Aydée Mérida Durán tenía 18 años. La madrugada del 20 de junio de 2017 su novio Sergio, un año menor que ella, la mató de un disparo en la cabeza en la habitación de la casa familiar en la villa 21-24 del Bajo Flores. El crimen de Aydée fue uno de los 14 femicidios cometidos en la Ciudad de Buenos Aires durante 2017, según una investigación de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM). El informe confirma que el mayor riesgo para las mujeres está en su propia casa: en el 79 por ciento de los crímenes ocurrieron en espacios privados y el 71 por ciento de las víctimas conocía a su asesino.
Las amigas de Aydée le contaron a los padres que Sergio siempre le pegaba. Una noche la madre la vio volver a la casa con moretones en el cuerpo. Ella le dijo que se había caído en el baile. Según el informe de la UFEM, en uno de cada tres casos se registraron antecedentes de violencia machista, tanto física como psicológica. La mayoría de los casos no tienen su correlato en Justicia penal: sólo una de las 14 víctimas de femicidio había denunciado a su pareja por los golpes.
Después de gatillarle en la cabeza a Aydée, Sergio intentó ocultar el crimen. Bajó de la habitación y le dijo a los padres de la chica que ella se había disparado sola mientras jugaba con un arma. Nadie le creyó. Quedó detenido en el hospital donde murió Aydée. Según explica el informe, el encubrimiento es una conducta típica de los femicidas. El 41 por ciento de los victimarios intenta ocultar el crimen y el 24 por ciento se da a la fuga.
Según el informe la cifra de femicidios se mantuvo en niveles similares respecto al año anterior: de 13 en 2016 pasaron a 14 en 2017. El promedio de edad de las víctimas fue de 48 años, superando la media de años anteriores. En 2015 había sido de 40 y en 2016 de 33. El promedio de edad de los victimarios identificados fue de 40 años.
Como consecuencia de los femicidios nueve chicos y chicas porteñas menores de 18 años se quedaron sin madre.
La mitad de los victimarios utilizaron sus propias manos para matarlas. Cuatro mujeres fueron estranguladas, dos golpeadas y una sofocada, explica el informe. Sólo tres de las víctimas (21 por ciento) fueron asesinadas con armas de fuego. Aydée fue una de ellas.