Jorge Julio López nunca escuchó la sentencia a la persona que lo secuestró y lo torturó en 1976. No estuvo el día en que condenaron al represor Miguel Etchecolatz a reclusión perpetua. El 18 de septiembre de 2006 Julio desapareció por segunda vez.
López fue secuestrado durante la última dictadura cívico militar en octubre de 1976 por un grupo de tareas de la Policía Bonaerense a cargo de Etchecolatz, y llevado al centro clandestino de detención conocido como el Pozo de Arana. También estuvo en las unidades 4, 8 y 9. Fue liberado en junio de 1979.
Tres décadas después del inicio de la dictadura, se constituyó como querellante en la causa del “Circuito Camps” y aportó datos centrales para lograr la primera condena de Etchecolatz como jefe de la División de Investigaciones, responsable del operativo que derivó en la “Noche de los Lápices”, del funcionamiento de los 21 centros clandestinos de detención ubicados en la Provincia de Buenos Aires, y mano derecha del jefe de la Policía Bonaerense, Ramón Camps. Su testimonio fue clave en el esclarecimiento del paradero de otros compañeros desaparecidos y en la imputación de al menos otros 62 militares y policías involucrados.
Después de hacer su última declaración previa a los alegatos, López fue desaparecido por segunda vez el 18 de septiembre de 2006, un día antes de que Etchecolatz fuera condenado por primera vez a cadena perpetua. Continúa desaparecido.
El Encuentro Memoria, Verdad y Justicia marchará hoy a las 18 desde Plaza Moreno (La Plata). El jueves 20 a las 15.30 lo hará en coincidencia con la Ronda de las Madres de Plaza de Mayo (CABA), y a las 17 con la lectura de un documento.
A las 20.30 en el cine Gaumont se estrena el documental Todxs Somos López. Dónde empieza la vida y termina la muerte (INCAA, 2018), desarrollado por realizadores y docentes vinculados a la UNLP (Universidad Nacional de La Plata).