Por Juan Manuel Castro y Lula González
Abel Zurita se largó a llorar frente a su hijo José Luis y le pidió perdón. Se sentía culpable. Nunca pensó que transmitirle tradiciones ancestrales lo iba a llevar a la cárcel. José Luis estuvo detenido un mes en el Penal de Marcos Paz acusado de narcotráfico.
“La hoja de coca no es delito. Con la detención de José Luis Zurita Delgadillo se criminalizó una de las costumbres ancestrales de los pueblos originarios. Los tratados internacionales nos defienden, incluso está amparado en el artículo 75 inciso 22 de nuestra Constitución”, dice Benito Espíndola, abogado y miembro de la Organización de Comunidades de Pueblos Originarios (ORCOPO). En sus hombros lleva la bandera Wipala y en la comisura de sus labios quedan resabios del acullico, el resultado de mascar hojas de coca. “En Buenos Aires se coquea porque llevamos nuestra cultura a todos lados”, agrega orgulloso.
Como cada agosto, la comunidad boliviana festeja a “La Mamita”, como le dicen con cariño a la Virgen de Urkupiña, que quiere decir en quechua “Ya están en el cerro”. En Tolosa, hogar de José Luis y su familia, hay misa, procesión y bailes tradicionales como el Tinku, los caporales y la saya. La coca está de principio a fin en sus bocas y es todo alegría porque recuerdan cuando la virgen bajó del monte en Cochabamba, Bolivia, para celebrar con sus feligreses.
En los colores, en el papel picado y en la comida pensaba José Luis a un costado de su auto ese 25 de agosto, en Villa Lugano, mientras la Policía de la Ciudad revisaba el baúl y le incautaba las bolsas con hojas de coca que su madre le había pedido retirar para repartir en la comunidad. Nunca pensó que un festejo de sus raíces era motivo de delito.
“Eran 77 bolsas, esa cantidad no era para mascar”, cuentan fuentes policiales ante la consulta del caso. De igual modo se expresó el Juzgado Criminal y Correccional Federal N°5, a cargo del juez Martínez de Giorgi, que dos veces le negó la excarcelación al joven. Recién el 4 de octubre tras una audiencia en la Cámara Federal de Apelaciones, José Luis salió en libertad. Para tenerlo detenido un mes se basaron en el inciso C del artículo quinto de la Ley 23.373 sobre tenencia de sustancias para producir estupefacientes.
El abogado defensor Federico Ravina cita la misma ley, pero el artículo 15: “La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes”. Ravina está convencido de que “a José Luis lo criminalizan y discriminan por seguir sus tradiciones”. “No importa la cantidad, la ley argentina permite el consumo de coca en estado natural”, dice. Y agrega: “Acá se hace la cocaína a través de la pasta base, que se produce en los mismos lugares donde se cosecha”. No hay antecedente alguno en el país de un laboratorio que produzca droga a través de la hoja de coca. “Para hacer cocaína se necesita bicarbonato, acetona y decenas de químicos más. Es como si van a una obra en construcción y por encontrar cal dicen que es para hacer cocaína”, destaca.
Adriana Serrudo es antropóloga e integra el Núcleo de Estudios de Pueblos Indígenas (NESPI) en el IDAES, Universidad de San Martín. Asegura que existe un discurso que estigmatiza la hoja de coca: “A fines del siglo XX por las doctrinas de seguridad nacional comenzó un discurso que criminaliza el cultivo pese a que el clorohidrato de cocaína se logra con una manufactura posterior. Se confunde la hoja y su consumo habitual y ceremonial del mundo andino con el narcotráfico”.
Serrudo suma al debate el centralismo de Argentina: “Es un país diverso en culturas y patrones, pero prevalece la cultura rioplatense”. El abogado Espíndola coincide y agrega: “Con la reforma constitucional de 1994 cambió el paradigma jurídico, pero Argentina todavía en la práctica no se reconoce como un estado plurinacional, por eso se criminalizan este tipo de prácticas ancestrales”.
Sebastián López es el cantante del grupo jujeño Los Tekis. Al subir a escena en cualquier lugar del país evoca la Ley 23.373 cuando cantan su tema “Oro verde”, un homenaje a la hoja de coca. “Lo de José Luis pasó por desinformación. Muchas veces a nosotros en Córdoba nos paró la policía. La coca es parte de nuestra cultura como el mate, como el asado. Por eso, nosotros levantamos esta bandera ya que consideramos que la hoja de coca no es droga”, cuenta.
Mientras José Luis estaba detenido en Marcos Paz, cinco choferes de larga distancia de La Veloz del Norte quedaron suspendidos por dar positivo en un control de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) tras haber mascado coca en un viaje entre Buenos Aires y Mar del Plata. Este mismo organismo tiempo atrás hizo un estudio y concluyó que mascar coca no perjudica las capacidades al volante. Por eso la empresa en un comunicado evocó la Ley 23.373 y pidió “que las autoridades definan esta zona gris de la normativa para resguardar la honorabilidad de sus empleados y dar seguridad y certeza a los clientes”.
El abogado Ravina está convencido que la libertad de José Luis se logró gracias a “un trabajo colectivo y comunitario para resistir esta situación avasallante”: “Ante la Cámara de Apelaciones se presentaron argumentos sólidos, se debatió sobre situaciones ya escritas en la ley, hay que trabajar y concientizar para que este tipo de prácticas discriminatorias no se vuelvan a repetir”.