Una víctima de violencia de género pidió ayuda en una oficina municipal de Rosario, Santa Fe, y resultó vulnerada. Un psicólogo que trabaja como administrativo la atendió en su consultorio, la manoseó y le hizo propuestas sexuales
Por Luciana Mangó en El Ciudadano
Claudia se siente devastada. La semana pasada pidió ayuda en una oficina municipal porque sufrió violencia de su ex pareja. Lejos de contención, encontró más violencia. Un psicólogo, que trabaja como empleado administrativo, la citó en su consultorio privado con la excusa de asesorarla. En medio de la sesión, la besó y manoseo. Claudia lo denunció por abuso en el Ministerio Público de la Acusación y este martes pedirá una orden de restricción. Desde la Secretaría de Desarrollo Social repudiaron el hecho. Dijeron que el empleado será removido de sus funciones y le iniciarán un sumario administrativo.
“Fui a pedir ayuda donde creí que me iba a sentir contenida porque los conocía y no puedo creer lo que pasó. Sólo espero no tener que cruzármelo nunca más en mi vida”, contó Claudia a El Ciudadano.
Violencia familiar
Claudia tiene 37 años y tres hijos: uno de 16, otro de 14 años y un bebé de 10 meses. Desde hace más de dos años trabaja vendiendo viandas en las oficinas de la Municipalidad. La recomendó una amiga cuando Claudia se quedó sin trabajo y a cargo de sus tres hijos.
Hace cuatro años se separó del padre de los mayores porque él la golpeaba. Los hijos también habían dejado de verlo. Cada vez que él los llamaba, terminaban discutiendo y él se aparecía en la casa de ellos. Hace 15 días la situación se repitió y Claudia, que nunca lo había denunciado, pidió una orden de restricción que la Justicia le otorgó. En los Tribunales le recomendaron que se asesore con algún organismo oficial de atención a víctimas de violencia de género.
Claudia vio que el área de asesoría psicojurídica de violencia de género municipal estaba en el listado y llamó. Conocía a los empleados porque todos los días iba a venderle viandas. Eso le dio confianza. En el área le pidieron sus datos personales y quedaron en llamarla en los próximos días. Claudia pidió hablar con el psicólogo de la oficina. El hombre conocía su historia de las breves charlas que la mujer mantenía en los repartos diarios a las distintas oficinas. Cuando le mencionó la orden de restricción, el profesional la citó en su consultorio. Le dijo que tenía un espacio esa misma tarde y le pasó la dirección del lugar que Claudia visitó dos horas después.
Acosada
En la sesión Claudia se sintió incómoda. El psicólogo le preguntaba por sus deseos como mujer. Le habló de su aspecto y le pidió que se soltara el pelo. Claudia no accedió y siguió con la sesión. En un momento de la charla, quebró en llanto. Él se acercó y la abrazó. Lo que en principio pareció un gesto de contención terminó en acoso. Claudia contó que él la besó y manoseó. Ella se paralizó y después lo empujó. El insistió: “Si viniste para esto. Negrita quédate dos minutos más que te parto en cuatro”, le dijo.
Claudia tomó sus pertenencias, abrió la puerta que estaba cerrada con llave y escapó.
“Yo confiaba en él. Siempre se presentó como psicólogo y me alentaba para salir adelante porque sabía que criaba sola a mis hijos”, contó.
El miércoles Claudia fue a la oficina de Santa Fe 638 y contó lo que pasó. Las profesionales del área le dijeron que el hombre no ejercía como psicólogo, sino que hacía tareas administrativas. La derivaron con una abogada y una psicóloga y la acompañaron a denunciarlo en el Ministerio Público de la Acusación donde le tomaron la denuncia, pero no le otorgaron orden de restricción.
“Me dijeron que como no me metió la mano en mis partes íntimas no podían ordenar la restricción. No sé cuál será su reacción. Él sabe a qué colegio van mis hijos y esa es mi mayor preocupación”, agregó.
Claudia tiene miedo. Dijo que el hombre la siguió acosando por mensajes y llamadas de Whatsapp. Volvió a pedir ayuda, pero esta vez llamó al 144 y la derivaron con profesionales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Este martes regresará a la Fiscalía para ampliar la denuncia.
“No salgo del shock. Tengo ataques de pánico y pesadillas. Perdí mi trabajo porque no quiero volver a la oficina. No fue sólo el abuso, sino que destruyó mi vida”, contó.
Desde la secretaría de Desarrollo Social repudiaron lo que pasó e iniciarán un sumario administrativo para investigar al psicólogo, quien este martes será separado de su cargo en la Municipalidad.
Además, aclararon que la entrevista no era parte de la función, ya que el hombre hace tareas administrativas.
“El caso denunciado remite al accionar de un individuo que decide por fuera de todos los protocolos vincularse con la denunciante por fuera del ámbito laboral y desarrollando una función que no tiene, ya que en el municipio cumple sólo tareas administrativas”, aclararon desde el área.
“Trabajamos todos los días para eliminar las violencias, por lo que no vamos a permitir que situaciones violentas o que vulneren los derechos de ningún ciudadano y ciudadana queden sin ser investigadas, esclarecidas y juzgadas”, agregaron.