Por Carmen Asenjo*
Cuando Kim Kardashian llegó a la alfombra de la Gala del Museo Metropolitano de New York luciendo el vestido que Marilyn Monroe usó cuando le cantó el “Happy Birthday, mister President” al entonces presidente, todos quedaron deslumbrados. Pero las alarmas se encendieron cuando reveló en una entrevista en vivo que tuvo que bajar ocho kilos en tres semanas para poder ponerse ese vestido.
-Fue todo un reto -dijo- Estaba decidida a entrar en él.
Hace algunos días se celebró la Gala del Museo Metropolitano de New York. Se trata de un evento que desde hace muchos años era una joya bastante oculta entre fashionistas e interesados por la moda, pero que con la masificación de las redes sociales se convirtió en un evento más del calendario masivo en donde vemos desfilar a celebridades por la pasarela con sus mejores looks.
Organizado por la directora de Vogue, Anne Wintour, el Museo Metropolitano inaugura cada primer lunes de mayo una muestra vinculada a la vestimenta y a la indumentaria, con una temática: este año fue “The Gilded Age”. Se conoce así a la era dorada de Estados Unidos, que va desde 1870 a 1900.
El evento abre con una gala, en la que los invitados tienen que vestirse según la temática. Este año sin duda fue la gala con mayor cantidad de invitados.
Cuando Kim Kardashian apareció en la alfombra con el vestido vintage que Marilyn usó en 1962, adornado con más de 6 mil cristales cosidos a mano y diseñado por Jean Louis con la ayuda de Bob Mackie, todo cambió.
Si bien la temática de la edad dorada no estaba tan vinculada al vestido, la llegada de Kim Kardashian a la alfombra fue muy esperada. Mucho se había hablado de que ella usaría este vestido, incluso semanas antes se la había visto deambular por el Ripley’s Believe it or Not! Museum, donde está exhibida la prenda de vestir.
Primero se habló de que ella había comprado este vestido. Pero después se supo que el museo se lo prestó para que lo desfilara en la alfombra. Y le puso una única condición: que no sufriera ninguna modificación y que regresara intacto.
Fue así que la mediática contó en la entrevista que le hicieron para la transmisión en vivo de la TV, que en pos de usarlo, como no pudo modificarlo, bajó de peso.
Cuando escuché esto, automáticamente vino a mi un recuerdo de la misma Kim Kardashian en la misma gala pero en 2019. En esa ocasión ella lució un vestido con un corset tan ajustado, que le impedía sentarse. Incluso para llegar hasta el evento contrató un bus, para poder ir parada.
Es loco ver estos contrastes en 2022. Que sigamos viendo estos mensajes de manera masiva luego de tantos posteos, tantos testimonios y experiencias de cómo la cultura de la delgadez ha dañado a muchas mujeres. Y más grave aún es ver cómo una industria casi que lo celebra, o al menos lo naturaliza.
Lo que me preocupa, más allá de la elección personal y libre que puede haber hecho Kim Kardashian con su cuerpo y que seguramente hizo acompañada con un equipo de especialistas en nutrición es: ¿Cuál es el mensaje detrás de esto? ¿Les interesa a estos personajes que tanta influencia tienen dejar un mensaje positivo para sus seguidoras?
Luego de escucharla mencionar que, como el vestido no podía adaptarse, ella decidió adaptar su cuerpo para entrar en él, automáticamente vinieron a mi cabeza un montón de preguntas.
El primer planteo que me hice fue: ¿Era necesario? ¿Podría haber homenajeado a Marilyn sin la necesidad de someterse a una dieta específicamente para entrar en ese vestido?
Supongamos que sí lo era o ella consideraba que sí lo era: ¿adónde queda la responsabilidad en el mensaje que transmite?
Me parece importante que una de las mujeres con más seguidores en las redes sociales en el mundo al menos contemple su poder de influencia sobre las personas. Porque lo que para Kim Kardashian el lunes fue el vestido de la Gala del Met, para sus seguidoras puede ser una prenda que encuentran en una tienda.
¿Cuál es el mensaje que se llevan estas personas? ¿Si no entrás en ese jean, adaptá tu cuerpo para que entre ahí? Claro que ese no debería ser el mensaje. Pero es lo que sentí que quedó flotando en el aire luego de su entrevista.
Y también recordé una lista de sacrificios que fueron expuestos en redes sociales y que estaban ahí a la vista de todos sin medir consecuencias: vimos videos de Katy Perry, publicados por su cuenta oficial, con expresión de sufrimiento mientras le ponían su corset de Oscar de la Renta entre varias personas. También pudimos ver, días previos a la gala, cómo La Rosalia compartió fotos de ella envuelta en una especie de plástico dentro de un sauna y en dondne ponía: “Preparada”. En Tiktok vimos un video de la cantante brasileña Anitta, quien mostraba su preparación al evento, y en un momento vimos cómo le inyectaban una vía para darle nutrientes.
No queda claro cuál es el objetivo de todos estos sacrificios. Ni porqué es necesario para cumplir con la consigna del evento verse más delgadas. Más allá de eso, tampoco nadie piensa en las consecuencias que eso puede acarrear. ¿Cual es el mensaje que todo esto nos deja?
*Comunicadora. Creadora de “Viva la moda”.
