Fotos: Virginia Benedetto
En algún lugar de las montañas del Kurdistán, en Asia occidental, algún día de 2018 Virginia sacó de su mochila el pañuelo verde. Con la ayuda de una traductora, tenía la intención de contarles a las mujeres de las milicias kurdas la lucha feminista en Argentina por el aborto legal. Pero la intérprete no hizo falta.
-Ni una menos- dijo una de las comandantas en perfecto castellano, apenas vio el pañuelo.
“Guau, llegamos hasta acá”, pensó Virginia Benedetto, fotógrafa argentina que el año en que por primera vez se habilitó el debate de la despenalización del aborto en Argentina viajó al Kurdistán sirio y al Kurdistán irakí para retratar la resistencia de las mujeres del pueblo kurdo. “Mi trabajo tenía que ver con aportar a la revolución del pueblo kurdo y mostrar otra mirada que no sea sólo el fusil, sino pensar la resistencia de diferentes maneras”, cuenta a Cosecha Roja.
Escuchar “Ni una menos” tan lejos de su Rosario natal, de Argentina, de América del Sur y de Latinoamérica la emocionó. “Después comprendí que la revolución del pueblo kurdo tiene un principio internacionalista y que las mujeres kurdas abrazan la lucha de las mujeres argentinas porque consideran que no existe la libertad de las mujeres si en otro lugar del mundo hay mujeres que no son libres”, cuenta Virginia.
Ese pañuelo verde quedó en las montañas del Kurdistán, la región históricamente reclamada y habitada por el pueblo kurdo, repartida en los territorios de los estados de Siria, Irán, Irak y Turquía.
La historia de Medio Oriente nos resulta tan lejana como ajena. Y las noticias del pueblo kurdo casi no trascienden las fronteras por las décadas de etnocidio que vienen resistiendo.
Hace unos días, sin embargo, se propagó por las redes sociales la campaña internacional “100 reasons” de las mujeres kurdas en Turquía, quienes se propusieron juntar 100 mil firmas en todo el mundo para procesar al presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, por sus políticas feminicidas. “Queremos poner fin a la violencia contra las mujeres cometida en la República Turca a escala feminicida, donde una mujer es asesinada por violencia masculina todos los días. Con esta campaña queremos que el feminicidio sea reconocido internacionalmente como crimen de lesa humanidad”, dice la petición, a la que se puede adherir con sólo una firma.
En los diferentes territorios del Kurdistán, el pueblo kurdo padece una doble opresión: la del Estado turco y la del Estado Islámico (ISIS). Los kurdos y las kurdas se enfrentaron al ISIS y lograron liberar a casi todos los pueblos de la región de su opresión. Pero aún resisten a fuerzas yihadistas que entraron en acción en los últimos tiempos.
Específicamente en Turquía, los presos y presas políticas se multiplican: hay más de 150 mil. “La mayoría de las presas políticas son mujeres kurdas. Van desde académicas, periodistas, defensoras de derechos humanos hasta personas que solamente firmaron una declaración por la paz”, cuenta a Cosecha Roja Melike Yasar, referente del Movimiento de Mujeres Kurdas para Europa y Latinoamérica.
Un caso emblemático es el de la diputada kurda Leyla Güven, quien hizo una huelga de hambre de más de 100 días, fue liberada y luego la volvieron a encarcelar. En Argentina fue conocida su historia porque en 2019 la visitó en la cárcel la madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas.
“Turquía es el país que tiene más presas políticas en el mundo”, aseguró Yasar.
La resistencia de las mujeres kurdas
“Pelea como una mujer” es una frase feminista que cobra un sentido no sólo simbólico sino literal entre las mujeres kurdas. En la revolución que encarna el pueblo kurdo el protagonismo de las mujeres es fundamental. “Y esto tiene que ver con un postulado del líder kurdo Abdullah Ocalan (preso y condenado a perpetua en Turquía) que dice que el patriarcado es el primer régimen de opresión”, explica Benedetto.
“Las milicias no son necesariamente mujeres con formación militar, mucha veces son mujeres que están en sus casas y que saben que o salen a luchar o serán sometidas a la esclavitud”, cuenta.
La campaña internacional que encaran las mujeres kurdas en Turquía pretende visibilizar los femicidios en el país. Según la plataforma “Vamos a parar los feminicidios” (Kadın Cinayetlerini Durduracağız, KCDP) en 2020, hubo 300 feminicidios y otras 171 mujeres fueron encontradas muertas en condiciones sospechosas.
En 2018 Virginia encontró en las montañas de Kurdistán la empatía y el reconocimiento de las luchas de los feminismos argentinos y latinoamericanos. Se dio cuenta de que la lucha por los derechos de las mujeres era internacional o no era. Casi tres años después, cree que ahora le toca a esta parte del mundo el acompañamiento a las mujeres kurdas en la campaña de las 100 razones.