Analía Astorga tenía 26 años y era hincha de River. El domingo cerca de las 8.30 de la noche, un hombre la dejó tirada en una esquina de Joaquín V. González, a unos 220 kilómetros al sudeste de la ciudad de Salta. Todavía respiraba. Tenía marcas de golpes en todo el cuerpo y al menos dos heridas de bala: una en la cabeza y la otra en el tórax. El hombre se volvió a subir a la Hilux blanca y encaró hacia la ruta. Unos minutos después chocó de frente con un camión.
Él murió antes que ella. Cuando llegó la policía la camioneta estaba prendida fuego. En el asiento del conductor estaba el cuerpo calcinado del femicida. “Las pericias van a confirmar si fue un accidente o se quiso suicidar”, explicaron fuentes judiciales a Cosecha Roja.
La policía lo estaba buscando por todo el pueblo: un rato antes, los vecinos de San Martín y Salta habían avisado al 911 que había una mujer herida en la calle. A los pocos minutos llegó la ambulancia y la chica fue trasladada al hospital local. De ahí la derivaron al hospital San Bernardo de la capital. Murió en el camino.
Después del primer llamado al 911 la policía puso en marcha un operativo cerrojo en Joaquín V. González. No alcanzaron a detener al femicida. Un llamado alertó de un accidente en la ruta nacional 16 a la altura del Ceibalito. Al costado de la ruta vieron la Hilux blanca incendiada.
El chofer del camión sufrió politraumatismos y fue trasladado al hospital. El cuerpo de Analía fue trasladado al Servicio de Tanatología Forense del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Salta para hacerle la autopsia.