Fotos: Facundo Nívolo
A Luciano Alt lo mataron el día de su cumpleaños. El 13 de febrero de 2016 cumplía seis años y jugaba a las escondidas con sus hermanos y amigos en la puerta de su casa de Villa La Rana, en San Martín. Eran cerca de las 23.30 y los vecinos esperaban en la calle el paso de los corsos del carnaval. Una camioneta del Comando de Patrullas de la Bonaerense que estaba estacionada en la esquina arrancó y aceleró de golpe entre la gente. La camioneta atropelló a Luciano y el nene murió en el acto. Tres años después, los dos policías que iban en el vehículo fueron condenados, pero no irán a la cárcel.
El día que murió su hijo, Analía Muñoz estaba embarazada. Con Luciano eran cuatro hermanos varones y una nena estaba en camino. “Todos me decían que tenía que seguir adelante, que iba a tener otra hija. Y yo tenía que elegir el nombre, pero cómo podía hacerlo si no sabía si me iba a morir de dolor al otro día”, contó a Cosecha Roja Analía.
Con su marido, la mujer aprendió el lenguaje jurídico. Mientras se hacía cargo de sus tres hijos mayores y de Lucero, la bebé, buscó un abogado y caminó los pasillos de los Tribunales de San Martín. A mediados de 2018 comenzó el juicio, pero debió ser suspendido por problemas familiares de la jueza. Un año después, se reinició con un nuevo tribunal.
El juez Claudio Frega, a cargo del Juzgado Correccional N°5, faltó a la audiencia final del juicio. Su secretario leyó la sentencia. Jonatan Godoy, de 26 años, conductor de la camioneta, fue condenado a dos años y diez meses e inhabilitado para conducir durante una década. Juan Quintana, de 55 años, iba como acompañante: recibió una pena de un año e inhabilitación para conducir durante dos. Al ser penas menores a los tres años no deberán cumplir la condena en la cárcel.
“Particularmente yo estoy más enfocada en un trabajo de sanación como madre, fui a la justicia para darle una respuesta a mis otros hijos, porque en algún momento van a preguntar qué pasó”, dijo Analía. Cuando empezó el camino de búsqueda de justicia le dijeron que el juez que les había tocado “no mete presos a policías”. “Así que nos fuimos preparando, pero igual esperábamos que fueran presos”, contó. Aunque las penas no fueron las esperadas, lograron que el juez considere que se trató de un homicidio culposo. “Que haya habido condenas para los dos es algo positivo”, dijo.
Godoy había sido exonerado de la fuerza pero Quintana seguía en funciones hasta el momento del juicio. Ahora la familia espera que Asuntos Internos defina la expulsión del policía.
Durante el juicio quedó demostrado que el 13 de febrero de 2016 la camioneta policial estuvo entre 10 y 15 minutos estacionada en la esquina de la casa de Luciano. Había buena iluminación y la calle estaba llena de vecinos que esperaban el paso de las murgas y chicos que jugaban. La camioneta arrancó de golpe, sin prender la sirena. A unos 30 metros de donde estaba Luciano con sus amigos, aceleró de golpe y atropelló al chico. El abogado querellante Marcelo Biondi y la fiscal Ana de Leo consideraron que se trató de un homicidio culposo: era imposible que los policías no pudieran representarse el peligro de esa maniobra.
“Las pericias presentadas en el juicio confirmaron que, al momento del impacto, la velocidad mínima del patrullero estaba entre los 47 y 53 kilómetros”, publicó la agencia Andar. Es decir que la velocidad pudo haber sido incluso mayor. Los acusados dijeron que habían recibido una llamada de emergencia, pero no pudieron probarlo. “Una de las policías que declaró en el juicio dijo que el día del accidente los policías llegaron a la comisaría y quisieron poner en el acta que había habido un alerta, un llamado. Ella declaró que era mentira, dijo que no podía mentir porque tenía un hijo de la edad de mi nene”, contó Analía.
Durante los alegatos, el abogado de la familia y la querella pidieron una pena de cuatro años y seis meses de prisión para Godoy, el conductor, y dos años para Quintana, su acompañante. El juez aceptó el pedido de la fiscalía y la querella y los condenó por el delito de “homicidio culposo”. Igual seguirán en libertad.