En 30 minutos el prefecto Orlando Ojeda asesinó a dos ex parejas. Fue en noviembre de 2016 en la ciudad de Paraná, Entre Ríos. Un año y medio después fue condenado a perpetua en un juicio abreviado que él mismo pidió. No recibirá ningún beneficio: sólo acelerar el proceso judicial.
“Él pidió el juicio abreviado para de eso modo evitar todas las audiencias de un juicio común, y ante el acuerdo de las partes, de los familiares de las víctimas y con el control de todas las partes es que se resolvió avanzar”, explicó el fiscal Juan Ramírez Montrull al diario Uno de Paraná. “Por las características de los graves hechos que se investigan también fue verificado por la defensa oficial que asistirá a Ojeda, el Defensor General y la defensa de la Sala de Casación”, agregó el fiscal.
En el abreviado, Ojeda aceptó todos las acusaciones. Según la investigación, alrededor de las 21:15 del 5 de noviembre de 2016 fue a la casa de Romina Ibarra en el barrio Mosconi. La mujer, empleada del 911, de 35 años, madre de dos hijos, había estado en pareja hasta dos meses antes.
El prefecto tocó timbre y abrió uno de los hijos de Romina. Se metió por la fuerza, fue hasta la habitación, le apoyó el caño del arma reglamentaria en la cabeza a su ex novia y gatilló varias veces. Al escuchar los tiros un vecino fue hasta la casa para intentó ayudarla. Ojeda le apuntó y lo hirió de un disparo.
Después de matar a Romina, Ojeda se subió a la moto y fue hasta el barrio Los Gobernadores, donde vivía Lidia Milessi, de 45 años. Ojeda y Lidia habían tenido tres hijos en común y estaban tramitando el divorcio. El prefecto le pegó un tiro en la cabeza delante de dos de los tres chicos. La mujer murió camino al hospital.
Ojeda fue detenido cuando volvía en moto a su casa. Unas horas después los vecinos la prendieron fuego.