En una clase de Educación Sexual, V., de 12 años, levantó la mano.
—A mí me pasa, mi tío abusó de mí —contó delante de sus 35 compañeros.
La maestra lo comunicó al gabinete psicopedagógico y se abrió un expediente, que pasó a un Centro de Niñez y Adolescencia. La nena ya lo había hablado con sus padres. Aún así todavía no se animaban a hacer la denuncia. Les costaba creer que Leandro Martínez, el esposo de la prima del papá de V., podía abusar de ella. Para ellos era un hombre bien educado, obsesivo y puntilloso, un buen padre y un tío afectuoso.
Ahora, el hombre de 43 años, empresario, está prófugo desde hace más de un mes. Escapó por la puerta trasera de su casa en el country Weston, de Moreno, cuando la policía lo fue a buscar.
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La primera vez que se había animado a contarlo había sido en 2018. “Hola, no sabés lo que me pasó, mi tío me tocó la cola y la chucha”, le contó a una compañera del colegio en un audio de WhatsApp. “Estábamos los cuatro en la cama y me desperté con él tocándome. Yo cerraba las piernas y él hacía más fuerza. Como que me quiso violar”.
La mamá de la compañerita vio la conversación de las dos nenas. Fue hasta la casa de V. y le hizo escuchar los audios a Daniela, la mamá. En ese momento V. estaba en la casa de su tío Leandro.
Daniela y Pablo, el papá de V., fueron hasta el country a buscar a la nena. Una vez en su casa Daniela y Pablo hablaron con su hija. Ella les confirmó el abuso y les contó más detalles.
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La prueba que cambió todo la aportó la propia nena. El 15 de diciembre de 2019, durante una fiesta en la casa de los abuelos de V. (al lado de su casa) la chica le pidió a su tía que la acompañara a su casa para mostrarle las reformas que habían hecho. “Me extrañó mucho, y la ignoré un rato. Pero de repente, cuando vi que tomaba la llave muy dispuesta, la acompañé”, contó el papá a TN.
Primero fueron al quincho y después a la habitación que ella comparte con su hermanito. En cada oportunidad que tenía, cuando el papá no los veía, Leandro manoseaba a su sobrina. Todas esas escenas quedaron registradas en las cámaras de seguridad que la familia había instalado cuando hicieron las reformas.
Al salir de la habitación, la nena miró a su tío.
—¿Viste que mis papás pusieron cámaras de seguridad? —le dijo.
El hombre miró a la cámara y le apretó el cuello a su sobrina, a modo de amenaza.
Recién después de ver los videos los padres de V. se animaron a hacer la denuncia penal.
La Justicia ordenó una inspección ocular en la casa del abusador. Al llegar a la entrada del country una empleada los retuvo unos minutos. Cuando llegaron a la casa no había nadie. Los policías encontraron la puerta de atrás abierta.
“¿Quién se va de vacaciones así? Evidentemente alguien les habían avisado y él se había ido en una camioneta solo esa mañana”, reclamó Daniela a TN.
Hace más de un mes que Leandro está prófugo.