La nena llora, se retuerce en la cama y se rasguña tan fuerte las piernas que se lastima la piel. Su mamá, Roxana P., piensa que es porque le quitó el celular. Luego cree que tal vez es un berrinche porque siente celos de su hermana más chica. Pero ella sigue pellizcándose.
– Emilio me toca- dice.
Emilio Maldonado era el mejor amigo de Roxana. Era también, hasta hace unas horas, el presidente del Concejo Deliberante de Río Gallegos. Esta mañana presentó su renuncia en medio de una sesión extraordinaria en la que iba a tratarse su expulsión, a pedido del intendente Pablo Grasso.
El sábado 20 de junio, Maldonado fue denunciado por abuso sexual contra una nena de nueve años. Roxana P. contó que su mejor amigo ‘Buba’ había abusado de su hija durante aproximadamente un año.
Según el relato de la nena, Maldonado aprovechaba cada oportunidad en la que su mamá iba a tomar mates a la casa. Le pedía que fuera a buscar algo a la habitación. Y entonces la manoseaba por debajo de la ropa.
Maldonado nunca cerraba la puerta y le había advertido que si alguien se acercaba alguna vez a la habitación, debían hacer “como si estuviésemos jugando”.
Roxana, que además tiene una beba de siete meses, está en situación de pobreza y no tiene empleo. Maldonado era alguien que la ayudaba, digno de su admiración y confianza.
“Ahora que lo conté tengo mucho miedo”, le dijo a LU12 AM 680 después de hacer público su caso, durante la tarde del viernes 26, cuando vio que, a una semana de radicar la denuncia en la comisaría sexta nadie se había comunicado con ella, ni siquiera para darle asistencia psicológica a su hija.
La acusación generó un cimbronazo. Maldonado es un tipo callado, amiguero, militante de toda la vida. Funcionarios y funcionarias del municipio riogalleguense se apuraron a darle su apoyo en redes: “Buba, fuerza”, “Gordo, te bancamos”.
Cuatro horas después de que Roxana contara lo que pasó con su hija, otra mujer se presentó en la comisaría sexta para denunciar un abuso.
Entonces el silencio del intendente se transformó en un pedido para que lo expulsen del Concejo Deliberante.
“Tengo la obligación institucional y moral”, dijo Grasso sobre la salida del hombre que quedaba a cargo del Ejecutivo en su ausencia.
En la segunda denuncia, a Maldonado lo acusaron de haber atacado a su ahijada, que entonces tenía diez años. El hecho habría sucedido en 2018, pero no fue hasta que vieron la primera acusación que entendieron que lo que la nena contó era posible.
Maldonado “le pidió que se sentara arriba suyo”, dijo la madre, explicando que entonces hubo un forcejeo y que él la manoseó hasta que ella logró esconderse en el baño.
Esta mañana, el Deliberante hizo una sesión extraordinaria para tratar la expulsión. Maldonado quiso evitar el bochorno y renunció. Ahí estuvieron el padre y la madre de la segunda denunciante. Desde afuera del recinto, el resto de los familiares exigió la expulsión de Maldonado.
La jueza Valeria López Lestón lleva adelante la investigación por los abusos y se espera que se fijen las fechas de las cámaras Gesell, que van a determinar si el ex concejal más votado de los últimos tiempos va a ser detenido o esperará el juicio en libertad.
Foto: José Silva
