Ilustración: Federico Mercante
El abuso sexual contra la infancia es “el ejercicio de poder de personas adultas sobre pequeños cuerpos agredidos sexualmente”, explica el psiquiatra Enrique Stola. Este tipo de situaciones son mucho más comunes de lo que creemos: una de cada cinco mujeres y uno de cada diez varones fueron víctimas.
El lugar más inseguro para lxs niñxs puede ser su propia casa. Los abusadores suelen ser personas de confianza: en 8 de cada 10 casos son familiares o personas que están a cargo de su cuidado.
Pueden ser padres, abuelos, tíos, vecinos o padrastros o personas a cargo del cuidado de chicos y chicas en instituciones como escuelas e iglesias. “En general las instituciones tienden a ocultar y perpetuar los abusos sexuales en su sostenimiento de la sociedad patriarcal y de sus intereses ideológicos y económicos”, explica Stola.
Las víctimas no tienen ninguna responsabilidad, explica Stola. Son sometidas por engaños y manipulaciones psicológicas e incluso a través de la violencia física. A pesar de eso, a muchos niños y niñas les cuesta hablar: “los abusadores usan la amenaza, generan miedo y culpa a fin de tener a su víctima atrapada”. En la mayoría de los casos esto dura mucho tiempo y la falta de educación sexual integral posibilita que les niñes no sepan cómo pedir ayuda.
¿A qué debemos prestar atención para detectar posibles situaciones de abuso? “A los cambios de conducta bruscos, a los dibujos, a los comportamientos, si tienen pesadillas o si se hacen pis (enuresis) o encopresis, trastornos en la alimentación y trastornos en la conducta”, explicó Julieta Añazco, de la organización Iglesias Sin Abusos.
Además, Añazco recomienda escuchar y creer lo que dicen los niños y niñas y respetar sus tiempos sin presionarlos. “Para que hablen, cada uno habla cuando puede, no cuando quiere”, dijo.
La Educación Sexual Integral (ESI) también es fundamental para ayudar a prevenir y detectar situaciones de abuso contra la infancia. La socióloga @EleonorFaur lo explica bien claro:
-La ESI plantea contenidos muy claros y contundentes sobre prevención del abuso en la infancia y el abuso sexual en general.
-Enseña desde los primeros años de vida que nadie puede tocar las partes íntimas o aquellas que uno no se siente cómodo.
-Tiene una consigna clara: hay secretos que no deben guardarse. Si hay una propuesta incómoda o angustiante con un adulto hay que informarlo a una persona de confianza.
-Genera herramientas para las personas que podrían ser potencialmente víctimas o que están siendo victimizadas para salir rápidamente de una situación de abuso.
-A los docentes les permite tener más elementos para detectar situaciones abusivas.