Cada vez que tiene que llevar a su hijo Gonzalo al médico o a hacer un trámite Susana lleva en la cartera una o dos copias impresas de la Ley de Identidad de Género. Es que Gonzalo, que acaba de cumplir 13 años, es un chico transgénero y demasiadas veces tiene que revolver en su bolso y citar el texto de la ley para hacer cumplir sus derechos.
Tuvieron “la charla” hace seis meses. Mauro, el marido de Susana y papá de Gonzalo, lo contó por Twitter en un hilo conmovedor: “Me está naciendo un hijo de doce años en el lugar exacto en el que antes estuvo 12 años mi hija”. En este tiempo Mauro viene narrando en su perfil de Twitter el viaje de la familia, su amorosa deconstrucción cotidiana.
Por eso, después de un mes de esperar una solución, Mauro y Susana difundieron por esa red social un comunicado en el que denunciaban que el Hospital de Niños de La Plata, donde Gonzalo se atendió desde chiquito, se niegan a acompañarlo en su tratamiento con inhibidores hormonales.
“Hace dos meses empezamos a tratar de que lo atendieran a Gonza en el hospital, al principio recibimos buena voluntad de algunos médicos, después intervino la Jefa del Servicio de Endocrinología, finalmente se reunieron los jefes de servicio, empezaron a darle vuelta la situación como si esto tuviera una gran complejidad”, contó a Cosecha Roja Susana. Después intervino el Ministerio de Salud de la provincia y ellos hicieron una denuncia en la Defensoría del Pueblo. “El viernes pasado nos dijeron desde el Ministerio que iban a formar un equipo dentro del hospital, a capacitarlo, pero que el hospital había decidido que hasta que no estuviera conformado no lo iban a atender”, explicó. Agotadas todas las instancias, y después de hablarlo con su hijo, decidieron hacerlo público.
Desde el hospital argumentaron falta de experiencia en tratamientos como el que Gonzalo y su familia quieren encarar. “Dijeron que esto tenía una complejidad que ellos no podían abordar, que el servicio de salud mental no se podía hacer cargo porque no tenía experiencia. Yo les decía que no era necesario que intervenga el servicio de salud mental porque la ley prevé expresamente que basta con su autopercepción”, dijo Susana. Además, se trata del mismo procedimiento médico y con los mismos medicamentos que en ese hospital se utilizan para casos de pubertad temprana. “Lo único que cambia es el motivo, con eso es que no están de acuerdo. Y ahí lo que termina saliendo en la discusión es el prejuicio: nos dicen que para estar seguro con su identidad tiene que llevar más tiempo”.
El lunes 2 de octubre se reunirán con las autoridades del hospital. El director se comunicó con ellos cuando la noticia empezó a circular. “Yo no quiero que hagan una excepción con Gonzalo, quiero que atiendan a todos los nenes. ¿Si yo acepto esto, cómo le transmito a mi hijo que es un sujeto de derecho como cualquier otro? Yo como madre no puedo aceptar que él no pueda acceder a la salud. Ni él ni ninguno de los chicos. Si no, ¿cómo hago para que él esté orgulloso de su situación?”.