“Chicas de La Plata: si cogen/hablan con la categoría 93 94 de El Club Universitario de Rugby sepan que filman a minas sin su consentimiento y lo pasan en sus grupos de wsp. Tengan cuidado porque se lo han hecho a muchas sin importar que sean novias, amigas o conocidas”. El tuit se viralizó y la mujer que lo escribió recibió varias denuncias de otras chicas que sufrieron lo mismo. Porque de eso se trata: la difusión no consentida de imágenes íntimas no es un juego ni un chiste, es un tipo de violencia de género, la digital.
Además de los mensajes de chicas que pasaron por situaciones similares, recibió puteadas y amenazas de los implicados.
La cultura machista pone a las mujeres como los blancos preferidos de la violencia digital. “Quienes más sufren el patriarcado y todas sus esferas en lo virtual son las mujeres y las minorías sexuales, no hay casos de videos que se viralicen con chicos teniendo sexo o masturbándose, siempre son las mujeres o la comunidad LGTBI los objetivos de esas operaciones”, dice Joaquín Linne, sociólogo e investigador sobre tecnologías de información y comunicación, en el libro “ATR. Adolescentes a todo ritmo. Drogas y alcohol en las clases medias altas” (Marea).
En el caso de los rugbiers de La Plata, uno de ellos intentó una explicación en la que cuenta que en realidad se hizo un sticker con una de las fotos y aclara que en el momento en que se compartieron “no estaba tan delicado este tema de la mujer”.
Mediante un comunicado, el Club Universitario informó que suspendió “de forma provisoria y de manera preventiva” a los deportistas involucrados. Ante este tipo de medidas siempre surge la misma pregunta: ¿alcanza con la “sanción”? ¿Cómo se frena la lógica machista? ¿Cómo se rompe con la complicidad? Las respuestas deberían surgir de los mismos varones. Las mujeres debemos recurrir al autocuidado. Y a estar informadas sobre qué hacer si somos víctimas de violencia digital.
Para Linne “hay un riesgo en lo virtual y límites que se pasan en lo online, como cuando algún chico o chica cuenta alguna cosa medio íntima para sus amigos y eso se puede viralizar e irse fuera del control del primer círculo de confianza y convertirse en objeto para hacer bullying”. El sociólogo habla de adolescentes, pero la lógica es la misma: una lógica machista.
En esa lógica entra la ya clásica complicidad entre varones o pacto de caballeros tan difìcil de romper. Algo que no sucede entre mujeres. ¿Por qué las víctimas de violencia digital son mayoritariamente mujeres? “La desnudez de la mujer causa mayor morbo. La desnudez del hombre está vista hasta como ‘graciosa”. “El género opresor, si ve ventilada su intimidad, tiene un refuerzo de sus propios pares que hacen que no termine siendo tan perjudicial. El refuerzo es no sólo ponerlo en situación lúdica, sino que no lo coloca en el riesgo de otros derechos”, acota Marina Demchetzko, de la Fundación Activismo Feminista Digital.
