la noche. A los centros de la ciudad no me gustaba ir a dormir, porque cuando no te pedían sexo te maltrataban, te agarrabas piojo o cualquier otra porquería. Pienso que una solución sería que el propio gobierno se ocupe de conseguir las habitaciones de hotel de los subsidios, porque lo que dan no alcanza para nada.
Para este primer censo cuyos resultados se conocerán este mes, se capacitaron 300 voluntarios de organizaciones sociales, políticas, culturales y estudiantiles, así como a personas en situación de calle y vecinos independientes. El territorio a relevar incluye los 48 barrios porteños y, así como se da en el caso de Yhajaira, la idea es que los voluntarios hagan una escucha sensible de quienes están censando, no un monitoreo “a ojo”. El territorio del trabajo se abordará toda una semana.
“Hace diez años que Desarrollo Social de la Ciudad hace un censo que da siempre el mismo número, lo que resulta muy poco creíble porque las organizaciones solidarias que reparten comida incluso triplicaron lo que ayudan. Las carencias en este censo oficial, que en definitiva no es censo sino conteo, son varias. Por lo general lo hacen en un solo día: van con autos y cuentan a las personas que ven en la calle, sin considerar otras situaciones como quienes duermen en cajeros, en el subte o en guardias de hospitales”, explicó a Cosecha Roja Chris Gruenberg, director del programa de violencia institucional del MPD.
La ley 3706 de la Ciudad, sancionada en 2010, tiene por objeto proteger y operativizar los derechos de las personas en situación de calle o en riesgo de estarlo. El proyecto de esta normativa fue elaborado en conjunto con organizaciones de la sociedad civil, por lo que sus definiciones resultan claras y no dejan huecos al momento definir qué significa la situación de calle. Sin embargo, al momento de pensar políticas públicas, se evidencia un desprecio por las voces del territorio.
Según Gruenberg, el censo oficial deviene en violencia institucional por dos factores: la invisibilidad estadística por un lado -que produce invisibilidad presupuestaria-, y la sobrevigilancia por otro -persiguiendo y criminalizando a esta población-: “En esencia, el lema de este censo popular es que la calle no es un lugar para vivir. Que nadie elige vivir en la calle. Y entendemos que si hay personas que no quieren dormir en los centros que ofrece el Gobierno no es por un problema de ellos: sino por la solución carente que se les ofrece”.
* Las siguientes organizaciones e instituciones son parte de esta iniciativa: Proyecto 7 – Gente en situación de calle, Abrigar Derechos, Acción Voluntaria, Amigos en el Camino, Asamblea Popular Plaza Dorrego, Centro de Estudiantes de la Facultad de Psicología de la UBA, Centro de Integración Frida, Centro de Integración Monteagudo, Che Cultura, Ciudad Sin Techo, Comedor El Gomero de Barrancas de Belgrano, Comunidad del Centro Educativo Isauro Arancibia, Consejo de Organizaciones Sociales de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, Equipo de Investigación UBACyT de la Facultad de Psicología (UBA), Izquierda Popular, Juventud Socialista Democracia y Participación, La Boca Resiste y Propone, La Calle Que Nos Parió, La Miguelito Pepe, Ministerio Público de la Defensa CABA, Movimiento Barrios de Pie, Movimiento Libres del Sur, Movimiento Universitario Sur, Mujeres Activando, Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá), Ni una persona más en la calle, No Tan Distintas – Mujeres en Situación de Vulnerabilidad Social, Nuevo Encuentro, Observatorio del Derecho a la Ciudad, Presidencias de las comisiones de “Derechos Humanos, Antidiscriminación y Garantías” y “Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud” de la Legislatura de la CABA, Partido Social, Patria Grande, Presidencia de la Auditoría General CABA, Red Puentes (MP La Dignidad) y Sopa de Letras.
Fotos: Gentileza Prensa Ministerio Publico de Defensa