Cuatro días después del secuestro de Corina de Bonis en Moreno, en el conurbano bonaerense, otra docente denunció amenazas: el domingo a las 19.30 Amanda González salió de su casa de Ramallo y vio que el capot del auto estaba rayado. Pensó que podía haber sido su gato. Cuando alumbró con el celular sobre la chapa del Corsa blanco descubrió que le habían escrito un mensaje: “Acordate de Corina”.
Además de ser docente, Amanda es secretaria gremial de Suteba Ramallo. El sábado a las 20.20 presentó la denuncia en la Estación de Policía Comunal. “Estas acciones cobardes atentan contra la integridad de las personas y la vida en democracia en un Estado de Derecho”, denunciaron desde el sindicato. “No tenemos miedo, hoy más que nunca seguiremos en la lucha, defendiendo la escuela pública y nuestros derechos como trabajadores de la educación”.
Cuatro días antes de las amenazas Corina de Bonis, empleada del Centro Educativo Complementario 801 de Moreno fue secuestrada y torturada por participar en una olla popular para los alumnos. Alrededor de las 5 de la tarde del miércoles volvía caminando a su casa. Un auto rojo frenó junto a ella. Un hombre quedó al volante y otros dos bajaron. Le pusieron una bolsa en la cabeza, le dieron una piña en el estómago y la subieron al auto. Le pegaron y la agarraron del cuello. Con un elemento filoso le escribieron un mensaje en el abdomen: “OLLAS NO”. Después la amenazaron: “El que avisa no traiciona, la próxima va en serio”.
El fiscal Emiliano Buscalia, de la Unidad Funcional de Investigación 5 de Moreno, a cargo de la causa por el secuestro de Corina, también investiga cinco amenazas a los docentes del CEC 801. La primera fue a los pocos días de la muerte de Sandra Calamaro y Rubén Rodríguez por la explosión de una estufa en la primaria Nº49 Nicolás Avellaneda de Moreno.
Después de la explosión los docentes de Moreno no volvieron a clases y organizaron ollas populares para no dejar a los chicos sin comida. “Dejen de joder con las ollas”, le dijeron a una de las maestras por teléfono. Casi una semana después debajo de la puerta del colegio deslizaron un papel. “Las próximas son ustedes. No todas tienen auto”. Las docentes no entendieron el mensaje hasta que salieron y descubrieron que varios de los autos de ellas estaba rayados. A los pocos días llegó otra nota: “La próxima olla popular va a ser en Güemes y Roldán”, decía. Güemes y Roldán es la dirección del cementerio de Moreno.