Contó sobre una relación violenta y terminó judicializada

AA es una artista visual riojana, militante política y sobreviviente de violencia de género. Motivada por una experiencia similar que le relató otra víctima y para alertar a otras mujeres, contó a través de facebook la relación violenta con su ex pareja. Terminó con una demanda por parte de él.

Contó sobre una relación violenta y terminó judicializada

21/03/2022

Por Belén Del Huerto Romero en La Nota Tucumán

Esta es la historia de muchas mujeres que en el apogeo del Ni Una Menos se animaron a contar sus historias de cómo sufrieron violencia pero algunas terminaron demandadas por sus propios agresores. 

AA es una artista visual riojana, militante política y sobreviviente de violencia de género. La joven contó a través de facebook una relación violenta con su ex pareja, al que llamaremos RS. Lo hizo motivada por una experiencia similar que le contó otra víctima de este sujeto y para alertar a otras mujeres. AA terminó con una demanda por parte de RS. 

“Fue la relación más oscura y complicada que me tocó vivir. No le gustaba nada. Ni mi ropa, ni mis amigos, ni mis hermanos” comenzaba el relato AA a través de su facebook. 

La joven detalló cómo fueron algunas situaciones de violencia física, simbólica, patrimonial y psicológica que vivió mientras estaba en pareja con RS.

AA publicó una parte de esa historia en noviembre del 2017. En esa publicación recibió apoyo y mensajes de aliento a través de sus redes. Incluso su relato sirvió para que algunas otras ex novias de RS pudieran hablar sobre sus propias experiencias. 

Pero un mes después, AA recibió una notificación judicial por “daños, morales y espirituales” de parte de RS y comenzó a revivir el infierno.

“Sólo por hablar yo terminé judicializada. Conté mi historia para alertar a otras mujeres y hasta motivada por otros testimonios.  Que RS me haya demandado me retrotrajo a toda la violencia que viví a su lado. Para cualquier persona no es un trámite ser demanda, menos para mí. Esto se agrava cuando el que te demanda es el propio agresor” manifiesta AA.

La joven tuvo que armarse de fuerza y conseguir una abogada que tenga perspectiva de género. “Yo no sabía a qué me iba a enfrentar pero sabía que tenía que ser alguien que me ayude y que vea que esta demanda era otro acto más de violencia”, dijo. 

Ahí apareció la abogada feminista Marianella Flores Díaz quien contestó la demanda y contrademandó a RS por violencia de género y daño moral ya que argumentó que la propia cédula de notificación fue una violencia en si misma. “Esa cédula es una demostración más de la violencia y agresión que sufrió mi defendida por parte de este sujeto. Él está utilizando el sistema de justicia para volverla amedrentarla y ejercer otro hecho de violencia más”, explica Flores Diaz. 

A partir de eso, la justicia expidió una restricción de acercamiento para RS porque AA manifestó que tenía miedo a represalias por parte de él. “Para quien sufrió violencia esa notificación es un hecho más de esa violencia y la retrotajo a esa relación violenta” cuenta.

Intervención A.A

 

Durante 2017, cuando AA fue demandada, la Línea 144 (de contención y asesoramiento en situaciones de violencia de género) contabilizó que el 92% de las mujeres que llamaban había sufrido violencia psicológica, seguida de la física un 79% y la simbólica 40,6%. La violencia económica se declara en el 21,5% de los casos y la sexual en el 12,5%.

Violencia en el noviazgo

AA conoció a RS cuando tenía 20 años y la relación duró hasta sus 23 años y medio aproximadamente. Trabajaron en proyectos artísticos juntos, aunque él se quedaba con el crédito. 

En varias oportunidades RS llegó a apropiarse de sus obras y hasta cobrar premios económicos. AA vio socavada su capacidad artística y esas violencias fueron profundizando la relación de poder asimétrica que había.  

“Durante los primeros 6 meses estuvo todo bien entre nosotros pero luego empezaron a aparecer los episodios de violencia verbal y en varias oportunidades de violencia física”, cuenta AA. 

“En una oportunidad temí por mi vida, cuando saliamos de un boliche y ejerció violencia física durante todo el camino a nuestras casas. Fue la situación más violenta que viví en mi vida”, detalla. 

Según relata AA, la familia de RS conocía de estas actitudes violentas pero las minimizaban.

Los celos continuaron y la violencia se acrecentaba. Llegó a violentarla en público. “Varias veces mis compañeros de la universidad tuvieron que esconderme de él. Todos sabían como me maltrata y me denigraba”, manifestó. 

AA decide terminar la relación luego de un episodio de “celos” durante la toma de la UNLaR en 2013, cuando prácticamente termina huyendo de su agresor y es auxiliada por un compañero de carrera. Se tuvo que refugiar en un lugar por dos días.

La demanda interpuesta en diciembre del 2017 por el agresor le hizo volver a revivir estas situaciones de violencia.

AA tuvo que someterse a pericias psicológicas para demostrar que fue víctima de violencia de género. En la misma se detectaron “estrés postraumático” provocado por el abuso psicológico, económico, la intimidación y la degradación intelectual que vivió en la relación con RS.

En tanto, se concluye que AA “decidió hacer pública la denuncia con el fin de advertir a posibles víctimas aunque contarlo le ocasione daños”. 

En palabras de la propia Thelma Fardín en “El arte de no callar” quien denuncia situaciones de violencia ​​también se expone porque “el silencio es el mejor cómplice, el que juega a favor de la desigualdad”. 

AA fue violentada por un instrumento judicial que usó su agresor. A partir de la demanda tuvo que pagar peritos para demostrar que había sido víctima de violencia.

Intervención A.A

 

Además de la revictimización que está sufriendo AA con este proceso también existe, según su abogada, un detrimento económico porque tanto el proceso civil como lo penal tienen gastos. “Ella está afectada económicamente por esta demanda”, detalla Flores Díaz. 

El interés público de la ley de protección integral de las mujeres

“La intención que tuvo AA fue la de advertir a otras mujeres sobre la violencia y eso es superior a cualquier otro daño particular que cualquier individuo aisladamente puede invocar. Porque no puede priorizarse por parte del sistema judicial un presunto daño particular y de ofensa al honor de una persona por encima de una ley de interés público como la 26.485 ( De Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres) que protege la vida y libertad de las mujeres en concordancia con los tratados de derechos humanos que gozan de jerarquía constitucional”, expone Flores Diaz. 

A su vez, la abogada alega que ese “daño al honor” que habría sufrido una sola persona no puede ir en contra del interés público de la norma mencionada. 

Intervención A.A

 

Este viernes 18 de marzo, luego de 5 años, se inició el juicio civil en la Cámara Primera en lo Civil, Comercial y de Minas a cargo de la Dra. Paola María Petrillo de Torcivia por aquella demanda de “daños morales y espirituales’’ que inició RS contra AA y que puso al descubierto un sistema judicial que los agresores usan para continuar violentando.

En palabras de la propia Fardín “Cada persona que alza su voz gracias a otra que lo hizo antes está abrazándola, diciéndole: «Yo te escuché. Yo te creo. Yo te entiendo», pero sobre todas las cosas, está expandiendo el cambio que necesitamos para hacer temblar el sistema hasta que se equilibre”.