Por El Ciudadano
Este jueves arranca el juicio oral contra Luis Marcelo Escobar, de 43 años, acusado por 18 casos de abuso sexual a mujeres de entre 14 y 25 años cometidos a lo largo de cuatro años. Al hombre lo detuvieron en diciembre de 2016 en Rosario, después de que la familia de una adolescente de 14 años lo denunciara por violación. Está casado, tenía un programa de radio en San Nicolás, donde vivía, y según el expediente cometía los hechos por los que irá al banquillo haciéndose pasar por policía o agente de tránsito. La fiscal Carla Cerliani ya pidió que lo condenen a 50 años de prisión efectiva.
En la causa se indica que Luis E. simulaba ser miembro de la Brigada Antinarcóticos para engañar a sus víctimas y llevarlas a un lugar alejado de miradas donde abusaba de ellas, señalaron desde el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
El hombre está detenido en el penal de Coronda desde agosto de 2016, imputado como presunto autor del abuso sexual de una adolescente de 14 años en Rosario y de otros 17 hechos similares ocurridos entre 2014 y abril de 2016. De éstos últimos, la Fiscalía le atribuye 11 casos de abuso sexual con acceso carnal, tres simples y tres en grado de tentativa.
Entre el 4 de abril de 2014 y el 16 de agosto de 2016, la Fiscalía Regional Rosario investigó más de una docena de casos de violación que habían sido denunciados. Tenían un patrón en común, por lo que los investigadores pensaron que un solo hombre era el responsable de todos. En la mayoría de los hechos, siempre según las denuncias, el agresor se había hecho pasar por policía para ganar la confianza de las víctimas y luego abusarlas.
La fiscal Cerliani lo acusó de 12 abusos sexuales con acceso carnal y uso de armas, dos más sin armas, uno en grado de tentativa –también usando arma de fuego–, y dos abusos simples. Parte de las pruebas que tiene la Fiscalía son exámenes de ADN positivos. Por último, lo imputaron por una amenaza cuando ya estaba preso en la cárcel de Piñero.
Padre ejemplar de día, y abusador de noche
El acusado vivía en San Nicolás con su esposa y tres hijos. Era locutor y conducía un programa en una FM de esa ciudad del norte bonaerense.
En agosto del año pasado, fue señalado como autor de otro abuso sexual: el número 18. Fue justamente, el de una chica de 14 años que fotografió la patente del auto que usaba y que permitió su detención a mediados de 2016, cuando se trasladaba en un Fiat Duna junto a su familia en Soldini.
La niña, fue abordada al salir de la escuela por un hombre que se presentó como oficial de Policía. En la esquina de Avellaneda y Doctor Riva, siempre según la imputación, la obligó a entrar a un auto. El supuesto integrante de la fuerza de seguridad le dijo que la tenía que llevar a la comisaría porque estaba sospechada en una causa por drogas. También le revisó la mochila. Después manejó algunos kilómetros, la sometió en una casa en construcción de Maradona y Rouillón y la abandonó.
Un médico forense confirmó el relato de la nena, que fue asistida por psicólogos y estuvo internada en el Hospital Víctor J. Vilela.
Una saga de terror que empezó hace 5 años
El primer caso de violación que se le atribuyó se registró el 4 de abril de 2014 en la zona sur de Rosario y tuvo como víctima a una chica de 18 años que estaba en una parada de colectivo.
Como se repetiría luego en los demás testimonios de las víctimas, el hombre dijo ser policía de Drogas Peligrosas y se mostró con un handy y ropas similares al uniforme policial.
Según la investigación, engañó a la víctima diciéndole que buscaba a tres jóvenes con drogas y que tenía que acompañarla hasta una comisaría para tomar sus datos y recabar antecedentes.
Tras llevarla a un lugar descampado, la víctima advirtió lo inhabitual del operativo y “le ofreció plata” pero “le dijo que no, que tenía que sacarse la ropa para que él revise si tenía droga”, se lee en la acusación.
Agrega que dejó el arma y un carnet con su foto que decía “policía” y tras desnudar a la adolescente abusó sexualmente de ella, hasta que la víctima pudo escapar y conseguir un remís en un barrio Fonavi de la zona, para luego hacer la denuncia.
La misma modalidad empleó –según la fiscal Cerliani– el 18 de mayo de 2014, el 8 de octubre, el 20 del mismo mes, el 10 y el 29 de noviembre de ese año.
Sus víctimas tenían, al momento de los hechos, entre 14 y 25 años y en su mayoría eran jóvenes de condición vulnerable, que el presunto autor utilizaba para acrecentar su falsa condición de policía.
En un hecho, cometido el 9 de marzo de 2015, el presunto violador serial se hizo pasar por inspector de tránsito y le dijo a la víctima que su jefe había visto a través de una cámara de video vigilancia que había pasado un semáforo con luz roja. La llevó en la moto hasta una estación de servicios y allí la hizo pasarse a su auto, para terminar el periplo en un descampado.
De acuerdo a la denuncia de la víctima, luego de desnudarla y manosearla intentó penetrarla pero la mujer, de 21 años, le dijo que estaba embarazada y tenía HPV (virus de papiloma humano) por lo que lo iba a contagiar, y consiguió que la dejara.
En una de los últimos ataques actuó junto a un cómplice: una adolescente de 15 años denunció que fue violada por ambos luego de que tras un ardid, la llevaran en su auto a La Paz y Provincias Unidas con el pretexto de un operativo antidrogas y en donde fue violada por ambos.