Cuando te enfermás y no vas a la escuela ¿quién se queda a cuidarte? ¿Quién se toma el día en el trabajo? ¿quién va a cuidar a tu abuela/o al hospital? ¿Quién deja de hacer lo que está haciendo y te va a buscar a la escuela si hay hora libre?
Ayer la dirección de Economía, Igualdad y Género compartió un informe sobre brechas de género. El 76 por ciento del trabajo doméstico lo hacen las mujeres. A las “tareas del hogar” se suma que las mujeres también son víctimas de la distribución desigual de los denominados “cuidados”.
“Frente a los desafíos que trae el coronavirus en relación con la circulación de personas y la decisión de suspender las clases, es la primera vez que en una crisis de este tipo surge, de manera pública, la pregunta de cómo vamos a hacer con los cuidados”, dice Eleonor Faur, doctora en Ciencias Sociales y autora del libro “El cuidado infantil en el siglo XXI”.
El feminismo logró poner el tema en la agenda. “Hay un poco más de alerta sobre esta situación y aunque las condiciones de las tareas de cuidado sigue siendo muy desiguales hoy ya somos muchas las mujeres y las mamás de chicos chiquitos que estamos diciendo ‘Ojo que acá va a haber una situación muy injusta”.
“Quienes nos encargamos de los cuidados somos en su mayoría mujeres madres y hacemos malabares entre el mundo doméstico y el mundo público. Sostenemos un engranaje, enorme e invisibilizado”, agrega Julieta Saulo, de la organización Las Casildas.
Ella posteó en sus redes sociales una consigna: “Contame los malabares que hiciste hoy mujer madre todo terreno!. Y le llegaron cientos de mensajes de mujeres acorraladas entre lxs niñxs, la casa y el home office.
Las desigualdades en las tareas de cuidado no son solo de género, sino que se les suman y profundizan las de clase. “Quienes más cuidan no sólo en nuestro país sino en todo el mundo son las mujeres de mayor vulnerabilidad socioeconómica o provenientes de etnias discriminadas y muchas de ellas son las que venden su fuerza de trabajo como parte del servicio doméstico para paliar las dificultades de cuidado de hogares de clase media”, dice Faur.
Por primera vez, la Argentina tiene un ministerio de Mujeres, género y diversidad del que se espera se ocupe del tema. “Es hora de dejar de hablar de la agenda de cuidados y ponerse a hacer. Porque las que somos variable de ajuste siempre somos las mujeres madres”, dice Saulo.
Para Faur, la clave es pensar en respuestas creativas, cooperativas y comunitarias y en la redistribución de los cuidados con situaciones de teletrabajo, no sólo para las mujeres sino también para los varones. “Es una oportunidad para darle la luz a toda esta situación colectiva que las mujeres cargamos sobre nuestros hombros hace muchas décadas y siglos y creo que ya es hora de tomarnos en serio que hay que redistribuir los cuidados, hay que reducirlos de la agenda de las mujeres”.
Con o sin coronavirus, la necesidad es políticas públicas efectivas que contemplen esta redistribución. Durante la cuarentena y después también.