Desde que los diez rugbiers que participaron del crimen de Fernando Báez fueron imputados se supo que podrían enfrentar la pena de prisión perpetua.
“La prisión perpetua hoy en la Argentina significa una pena para morirse en la cárcel, para no salir nunca más. No creo que esta pueda ser la respuesta de una sociedad civilizada a hechos de esta naturaleza”, opina el juez y presidente de la Asociación Pensamiento Penal, Mario Juliano.
Para Juliano los rugbiers “han elegido el peor de los lugares”. “El hecho es francamente injustificable, es un hecho que nos espanta. Y lejos de reaccionar como deberían haber reaccionado, reconociendo que lo que hicieron es un disparate, adoptan una posición de mandar al frente a una persona inocente, se niegan a prestar declaración y a decir cómo han sido los hechos cuando lo que en realidad los familiares de la víctima y la sociedad en general esperaría es un sincero arrepentimiento, que pidan perdón por lo que han hecho y que se sometan a un juicio justo”, dijo.
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Así como el hecho es injustificable, para el juez también lo es la condena a prisión perpetua. “Hacer este cuestionamiento a una pena tan violenta como el hecho que cometieron, no implica de ninguna manera minimizar la gravedad de los hechos”, aclaró. “Simplemente se trata de reclamar, como integrante de un contrato social en una sociedad, que reaccionemos de forma proporcionada al hecho terrible que han cometido”.
“La Constitución Nacional dice que las penas tienen por fin la resocialización del reo y, como es obvio, es imposible resocializar a quien jamás va a recuperar la libertad”, justificó Juliano. Y agregó: “La prisión perpetua, como pena única e indivisible, no admite matices. Todas las responsabilidades son iguales. Y los hechos demuestran que las cosas no son de ese modo”.