Por Silvina Pachelo
Foto: Política Obrera
A Carmen Elizabeth Oviedo Villalba, de 14 años, la llaman Lichita. Es hija de Carmen Villalba y Alcides Oviedo, líderes revolucionarios de la guerrilla del Ejército del Pueblo Paraguayo(EPP), ambos están encarcelados desde el 2004.
Lichita vive en Misiones, Argentina, con parte de su familia por razones de seguridad. En el mes de septiembre de 2020 viajó a Paraguay con su tía Laura y sus dos primas María Carmen y Lilian de 11 años, nacidas en Argentina. Las niñas iban a conocer a sus padres, que resisten en la selva paraguaya en el marco de la lucha campesina.
Fueron víctimas de un feroz ataque por parte de un comando de las Fuerzas de Tareas Conjuntas (FTC), fuerza represiva paraguaya, que justificaron el ataque como un “enfrentamiento” con una supuesta base del EPP en la zona de la estancia El Paraíso, ubicada en la ciudad de YbyYau, Departamento de Concepción. Como consecuencia de esa acción represiva, fueron asesinadas las niñas María Carmen y Lilian.
Carmen Villalba logró escapar de ese ataque junto con Laura Villalba, madre de una de las niñas asesinadas. La pequeña Carmen, según relataron testigos, había sido herida en sus piernas.
Tras estos acontecimientos, no pudieron regresar a la Argentina y el gobierno de Mario Abdo Benítez dispuso de todas sus fuerzas para ubicar y reprimir a la familia Villalba.
Hoy, 8 de enero de 2021, la niña Carmen Oviedo Villalba continúa desaparecida, víctima de un estado represor y de la impunidad que el gobierno paraguayo brinda a sus victimarios. Laura Villalba, quien vive en Argentina desde hace 10 años, se encuentra detenida, acusada de ser parte de la logística del EPP.
El caso de las tres niñas no puede pasar al olvido. Son dos niñas asesinadas, acusadas de guerrilleras por el estado paraguayo que en realidad es responsable del infanticidio de María del Carmen y Lilian y de la desaparición de Carmen.
Seguimos sin respuestas y los victimarios gozan de total impunidad.
Por eso, ante la falta de respuestas, ante el silencio de los medios de comunicación, ante la invisibilización que el poder hace de estos crímenes, continuamos exigiendo Verdad y Justicia.
Las dos niñas asesinadas eran argentinas. Hasta el día de hoy, el gobierno argentino no ha presentado un reclamo ante el gobierno de Mario Abdo Benítez ante esta situación.
Es tiempo de que el presidente Alberto Fernández y el canciller Felipe Solatomen cartas en el asunto, asuman la responsabilidad del Estado argentino ante el asesinato de dos niñas argentinas y presenten los reclamos correspondientes ante el gobierno del Paraguay.
Estas niñas merecen que sus derechos sean respetados. Como ciudadanos y ciudadanas argentinas tenemos la obligación moral de difundir estos crímenes, esta violación de los derechos humanos.
Dos niñas asesinadas y una desaparecida: no se puede guardar silencio, quien guarda silencio se convierte en cómplice.
La historia de nuestra América sabe de represión, asesinatos, desapariciones y dictaduras.
Nuestros pueblos dijeron Nunca Más, siguen exigiendo Verdad, Justicia y el fin de la impunidad. Denunciemos estos crímenes y caminemos unidos los pueblos hermanos en las luchas contra un sistema injusto y asesino.