“¿Quién duerme hoy?” La pregunta se reproduce en los grupos de WhatsApp feministas. Es de ayer, pero podría haber sido de antes de ayer, del fin de semana o de la semana anterior.
Estamos manija. Intensas. Repetitivas. No podemos hablar de otra cosa. Vemos todo con filtro verde. Nos reconocemos por la calle, en el subte, en el colectivo. Cruzamos miradas. Chocamos nuestras mochilas empañueladas. Nos abrazamos. Nos contenemos. Nos decimos que va a salir. Nos damos ánimos. Contamos los porotos. Hacemos memes para defendernos en las redes. Nos organizamos.
Hoy llegó el día. A las 11 y media los diputados y diputadas dieron quórum y el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, dio inicio a la sesión. La puntana Ivana Bianchi y el porteño Juan Manuel López izaron la bandera y después los diputados y diputadas cantaron el himno nacional.
Decir que el momento presente quedará en la historia es un lugar común, pero qué lugar común tan potente. “Hoy es un día histórico”, arrancó su exposición Daniel Lipovetzky (PRO). “La legalización del aborto es una cuestión de salud pública. Y no soy yo quien lo dice; lo dijeron tres ministros de Salud de distintos gobiernos a lo largo del debate”, explicó.
“Tenemos una oportunidad histórica. No la desaprovechemos”, dijo la radical Silvia Martínez. Y agregó: “Lo peor que nos puede pasar es decepcionar a miles de mujeres y niñas, que están confiando en nosotras, que están confiando en la democracia”.
La zona del congreso amaneció vallada. De un lado los pañuelos verdes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Del otro, los pañuelos celestes de los grupos religiosos. Hay ojos rojos de cansancio desde muy temprano. La que logró dormir anoche lo hizo de a ratos, obligándose (porque lo heavy se viene esta noche), con el insomnio verde susurrándole al oído.
Hoy nos levantamos con la garganta arañada por las lágrimas, por la emoción que nos gana cuando hablamos entre nosotras, cuando nos mandamos mensajes de aliento, cuando tuiteamos #AbortoLegalOClandestino. Más tarde o más temprano vamos a estar todxs en la Plaza. De nuestro lado de la Plaza. El lado que nos ganamos.
En voz baja, en los pasillos del Congreso, hoy al mediodía los asesores informaban los cambios de último momento: varios diputados indecisos anunciaron que votarían a favor y el riojano Luis Beder Herrera, que hasta ayer votaba en contra, ahora dice que va a acompañar el proyecto.
-Estamos 121 a 121- dijo uno alrededor del mediodía.
En el recinto siguen las exposiciones. “Disponer de nuestro cuerpo no permite dañar a otros cuerpos. El embrión no es un órgano de la madre”, dijo Carmen Polledo, una de las principales opositoras al proyecto.
El oficialista Nicolás Massot calentó el debate. Chicaneó a los diputados Horacio Pietragalla, Juan Cabandié y Mayra Mendoza porque durante los años de kirchnerismo el debate no llegó al Congreso. “Tenemos que seguir siendo referentes de los derechos humanos”, dijo después el sobrino de Vicente Massot, el empresario de medios acusado por delitos de lesa humanidad durante la dictadura.
“No voy a responder a los violentos que acrecen de argumentos”, arrancó Mayra Mendoza. “Me voy a referir a esta sesión, un día histórico, donde estamos tratando un tema de salud pública que no puede ser abordado con anteojeras morales ni éticas, ni mucho menos religiosas. Tenemos la obligación de legislar para un Estado laico garantizando derechos”, sostuvo.
El debate va a seguir hasta mañana. La vigilia también. Afuera, en la calle, hay carpa para reponerse del frío, seguir el debate y encontrarse con otrxs. No es cuento eso de que nosotrxs ya ganamos. Nos tenemos. Y no sólo nos tenemos en esta lucha, la de la legalización y despenalización del aborto, nos tenemos en la lucha por la igualdad que pregonamos. Pero también necesitamos que se apruebe esta ley. No nos da igual. Estamos manija. Y nos lo merecemos.