Cosecha Roja .-
La Policía y el Gobierno de Bolivia no han llegado a un acuerdo definitivo. Desde el viernes pasado, cuando la manifestación de los agentes policiales se convirtió en motín nacional, representantes de ambas partes comenzaron a negociar. En estos cinco días, pactaron un aumento del salario, revisaron apartados de la ley disciplinaria y alcanzaron mayores beneficios de jubilación. El vicepresidente del país, Álvaro García Linera, advirtió que detrás de la protesta soplan vientos de conspiración.
Hay avances en los diálogos, pero el acuartelamiento de los policías en desacato continúa igual. Ellos aducen que no hay conformidad absoluta por lo pactado en las jornadas de negociación, y el Gobierno reitera que está cediendo ante los pedidos de quienes representan a los uniformados.
El vicepresidente señaló en una conferencia de prensa que los acuerdos firmados no han sido respetados por los policías. “El viernes, el sábado y hasta el domingo en la madrugada nos reunimos con sus representantes, ninguno de los cuales fue elegido por el Gobierno; fueron a dialogar, consultaron, firmaron un documento e incluso se dieron un abrazo como muestra de conformidad. Después, apareció un grupo que comenzó a desconocer y a ejercer una función de matonaje contra otras unidades que no aprobaban lo que ellos decían”, dijo.
“Los policías de bajo rango ganan menos que una empleada doméstica y tienen que comprar sus equipos de dotación” explicó Mónica Oblitas, corresponsal del periódico Los Tiempos. “Ellos exigen que su salario sea nivelado. No están conformes con el bono anual que les ofreció el gobierno”.
La nueva dirigencia de los uniformados en desacato exige un incremento salarial del ciento por ciento, igual al sueldo que perciben los militares. Piden también la abrogación de la Ley 101 de Régimen Disciplinario, la creación de la Defensoría del Policía y la destitución del comandante policial Víctor Santos Maldonado. Asimismo, exigen que no se asuman acciones legales contra alguno de los exponentes.
Según García Linera, esos aspectos ya han sido tocados durante los diálogos y se han sentado bases para continuar ajustándolos en la normativa policial, por lo que se sospecha de motivaciones políticas muy diferentes a las condiciones laborales que originaron la protesta pacífica inicial y el amotinamiento posterior en varias ciudades. El vicepresidente fue enfático: “Han hablado de golpe de Estado a Evo, son informaciones que han sido detectadas, y hasta sabemos de la preparación de bombas molotov para atacar instituciones. Eso y que la firma del documento entre el Gobierno y los representantes reconocidos de las esposas de los clases y de Anssclapol haya sido rechazado, ya nos habla de que estamos pasando de un tema estrictamente económico, reivindicativo, salarial e institucional, a unos aprestos de carácter subversivo golpista”.
El Gobierno rechazó los actos de violencia que han impedido desde el viernes el desarrollo normal de las actividades en el centro de las ciudades principales. Ayer al mediodía manifestantes encapuchados y armados de palos y piedras se enfrentaron a transeúntes y periodistas, en los alrededores de la Plaza Murillo de La Paz, muy cerca de los edificios gubernamentales, lo que obligó a continuar el cese de la atención al público en programas institucionales y entidades bancarias.
Algunas organizaciones civiles de Bolivia, como la Asociación de Derechos Humanos de La Paz y la Novena Marcha Indígena, se han manifestado a favor de que la discusión se conserve en el papel, para que los policías retornen a sus labores y se conserve la institucionalidad.
Esta tarde continuarán las negociaciones que buscan revisar cada uno de los acuerdos que ya habían sido firmados por la dirigencia anterior de los uniformados amotinados y los representantes del Gobierno.
Sigue el motín policial en Bolivia
El gobierno y los amotinados no llegaron a un acuerdo. El vicepresidente Alvaro García Linera denunció una conspiración.
Storified by Cosecha Roja · Tue, Jun 26 2012 15:21:23
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