Fotos: Se Va Buenos Aires
Imaginate vivir en un barrio sin historia. Donde las esquinas no te recuerden a nada: ni a tu primer chape, ni a las juntadas con les pibes a fumar después del colegio, ni siquiera a las historias de otres que vivieron ahí antes que vos. Un barrio sin las casitas bajas ni las casonas imponentes. Un barrio sin mojones ni referencias. No existe el “a dos cuadras del almacén” ni a una del chalecito de rejas verdes. Puras torres altas todas iguales sobre veredas grises que nunca ven el sol. Puros departamentos de pocos metros cuadrados en los que no vive nadie o casi nadie. Un barrio sin identidad.
Ahora imaginate que el barrio de al lado es igual y el de al lado también. Y que no estás en una ciudad futurista ni en un capítulo de Black Mirror: estás en la Ciudad de Buenos Aires.
¿En qué ciudad queremos vivir? ¿Cómo está planificada? ¿Por qué hay cada vez más demoliciones y menos espacios verdes? ¿Qué intereses hay detrás de una ciudad con cada vez más torres y menos casas bajas?
A pesar de que la población de la ciudad de Buenos Aires no aumenta desde mitad del siglo XX, cada vez se permite construir más y a mayor altura sin respetar el entorno barrial, los edificios patrimoniales ni mejorar la infraestructura de los servicios.
Y no se trata de una solución al problema habitacional porteño, donde más de 300 mil personas viven en villas y asentamientos y más de 7.500 en la calle.
Entre el 2005 y el 2018 se construyeron más de 195 mil viviendas. Pero más del 50 por ciento son consideradas de lujo, según datos de la Dirección General de Estadísticas y Censos.
Y hay más: en 2019, el Instituto de Vivienda de la Ciudad registró que CABA tiene 138.328 viviendas ociosas. Es decir: casi el 10 por ciento están vacías mientras alquilar es una odisea en la que se va más de la mitad del sueldo.
El patrimonio histórico está desapareciendo: de 141 mil edificios que deberían haberse declarado de interés tan sólo el 13 por ciento (18.500 edificios históricos) fueron supuestamente “protegidos”. Y ni siquiera: este porcentaje está en un limbo legal sin protección efectiva. ¿Y los otros 122.500? Esperan la demolición.
La data es de la convocatoria “Se va Buenos Aires”, una marcha que organizaron más de 40 organizaciones en defensa del patrimonio histórico de la Ciudad. Será el sábado 30 de octubre a las 16 frente a la Legislatura Porteña. Exigen control vecinal sobre las decisiones que se toman sobre el patrimonio y la planificación urbana. Y denuncian la demolición masiva de casas y edificios históricos, sobre todo en zonas residenciales de barrios porteños donde el valor del suelo creció exponencialmente como Nuñez, Bajo Belgrano, Saavedra, Colegiales y Villa Devoto, entre otros.
Para las organizaciones hay un interés económico claro detrás de la planificación de la CABA. “Convocamos a todos los espacios que estén sufriendo impactos sociales y ambientales negativos a causa de esta planificación de la especulación inmobiliaria”, dijo a Cosecha Roja Jonathan Baldivieso, del Observatorio Derecho a la Ciudad, una de las organizaciones convocantes.
También cuestionan el criterio para demoler, la falta de relevamiento del patrimonio histórico y la nula consulta a lxs vecinxs en decisiones que cambian por completo la disposición barrial, social y natural.
A fines de septiembre el Gobierno porteño consiguió que la Legislatura apruebe de manera express los dictámenes necesarios para el desarrollo de 16 proyectos inmobiliarios nuevos. Lo hizo sin que nadie se enterara a través de excepciones que afectarán a doce barrios de la Ciudad para construir torres de hasta 85 metros con viviendas de lujo, oficinas, comercios, servicios hoteleros. Y para hacerlo hay que demoler y demoler.
Esa misma semana las topadoras llegaron a la Villa 31 para arrasar con la toma “Fuerza de las Mujeres”, el barrio que habían levantado en un basural 80 mujeres y 175 niñes. Las desalojaron sin avisar, perdieron todas sus cosas y quedaron en la calle.
“Exigimos una auditoría de los organismos que deciden cuáles son los edificios que merecen protección patrimonial, porque todos son procedimientos secretos en los que los vecinos no nos enteramos previamente”, suma Baldivieso
Para Baldivieso, la defensa del patrimonio no solo es una cuestión edilicia, sino social. “Derrumbar edificios, cambiar los usos de los espacios públicos va en contra de la vida social”, dice.
Y también hay una pérdida natural, no sólo por la cantidad de árboles que se mutilan -muchos de ellos históricos- sino por los espacios verdes que se pierden y que no se recuperan. La OMS considera saludable que una ciudad tenga de 15 a 20 metros cuadrados de espacio verde por habitante. En CABA son apenas seis.
Y cuando existe una posibilidad de apostar a ellos, de recuperar lugares como la Costanera, se opta por proyectar edificios de lujos que, encima, no solucionan el déficit habitacional que existe en las clases medias y populares. Es el caso del proyecto inmobiliario en el predio Costa Salguero que fue aprobado por la Legislatura porteña y, gracias a la acción de organizaciones y vecinos, la Justicia declaró inconstitucional.
En la marcha del 30 se hará una muestra fotográfica sobre las demoliciones patrimoniales que se hicieron en la Ciudad. Invitan a que lxs vecinxs lleven sus fotos de edificaciones ya demolidas o próximas a desaparecer en tamaño A4 (21x30cm) con el pie de foto indicando calle y barrio.
Además, de la página Se Va Buenos Aires se pueden bajar los carteles para intervenir las construcciones próximas a ser demolidas.